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Cada vez más, los investigadores del cáncer están explorando si pueden eliminar o reducir los tratamientos para evitar que los pacientes sufran efectos secundarios graves y ahorrar en costos, sin poner en riesgo la supervivencia.
Nuevos estudios sugieren que esta estrategia de “menos es más” puede funcionar. Un estudio subvencionado por fondos federales, presentado en la reciente reunión anual de American Society of Clinical Oncology en Chicago, mostró que muchas mujeres con cáncer de mama en etapa inicial podrían omitir con seguridad la quimioterapia comúnmente utilizada después de la cirugía. Los médicos dijeron que el hallazgo podría ahorrarles a decenas de miles de mujeres los efectos secundarios de la quimioterapia, como las náuseas y la menopausia temprana.
Otro estudio presentado en la reunión concluyó que muchos pacientes con cáncer de riñón avanzado podrían descartar la cirugía de eliminación de este órgano, un tratamiento común, y en su lugar tomar el medicamento Sutent de Pfizer; Pfizer y el Ministerio de Salud francés financiaron el estudio clínico.
Un estudio reciente realizado de manera independiente, financiado por un instituto de salud de Reino Unido, mostró que reducir el tratamiento con Herceptin, medicamento contra el cáncer de mama de Roche Holding, de 12 a seis meses liberó a algunos pacientes de los efectos secundarios relacionados con el corazón y los costos sin tener que sacrificar su efectividad.
Estos estudios son parte de un movimiento creciente entre los médicos e investigadores del cáncer para “reducir” los tratamientos de ciertos tipos de tumores, ya que los medicamentos se están volviendo cada vez más caros. El precio mensual promedio de los medicamentos oncológicos en Estados Unidos se duplicó de siete mil 103 dólares en 2006 a 15 mil 535 en 2015, de acuerdo con un informe de mayo publicado en Journal of Oncology Practice.
El gasto general en Estados Unidos en medicamentos contra el cáncer se duplicó entre 2012 y 2017, a casi 50 mil millones de dólares, dijo IQVIA Institute for Human Data Science.
Los crecientes costos han llevado a los pacientes y a las aseguradoras a cuestionar la “suposición de que la dosis máxima con la que pueden lidiar físicamente es la dosis correcta”, dijo Christopher McCabe, presidente y director ejecutivo de Institute of Health Economics, una organización sin fines de lucro de Edmonton, Alberta.
Muchos de los estudios que evalúan tratamientos reducidos son financiados por agencias gubernamentales ya que las farmacéuticas “no tienden a querer realizar estudios que eliminan los tratamientos”, dijo la doctora Monica Bertagnolli, jefa de oncología quirúrgica en Dana-Farber/Brigham and Women's Cancer Center en Boston y presidente electa de ASCO.
La táctica no siempre funciona. Un estudio en Reino Unido encontró que los pacientes con leucemia que reciben una dosis reducida del medicamento Rituxan tuvieron un peor desempeño que aquellos que tomaron la dosis estándar, de acuerdo con los resultados publicados el año pasado en la revista Leukemia.
Las farmacéuticas dijeron que prueban varias dosis de fármacos en desarrollo clínico para llegar a la dosis óptima. “Tenemos nuestras propias evidencias y son muy sólidas”, dijo Sandra Horning, directora médica de la unidad Genentech de Roche. Ella señaló que estudios previos han demostrado que 12 meses es la mejor duración del tratamiento con Herceptin.
La oportunidad de reducir los tratamientos para el cáncer de mama es importante porque la población de pacientes es grande. American Cancer Society estima que este año se diagnosticarán alrededor de 266 mil nuevos casos de cáncer de mama invasivo en mujeres estadounidenses, y que alrededor de 40 mil 920 mujeres morirán a causa de la enfermedad.
En aproximadamente la mitad de todos los casos de cáncer de mama, el crecimiento tumoral es provocado por las hormonas, pero antes de que el padecimiento no se haya propagado a los ganglios linfáticos, fenómeno conocido como metástasis.
Obviamente, el tratamiento estándar para estas pacientes es la cirugía, seguido de un tratamiento farmacológico para prevenir la recaída. Muchas mujeres reciben una combinación de quimioterapia y terapia hormonal, basada en parte en las recomendaciones de National Institutes for Health en 2000.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 21/06/2018