Si cada árbol que cae en cada bosque podría ser escuchado pronto por un micrófono conectado a internet, ¿qué esperanza tiene nuestra privacidad?

Cuando está sentado en una habitación con un iPhone, un Apple Watch y un asistente inteligente como Amazon Echo o Google Home, ya está rodeado de una docena de micrófonos (los iPhones más nuevos tienen cuatro y Echo tiene siete, mientras que el reloj inteligente solo tiene uno, por ahora).

Agregue a eso los auriculares inalámbricos inteligentes más recientes --los AirPods de siguiente generación de Apple próximos a ser lanzados al mercado o los competidores de Bose o Shure-- aunados a los hornos de microondas y televisores de Samsung, LG y otros, y cualquier persona en casa o en una oficina abierta podrá estar pronto al alcance de cientos de micrófonos que escuhan. La mayoría de ellos estarán esperando escuchar una palabra de aviso como “Alexa”, “Hey Siri” u “OK Google”, así como nuestros teléfonos y asistentes inteligentes ahora.

Los planes futuros de los gigantes tecnológicos y las nuevas empresas muestran cómo el sonido está a punto de convertirse en la primera conexión ubicua entre los usuarios y la mente de colmena de inteligencia artificial en la que se está convirtiendo internet.

Este cambio está siendo motivado por los volúmenes masivos de componentes, originalmente diseñados para los teléfonos inteligentes y otros dispositivos móviles, que han bajado de precio y aumentado en funcionalidad en la última década.

 

Mini Mic

Durante cien años, los micrófonos consistieron en una membrana relativamente grande cuyas vibraciones eran convertidas en pulsos eléctricos. Pero a partir de la década de los ochenta, los ingenieros buscaron formas de hacer que los micrófonos fueran pequeños, casi microscopicos. La mayoría aún tiene una bolsa de aire atrapada detrás de un elemento vibratorio, pero ahora pueden ser tallados en silicio, al igual que los microcircuitos a los que están unidos. Los teléfonos inteligentes, las bocinas inteligentes y cualquier otro dispositivo que escuche su voz, todos usan este tipo de micrófonos.

Knowles, con sede en Itasca, Illinois, tiene más de 50% de este mercado. Vendiéndole a los principales fabricantes de dispositivos móviles, la compañía ha enviado 12 mil millones de ellos en la última década, dijo un vocero de la compañía. Una larga lista de proveedores de micrófonos diferentes, incluidos Goertek, AAC Technologies y STMicroelectronics constituyen el resto de ese mercado.

Un desafío constante para los micrófonos ha sido la física: entre más pequeños se hacen los micrófonos, más de estos necesitará para captar un sonido, y un mayor procesamiento de ese sonido se requiere.

El costo total para equipar un dispositivo con una serie de estos pequeños micrófonos y la electrónica para interpretar comandos simples se acerca a los 10 dólares o menos, dijo Mike Crowley, director ejecutivo de Vesper. Los micrófonos ahora cuestan entre 0.20 y 0.60 dólares, dijo Mike Rosa, analista y jefe de mercadotecnia de Applied Materials, empresa que suministra equipos de fabricación a los productores de microcircuitos (microchips).

 Siempre a la escucha

Estamos avanzando hacia un mundo en el que todo lo que tenga un enchufe o un batería puede responder a un comando de voz.

Los próximos AirPods de Apple podrían tener muchas de las capacidades que Vesper afirma permitirán a sus micrófonos, como la cancelación de ruido incorporada. En el pasado, Apple ha utilizado varios proveedores de micrófonos. Mientras tanto, el director de la división de electrónica de consumo de Samsung le dijo recientemente al diario The Wall Street Journal que para 2020, su compañía planea equipar todos los dispositivos que vende --desde televisores hasta refrigeradores-- con micrófonos.

Podría ser inquietante estar rodeado de dispositivos de escucha, pero la paradoja es que a medida que la tecnología se desarrolla, también lo hace nuestra capacidad para liberar a estos dispositivos de tener que estar conectados a internet.

Considere el bote de basura controlado por voz de Simplehuman. Diga “Ábrete bote” (como “ábrete sésamo”) y se abrirá, y luego se cerrará por sí solo una vez que el usuario se vaya. Eso es todo.

Si bien es fácil divertirse con un cubo de basura de alta tecnología, especialmente uno que cuesta 200 dólares, esto también aborda una de las mayores preocupaciones que implican los asistentes inteligentes: el hecho de que graban lo que les contamos y se lo envían a sus empresas matrices.

El basurero de Simplehuman no hace esto, dijo Guy Cohen, director de ingeniería electrónica de la compañía. Esto se debe a que los últimos micrófonos y sus microprocesadores conectados procesan el habla humana en el propio gadget, sin conectarse a la nube.

Al principio, el procesamiento autónomo en los dispositivos se limitará a comandos simples y palabras de activación, como decirle a un dispositivo que encienda o que configure un temporizador. Con el tiempo, estos comandos se volverán más complejos.

Una justificación para agregarle control de voz a todo lo que usamos es que, en última instancia, podría ser una interfaz más fácil y más elegante que el cúmulo de botones y menús a los que nos enfrentamos hoy.

    Solo piense en lo difícil que es trabajar con el horno de microondas, la estufa de convección o el termostato de una amistad, e imagine en cambio sólo decirles lo que le gustaría que hicieran.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 20/08/2018