Es muy fácil subestimar los esfuerzos de nuestra media naranja. Bien podemos pasar por alto agradecerle por, digamos, comprar la leche de camino a casa, preparar esa exquisita cena o dedicarle los sábados a entrenar al equipo de futbol infantil donde juega nuestro hijo.

Con el paso del tiempo podemos dejar de percatarnos del esfuerzo que hacen por hacer mejores nuestras vidas y tal vez hasta dejar enfocarnos demasiado en lo que pensamos que no hacen.

Esta dinámica familiar puede ser un defecto en las relaciones. Un creciente número de investigaciones encuentra que las parejas que regularmente expresan su agradecimiento mutuo, incluso por cosas menores, disfrutan de un vínculo más fuerte, más satisfactorio y comprometido.

La gratitud y reciprocidad están arraigadas en la evolución humana y animal, de acuerdo a un artículo de expertos que analiza la investigación reciente que fue publicada en mayo por Greater Good Science Center de University of California en Berkeley.

El documento cita, por ejemplo, estudios de favores aparentemente hechos y correspondidos ​​entre especies que van desde los chimpancés (intercambiando aseo por comida) hasta los murciélagos vampiros (compartiendo sangre regurgitada). Estas acciones mejoran la fortuna de los individuos a ambos lados de la transacción y del grupo social como un todo.

En las relaciones humanas, dicen los investigadores, la gratitud tiene la función de “buscar, recordar y vincular": puede ayudarnos a encontrar buenas parejas, recordarnos su valor y también crear un vínculo duradero.

Cuando valoramos a nuestros socios, eso nos hace sentir más cerca de ellos y nos motiva a permanecer involucrados en la relación. Cuando un compañero se siente apreciado, él o ella se ve motivado a mostrar a cambio comportamientos y actitudes positivas.

Hay evidencia creciente de que la gratitud ayuda a solidificar y mantener los lazos. En 2011, por ejemplo, investigadores holandeses publicaron un estudio basado en el seguimiento de recién casados ​​durante cuatro años. Descubrieron que cuando un miembro de la pareja se involucraba en conductas como la realización de tareas adicionales, no solo generaba gratitud en su pareja, sino que también los motivaba a actuar de una manera que apoyaba la relación.

El artículo de Berkeley también cita varios estudios que sugieren que los sentimientos de gratitud ayudan tanto a “los individuos como a las relaciones a enfrentar situaciones difíciles”, como la angustia financiera, el cuidado de padres ancianos y la lucha contra el cáncer y la depresión, al amortiguar sus devastadores efectos que pueden repercutir negativamente en una relación.

Desafortunadamente, no somos particularmente adeptos a detectar las buenas acciones de nuestra pareja. En un estudio realizado por investigadores estadounidenses, holandeses y canadienses publicado a principios de este año en la revista Social Psychological and Personality Science, se pidió a 426 personas que realizaran un seguimiento de los pequeños sacrificios que ellos o sus compañeros habían hecho por el otro, como socializar con los amigos de su pareja en lugar de los propios y reportar la satisfacción diaria que experimentaban en su relación.

En promedio, los participantes se perdieron la mitad de los sacrificios autoinformados de su pareja, haciendo que los que hicieron las buenas acciones no se sintieran apreciados.

Cuando se notaron y apreciaron tales sacrificios, los investigadores encontraron un aumento en la gratitud del receptor, lo que benefició la satisfacción de ambos socios con la relación.

A menudo se subestima el impacto que tiene nuestra gratitud en los demás, lo que puede hacer que sea menos probable que la expresemos.

En un estudio publicado en junio en la revista Psychological Science, se pidió a los participantes que escribieran una carta de gratitud a alguien en su vida. También se les pidió que anticiparan la reacción del receptor, específicamente, cuán felices o sorprendidos estarían al recibir la carta y lo incómodo que eso podría hacerlos sentir. Los investigadores buscaron la reacción de los receptores.

Encontraron que los participantes subestimaron significativamente la reacción positiva de los receptores y sobreestimaron la incomodidad que experimentarían. El investigador principal Amit Kumar de McCombs School of Business de  University of Texas en Austin espera que el estudio “aliente a las personas a expresar más gratitud en sus vidas diarias y no supongan que sus parejas ya saben lo agradecidos que estamos”.

Sin embargo, no todos las “gracias” tienen el mismo efecto.

En un estudio de 2016 publicado en la revista Social Psychological and Personality Science, los investigadores grabaron en video 370 conversaciones íntimas entre parejas en las que una pareja expresó su gratitud a la otra.

La investigadora principal Sara Algoe de University of North Carolina en Chapel Hill, descubrió que el tipo de agradecimiento más valioso se centró en los detalles del esfuerzo del socio, no solo en el acto en sí mismo.

Por ejemplo, en lugar de agradecerle a su pareja por comprarle un suéter elegante, es mejor enfatizar cuánto aprecia que haya ido a su tienda favorita y que recordara su tono de azul favorito.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 01/11/2018