Una de las muchas cosas pequeñas y grandes que se puede aprender de ‘Widows’ (‘Viudas’) es que los cementerios ya no tienen sepultureros; las retroexcavadoras ahora hacen el trabajo.

Los entierros aparecen al principio de la historia después que un gran atraco sale mal y que mueren los ladrones involucrados, dejando a sus viudas sepultadas en una montaña de deudas y décadas de dominación masculina.

Su respuesta es realizar su propio robo, por lo que esto claramente califica como una película de atraco y una muy entretenida, a pesar de algunos huecos en la trama y una duración de más de dos horas que podría haber sido reducida un poco.

La cuarta película de Steve McQueen, que anteriormente dirigió ‘12 Years a Slave’ (’12 años de esclavitud), es a la vez un drama afectivo de autodescubrimiento y de un poder femenino difícil de conseguir, una visión de corrupción cívica ilimitada (la ciudad es Chicago) y una incendiaria, a veces violenta variación sobre el tema de estar enamorado.

La viuda en jefe -- porque estaba casada con Harry Rawlings, el ladrón en jefe interpretado por Liam Neeson-- es Veronica Rawlings; interpretada hipnóticamente por Viola Davis, con un aire de propósito inquebrantable y una creciente sensación de vulnerabilidad, aunque también, en ocasiones, un ingenio seco, como cuando otro miembro de la pandilla que aprende a disparar pregunta dónde podrían conseguir armas: “Es Estados Unidos”, responde ella. “Descúbrelo por ti misma”. Esta interpretación es el punto culminante, hasta ahora, de la carrera cinematográfica de Davis.

Al haber sido feliz con Harry en la vida, Veronica no solo está afligida por el dolor después de que él partió, sino que se horroriza al descubrir que le robó dos millones de dólares a un mafioso local con ambiciones políticas, Jamal Manning, quien es interpretado por Brian Tyree Henry.

Jamal es de color, pero la película no tiene color cuando se trata de los sobornable del sector público; su rival por al cargo de concejal en un distrito recientemente rediseñado es Jack Mulligan, a quien da vida Colin Farrell, vendería su alma, si tuviera una, para llegar a la oficina del alcalde.

Predeciblemente, Jamal quiere que le devuelvan su dinero y hará cualquier cosa para recuperarlo, quien ve a Veronica como indefensa ya que su formidable esposo ha abandonado la escena. “No eres nada ahora”, le dice con desdén.

Una afirmación como esta podría ser la configuración de aventuras igualmente predecibles en la transformación feminista, pero ese no es el camino que McQueen ha elegido seguir. Él y Gillian Flynn adaptaron el guion a partir de una miniserie británica de la década de los ochenta escrita por Lynda La Plante.

Sí, Veronica y sus co-viudas juegan con varios niveles de intriga: Michelle Rodríguez es Linda; Elizabeth Debicki es Alice; y Cynthia Erivo es Belle, quienes practican su puntería y adquieren el equipo adecuado para llevar a cabo un atraco cuya logística descubren en los planes minuciosamente detallados que Harry había desarrollado para su próximo trabajo.

Pero ‘Widows’ no es otra version de ‘Ocean's 8’; de hecho, algunos de esos aspectos logísticos son superficiales, aunque las persecuciones en automóvil son impresionantes, y puedes reírte con o un giro fundamental de la trama que literalmente mana de la compañera constante de Veronica, Olivia.

El gran placer de los cineastas, y por lo tanto el nuestro, es descubrir rostros y secretos singulares detrás de estos; al tomar desvíos extraños o pausados ​​(un espectáculo de armas, una subasta de autos usados, una secuencia en la que la cámara de Sean Bobbitt permanece afuera de la limusina de Mulligan en un viaje desde el centro de la ciudad hasta los suburbios mientras lo escuchamos, en el interior, discutiendo furiosamente con una asistente de su campaña); en su construcción, basada en la sinigual serie de televisión ‘The Wire’, es una anatomía de lo que aflige a nuestras grandes ciudades; y, sobre todo, en la exploración de las complejidades impredecibles e inagotables de la personalidad humana.

 Un personaje fascinante tras otro aparece en el escenario, aunque solo sea brevemente. Daniel Kaluuya, que lo vimos recientemente en ‘Get Out’ y ‘Black Panther’, es el sádico hermano de Jamal, Jatemme. Jacki Weaver es la madre de Alice, Agnieska. Lukas Haas, quien hace tres décadas interpretó al joven Amish en ‘Witness’, es David, el rico y encantador ligue de Alicia. Jon Michael Hill es el reverendo Wheeler, dispensando hipocresía a raudales desde su pulpito. Robert Duvall es el decrépito padre de Jack, Tom Mulligan, la prueba viviente de que una cáscara vacía todavía puede resonar con una furia salvaje.

Y en el centro de todo esto surge la formidable heroína de la película: una mujer desdeñosa, furiosa y decidida como nunca antes en dejar su huella indeleble en el mundo criminal de su amante.

Traducido por Michelle del Campo  

Editado por Eduardo García

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Fecha de publicación: 04/12/2018