"Beautiful Boy", una cinta que le derretirá el corazón. Foto de archivo.

Una vez que sepa que ‘Beautiful Boy’ se trata de un padre amoroso y su hijo que es adicto a las metanfetaminas, solo el título, aunada a la canción de John Lennon de trasfondo, podría derretirle el corazón.

Además, la selección de actores aumenta la expectativa: Steve Carell es el padre, David, y el hijo, Nic, es interpretado por Timothée Chalamet, quien fue uno de los protagonistas de la memorablemente hermosa ‘Call Me by Your Name’ del año pasado.

Esta película, dirigida por Felix Van Groeningen, fue adaptada por Luke Davies y el director a partir de las memorias escritas de David Sheff y Nic Sheff en dos obras separadas.

¿Entonces, por qué la fragmentada crónica llevada a la pantalla grande es mucho menos que la suma de sus en ocasiones conmovedores sus pasajes, afectadas  actuaciones y la subyacente e insaciable esperanza? La fragmentación solo es un síntoma del problema, aunque también es una fuente constante de frustración para la audiencia: ¿cuántos cortes y escenas retrospectivas puedes ver sin cruzar los ojos?

El problema principal es la repetición, el ciclo interminable de progreso y recaída que decepciones en la vida real e induce un déjà vu en las audiencias --incluso déjà vus ya vistos, ya que hay repeticiones dentro del patrón ya familiar. La estructura de mosaico es simplemente, aunque no con éxito, un intento de mantener nuestra atención.

Nic Sheff rompió ese ciclo en su vida, pero la película no dramatiza su resultado notablemente feliz; se centra en el tormento que él y su familia compartieron, y hay poco alivio alentador en sus implacables recaídas.

De todas las adicciones a los estupefacientes, la metanfetamina puede ser la más resistente al tratamiento y el éxito de la dramatización, ya que la personalidad del drogadicto es, en ausencia de un progreso clínico sostenido, una cáscara psíquica. Chalamet es un actor extraordinario, pero se atora en un personaje jugando un juego de engaño y mentira.

“Lo siento”, dice un espantosamente demacrado Nic de manera repetida, disculpándose por los comportamientos que está condenado a repetir.

  En su libro, Sheff reconoce que fue adicto a la adicción de su hijo; en su esencia, esta es realmente la historia del padre. Pero el libro revela a un hombre fascinante y un erudito en adicciones con información valiosa que compartir.

   Aquí nuevamente, Carell le imbuye abundantes recursos a su papel, pero el David de la película tiene poco que hacer a no ser reaccionar ante cada crisis que provoca Nic. No le presta suficiente atención a la encantadora hija e hijo que tuvo con su segunda esposa, Karen Barbour, y se culpa a sí mismo hasta que finalmente se da cuenta, en una epifanía, de que Nic es el único responsable de su propia aflicción.

Karen es interpretada por la siempre interesante Maura Tierney, pero el personaje es escasamente desarrollado; ella pasa la mayor parte de su tiempo viéndose miserable, lo cual es comprensible y también muy predecible.

Traducido por Michelle del Campo  

Editado por Luis Felipe Cedillo

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Fecha de publicación: 05/03/2019