11 de jun. (Dow Jones) -- La mayor parte de los nuevos edificios de oficinas que los desarrolladores construyen en la Ciudad de México son propiedad de personas conocidas sólo en México.

     Pero hay un nombre en los círculos inmobiliarios de la Ciudad de México que es conocido en todos los círculos similares del mundo: Reichmann.

     La familia Reichmann pasó la segunda mitad del siglo pasado edificando un verdadero imperio de bienes raíces con un valor de miles de millones de dólares. A ella se deben los desarrollos de propiedades bien conocidas como Canary Wharf en Londres y el World Financial Center en Nueva York.

     Sin embargo, perdió la mayor parte de ese imperio cuando la recesión de principios de la década de 1990 llevó a su compañía, Olympia & York, a buscar protección contra sus acreedores.

     Pero, a pesar de ello, la familia sigue invirtiendo en bienes raíces en una escala más pequeña de lo que lo hizo antes y ahora bajo el nombre de su nueva empresa Reichmann International, con una de sus oficinas más activas en la capital de México.

     Reichmann International está, por ejemplo, desarrollando la llamada Torre Diana que tendrá 33 pisos, principalmente para oficinas y que se ubica a unos metros del famoso boulevard de la Ciudad de México, Paseo de la Reforma.

     Los desarrolladores de la Torre Diana estiman que su construcción terminará en 2015, un momento tal vez no ideal ya que para algunos analistas sus espacios para arrendarse entrarán a formar parte de lo que actualmente se define como un mercado blando, en el que además la oferta continúa creciendo por la construcción sin precedente de espacios de en Reforma.

     Además, dijeron, el débil crecimiento económico de México a lo largo de los últimos 18 meses no tiene hasta ahora claros síntomas de haber terminado.

     Pero los ejecutivos de Reichmann y su socio en el proyecto de Torre Diana, la empresa inmobiliaria Fibra Uno, tienen confianza sobre el futuro de su industria y no están, por tanto, preocupados.

     "Para el momento en que yo entre al mercado, estaré entre 40 y 50% ya arrendado", dijo Rick Ricker, jefe de Reichmann Internacional en México.

     Después del terremoto de 1985 que golpeó fuertemente a la capital del país, derruyendo decenas de edificios y causando la muerte a cerca de 10,000 personas, principalmente en la zona céntrica de la capital y no lejos de donde se ubica Reforma, el gobierno mexicano invitó a Paul Reichmann, el líder de la familia, para que valorara llevar a cabo diversos proyectos en la zona de centro, mejor conocida como Zócalo.

     En ese momento, Olympia & York estaba en su apogeo. Había logrado transformar el centro de Toronto con su desarrollo, First Canadian Place, así como el distrito de Battery Park en dowtown Manhattan con su complejo inmobiliario, conocido como World Financial Center.

     La construcción de Canary Wharf estaba en marcha. Reichmann comenzó mirando proyectos a lo largo de Reforma y en un nuevo zona de oficinas conocida como Santa Fe.

     Pero pocos años después, principios de la década de 1990, los Reichmann estaban contra las cuerdas. Frente a los retrasos y otros problemas de Canary Wharf, Olympia & York tuvo que declararse en quiebra en mayo de 1992.

     A pesar de estos problemas y la crisis del peso mexicano en 1994, Reichmann no se dio por vencido en la Ciudad de México. Mientras que su empresa vendió la tierra que había comprado en Santa Fe, siguió adelante con la edificación de un edificio de 55 pisos llamada Torre Mayor en Paseo de la Reforma, que sería el más alto de América Latina en su momento.

     Reichmann inauguró el edificio en 2003.

     "La mayoría de los demás edificios de entonces eran a lo sumo la mitad del tamaño de Torre Mayor ", dijo Ricker. "Éramos un poco el hazmerreír del momento".

     Pero Reichmann logró antes de su inauguración, una hazaña inusual de arrendamiento: tenía ya rentado 40% del edificio.

     En la última década, Reichmann International ha invertido también en dormitorios para estudiantes y viviendas para personas mayores en Norte América, pero la empresa sólo se ha asociado a grandes desarrollos en un puñado de ciudades, incluyendo la Ciudad de México y Jerusalén.

     El patriarca de la familia Reichmann murió en octubre.

     Pero a pesar de una oleada de nuevos desarrollos sobre Paseo de la Reforma, en los últimos años y que continúan hoy día, los desarrolladores creen que la demanda de espacio de oficinas se intensificará a medida que la economía mexicana, hoy intensa en producción manufacturera pesada, migrará más hacia convertirse en una economía de servicios.

     La Ciudad de México ha absorbido más de 200,000 metros cuadrados al año en nuevos espacios de oficinas de primer nivel en cada uno de los últimos tres años, de acuerdo con la consultora inmobiliaria, CBRE.

     Ricker incluso duda que la Torre Diana sea el último proyecto de Reichmann International en la Ciudad de México, señalando que los alquileres han subido más de 30% en los últimos 15 años.

     Más bien la pregunta es "ahora, ¿qué terruño te gustaría desarrollar pero aquí?”, dijo Ricker.

    


Fecha de publicación: 11/06/2014