24 de jun. (Bloomberg) -- Aun cuando la decisión de interrumpir el suministro de gas a Ucrania agravó las tensiones con Estados Unidos y Europa, Rusia enfrenta un problema aún más severo que ese.

     El país necesita a empresas estadounidenses, como Exxon Mobil, Halliburton, u occidentales, como BP, para mantener la producción de sus campos petroleros que datan de cuando existía la Unión Soviética, así como para desarrollar sus reservas de esquisto y las que tiene en el Ártico.

Rusia va a exigirles a las empresas occidentales que proporcionen equipo de producción y perforación moderno --y técnicas como la fracturación hidráulica-- que son esenciales para obtener sus 8.2 billones dólares en barriles de petróleo que aún yacen en el subsuelo.

La interrupción del suministro de gas a Ucrania le añade otro nivel de complejidad a las empresas energéticas que navegan un variante panorama geopolítico en la búsqueda de nuevas reservas de petróleo y gas.

Los ejecutivos que toman las decisiones de algunos de los mayores exploradores petroleros de Occidente se reunieron en Moscú durante el Congreso Mundial del Petróleo para allanarle el camino a los nuevos acuerdos.

"Ciertamente hay un gran tesoro ahí", dijo Alexander Robart, un alto ejecutivo de PacWest Consulting Partners, una consultoría con sede en Houston que rastrea los proveedores de servicios de fracturación hidráulica. "Para las grandes empresas, Rusia es sin duda uno de los futuros mercados de crecimiento más prioritarios que están analizando".

La reciente agresión de Rusia a Ucrania sólo puede intensificar las tensiones políticas que las empresas ya perciben en su intento por justificar la ampliación de las relaciones comerciales con el país, dijo Fadel Gheit, analista de Oppenheimer.

"La balanza se moverá un poco en contra de Rusia", dijo Gheit, planteando la posibilidad de que Estados Unidos y Europa promuevan sanciones adicionales.

 

Sin impacto

Las sanciones aún no han tenido algún impacto en nuestras operaciones en Rusia, dijo Bob Dudley, director ejecutivo de BP, en Moscú. La petrolera con sede en Londres, que posee casi 20% del mayor productor de petróleo ruso OAO Rosneft, recién firmó un acuerdo preliminar para evaluar las reservas de esquisto en la región Volga-Urales.

"Hay esquisto por todas partes", dijo Dudley. "Pero únicamente hay algo de buen esquisto. Esto dependerá de la forma en que se pueda romper el esquisto para ver su capacidad productiva”.

Rusia ya es el segundo mayor mercado fuera de Norteamérica para la fracturación, esto medido por sus bombas de cerca de 1.1 millones de caballos de fuerza que son usadas para introducir agua, arena y productos químicos con la suficiente fuerza bajo tierra como para liberar los hidrocarburos atrapados. China ocupa el primer lugar con 3.1 millones de caballos de fuerza. Norteamérica sigue siendo el rey de la fracturación mundial, con 19.7 millones de caballos de fuerza.

Gracias a sus actuales campos petroleros, Rusia es el mayor productor mundial de crudo, con una producción diaria de 10 millones de barriles diarios el año pasado, de acuerdo a Energy International Administration, o EIA. Para mantener esa posición, Rusia tendrá que usar la tecnología más moderna para exprimir el petróleo de las formaciones de esquisto que hay en Siberia Occidental, dijo Matthew Bey, analista de energéticos de la firma de inteligencia geopolítica Stratfor.

 

Duplicación Mercado

Como resultado, se prevé que el suministro de equipo para triturar rocas por parte de Rusia se duplique a 2.3 millones de caballos de fuerza a finales de 2018, con base en PacWest. Eso suponiendo que los ingenieros puedan "descifrar el código" del Esquisto  Bazhenov, una masiva formación rocosa difícil de drenar que yace bajo campos petroleros convencionales que tienen décadas de antigüedad ubicados al oeste de Siberia, dijo Robart.

En mayo, Total se asoció con OAO Lukoil, el segundo mayor productor de crudo de Rusia, para buscar petróleo en el denominado petróleo de esquisto de la zona Bazhenov de Siberia. El acuerdo le siguió a Exxon y Statoil, que ya participan en sociedades en participación de petróleo de esquisto con Rosneft en Siberia Occidental, y Royal Dutch Shell, que se asoció con OAO Gazprom Neft.

"Tenemos que traer principalmente nuestros conocimiento" para perforar los yacimientos no convencionales de Rusia, dijo en Moscú Jacques de Boisseson, jefe de exploración y producción en el país de Total.

 

'Ninguna posibilidad'

Sin la experiencia y tecnología occidental, es poco probable que Rusia pueda mantener sus actuales niveles de producción y mucho menos incrementarlos, dijo David Pursell, analista de Tudor Pickering Holt, en una entrevista telefónica. El país no tiene "ninguna posibilidad" de explotar las reservas que tiene en aguas profundas sin ayuda occidental, añadió.

Halliburton, Schlumberger y Weatherford son algunas de las empresas de servicios energéticos que trabajan para volver a resucitar sus envejecidos campos y romper las formaciones de esquisto en Siberia. Ellos están contando con que las empresas de exploración y producción inviertan cerca de 30,000 millones de dólares anuales en Rusia, dijo James West, analista de Barclays Capital en Nueva York, en un mensaje de correo electrónico.

Joao Felix, portavoz de Schlumberger, se negó a comentar al respecto. Susie McMichael, vocera de Halliburton, y Wuen Fung Hor, vocero de Weatherford, no pudieron comentar sobre el tema de forma inmediata.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Eduardo García

©2014 Bloomberg News

 

 


Fecha de publicación: 24/06/2014