21 de ago. (Sentido Común) -- El derrame de una solución ácida de sulfato de cobre que registró el complejo minero Buenavista del Cobre, propiedad de Grupo México, a inicios de mes está confrontando a una de las principales compañías mineras del país con las autoridades protectoras del medio ambiente federales con consecuencias difíciles de predecir.

     Ante la magnitud del incidente, que ha afectado a diversas poblaciones luego que la solución vertida por el complejo minero, enclavado en el poblado de Cananea, llegó al río Bacanuchi y, por su cauce, al río Sonora, la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Profepa) anunció ayer que buscará interponer una denuncia penal contra el responsable, o los responsables, del derrame.

     Profepa, la agencia encargada de velar por el cuidado y protección de la ecología, también dijo que espera imponer una multa de hasta 21 millones de pesos (1.6 millones de dólares) contra quién o quienes tengan culpabilidad por el incidente que llevó a las autoridades hídricas del país a suspender el suministro de agua potable a siete municipios, generando problemas a los 22,000 pobladores de esa zona.

     Hoy, además, el director general de Profepa, Guillermo Haro Bélchez, dijo en una entrevista radiofónica que Grupo México incumplió con los protocolos que establecen las normas para dar aviso a las autoridades de protección civil y del medio ambiente del incidente que ocurrió en el complejo de Buenavista del Cobre.

     Haro Bélchez dijo que la empresa tardó 48 horas en notificar el derrame de 40 millones de litros, que equivalen al contenido de 16 albercas olímpicas, que se originó en la nueva planta procesadora de cobre del complejo minero.

     “Hubo un aviso tardío del incidente”, dijo Haro Bélchez a Ciro Gómez Leyva, conductor de uno de los programas de noticias matutinos de la organización radiofónica, Grupo Fórmula. “Lo hicieron 48 horas después”.

     Hasta ahora, Grupo México ha dicho que tras saber del derrame notificó inmediatamente a la Secretaría del Medio Ambiente y a las autoridades del estado de Sonora.

     Esta postura de la compañía minera, controlada por la familia Larrea y en particular por Germán Larrea, hijo del fundador de la empresa y el segundo hombre de negocios más acaudalado de México, es totalmente opuesta a la de Haro Bélchez.

     Esta y otras discrepancias, incluso algunas más graves, como la generada en torno a las causas del derrame, han generado cierta preocupación en algunos analistas sobre el futuro del nuevo centro de producción de Grupo México en Buenavista del Cobre.

     Después de las dificultades sindicales que enfrentó ahí Grupo México y que mantuvieron cerrado ese complejo por espacio de casi tres años, la empresa minera mexicana comenzó a invertir de nuevo en la mina y sus plantas de procesamiento en 2011, tras recuperar el control del centro un año atrás.

     La mina del complejo, hoy conocida como Buenavista del Cobre, antes Cananea, es incluso la más importante del país en producción de cobre.

     Grupo México ha dicho que espera terminar de invertir cerca de 4,100 millones de dólares en Cananea en 2016 luego de los compromisos que hico en 2011 y años después.

     Para algunos analistas el incidente podría volver a provocar que la empresa minera retrase o dé marcha atrás a sus planes de expansión ahí, lo que podría afectar las metas de producción de cobre estimadas por la empresa y con ello, de forma indirecta, el precio de la acción de Grupo México, que además de México cuenta con operaciones en Perú y Estados Unidos.

     Otra preocupación de los inversionistas es que las autoridades ambientales exijan a Grupo México llevar a cabo un rediseño de su nueva planta procesadora de cobre, mejor conocida como Planta de lixiviación ESDE II, lo que también podría retrasar el calendario de aumento de producción de ese complejo minero.

     Claro que el precio de la acción de Grupo México ha caído sólo 0.8% desde que los medios de comunicación de Sonora y algunos nacionales comenzaron a reportar el derrame el sábado 9 de agosto. Esta caída muestra que existe confianza en círculos de inversionistas de la capacidad de la compañía minera para sobreponerse a este incidente.

     Hasta ahora la discrepancia más grave entre la empresa y las autoridades está en la causa o las causas que provocaron el derrame.

     Para Grupo México, el accidente ocurrió por las lluvias “inusuales”, o “por arriba de la media”, que se registraron durante el mes de julio y los primeros días de agosto en Cananea, las cuales incrementaron los volúmenes de agua y de la solución ácida contenida en un represo del nuevo Sistema Tinajas 1.

     Ese sistema estaba además en proceso de construcción.

     Sin embargo, para las autoridades ambientales del país, la causa del incidente no fueron las lluvias sino probablemente un mal diseño en el nuevo sistema de contención de la solución, o bien en la falta de mantenimiento del equipo de bombeo y de una válvula para desalojar los líquidos excesivos que pudieran acumularse en el repeso.

     Hasta ahora no es claro lo que realmente ocurrió. Por un lado, las autoridades de la Profepa hablan como si el derrame proviniera de un sistema de contención de líquidos antiguo, con equipo viejo y que requería mantenimiento, mientras que Grupo México menciona que se trataba de una infraestructura nueva que estaba edificando un tercero.

     Si Grupo México logra probar su tesis de la acumulación inusual de agua y de que el problema pudo derivarse de la actuación de un tercero, que edificaba el sistema de tinajas, ese tercero podría entonces ser señalado por las autoridades como el responsable.

     Si así ocurre, Grupo México podría limpiar un poco la mala reputación que tiene en cuanto a las medidas de seguridad y prevención de incidentes en sus centros de trabajo.

     Hace poco más de ocho años, la empresa minera tuvo un fatal accidente en una mina de carbón en Pasta de Conchos, Coahuila. Una explosión de gas metano, generalmente asociado con la extracción de carbón, mató a 68 mineros que trabajaban en el interior de la mina.

     La respuesta tardía y aparentemente insensible de la compañía minera a la tragedia de las familias que perdieron algún miembro en el accidente, dejó dañada la reputación de la empresa y en particular la de su presidente, Germán Larrea, quien nunca se presentó a dar el pésame a los familiares de los trabajadores.

     Las contradicciones que han surgido ahora en cuanto a las causas del derrame, así como en cuanto a la lenta reacción de la empresa, más el impacto ambiental a las comunidades cercanas, a tres hectáreas de suelos y a cerca de 273 kilómetros de ríos, han vuelto a generar cierto resabio contra Grupo México.

     Claro que la empresa ha tratado también de demostrar lo contrario. Para la empresa su reacción no fue tardía dado que en 24 horas edificó un muro de contención, además de que ha estado trabajando en colaboración con las autoridades locales para atender el problema de la falta de agua de las comunidades y del impacto ambiental que tuvo el derrame.

     Grupo México, con sede en la Ciudad de México, dijo, por ejemplo, en un desplegado de plana entera publicado en varios diarios de circulación nacional, que contrató a expertos de los Institutos de Geología y Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la Universidad de Sonora (Unison), del Instituto Tecnológico de Sonora (ITSON), de University of Arizona, de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y del Servicio Geológico Mexicano para realizar análisis y pruebas de agua de los ríos y de los pozos ribereños.

     De acuerdo con la empresa, los metales contenidos en el agua se han reducido en 95% y están ya dentro de las normas establecidas.

     La empresa también otorgó 3.5 millones de pesos a los municipios afectados para apoyar los servicios ambientales que prestan, así como para pagar al personal que está realizando distribución de agua potable a la población.

     Grupo México también dijo que ha entregado 13 millones de litros de agua para uso humano y doméstico y que ha movilizado 877 pipas y cuatro auto-tanques. La empresa también ha entregado 58 tinacos de 5,000 litros cada uno para escuelas a fin de que no pierdan el abastecimiento de agua y cinco plantas purificadoras en los municipios de Huépac, Ures, Baviácora, Aconchi y Arizpe.

     Las acciones muy probablemente estén aliviando un poco el malestar, pero no es claro si con ellas Grupo México podrá en breve reabrir su planta procesadora, y más importante, si podrá superar las posibles sanciones penales y civiles que podría enfrentar tras el derrame.

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Fecha de publicación: 21/08/2014

Etiquetas: Grupo México minería accidente medio ambiente ecología cobre derrame