19 de sep. (Bloomberg) -- Adrián Radnic se está preparando para lo peor.

     El agricultor argentino de 61 años de edad, quien posee tierras suficientes como para cubrir la mitad de Manhattan, no está dispuesto a vender la mayor parte de la abundante cosecha de soya que obtuvo este año. Ahora que el incumplimiento de Argentina de julio está hundiendo a la nación más en la recesión y también motivando la peor devaluación del peso en más de una década, Radnic está optando en su lugar por acaparar la cosecha, la cual está valuada en dólares.

     "Estos granos son lo único que me tranquiliza, ya que es lo más cercano que tengo al dólar", dijo Radnic, quien también cultiva trigo y maíz en su granja ubicada en la localidad de Laprida, a 393 kilómetros al suroeste de Buenos Aires.

     El pesimismo de Radnic es también una mala señal para los tenedores de bonos en el exterior de Argentina, que se quedaron atrapados en un limbo desde el mes pasado como resultado de la disputa legal que ya tiene una década de duración entre la nación y sus acreedores pendientes de pago desde su crisis de deuda en 2001.

     Mientras que los tenedores de bonos han logrado evitar las fuertes pérdidas de valor de los incumplimientos por la especulación de que un acuerdo le permitirá a Argentina reanudar los pagos actualmente bloqueados por una orden de la corte de Estados Unidos, menos dinero de los impuestos de las exportaciones agrícolas implica el riesgo restringir al país de su principal fuente de divisas.

     Empresas que van desde Bank of America hasta Jefferies Group han advertido que el gobierno pronto podría empezar a quedarse sin dinero en efectivo cuando empeoren las consecuencias económicas.

 

Disminución de reservas extranjeras

En todo el país, los agricultores habían vendido únicamente 55% de su cosecha récord de 55 millones de toneladas hasta el 20 de agosto, de acuerdo con  datos recopilados por Enrique R. Zeni, una compañía de corretaje de granos. Eso se compara con 64% en el mismo período del año anterior.

     Los 1,500 millones de dólares en granos vendidos en agosto fue la menor cantidad en el mes desde 2009 y 38% menos que el año anterior. Más acaparamiento significa menos ingresos para el gobierno, que utiliza el impuesto por exportación de 35% para financiar el gasto público.

     Las reservas de divisas de la Argentina ya han caído 6.7% este año, a 28,500 millones de dólares. Eso está cerca de su nivel más bajo en ocho años. El mayor exportador del mundo de aceite de soya y sus derivados depende de los productos agrícolas para obtener  37% de sus ingresos de exportación.

     "El superávit que se obtiene del sector agrícola le permite financiar las importaciones de energía y otras obligaciones", dijo Alberto Ramos, economista en jefe para Latinoamérica de Goldman Sachs Group, en una entrevista telefónica desde Nueva York. "En una situación en la que el nivel de reservas está lejos de ser cómoda, esto suma presión por mayores descensos."

 

Conversaciones fallidas

La crisis actual de Argentina se debe a su incumplimiento récord de 95,000 millones de dólares en 2001. Aun cuando el país renegoció un acuerdo con los tenedores de 92% de los bonos en 2005 y 2010, y que redujo sus obligaciones en 70%, fondos de cobertura, incluyendo a Elliott Management del multimillonario Paul Singer, demandaron en la corte de Estados Unidos y eventualmente ganaron el reembolso total.

El juez de distrito Thomas Griesa bloqueó a la nación para hacer los pagos de los bonos reestructurados hasta que también pagara a los fondos de cobertura alrededor de 1,600 millones de dólares, provocando que Argentina incumpliera en la fecha límite del 30 de julio en el pago de 539 millones dólares en intereses.

     El gobierno se ha negado de manera reiterada a ofrecerles a los tenedores reacios, como se le conoce a Singer y a los fondos de cobertura, mejores términos que los aceptados en las reestructuraciones anteriores, y las negociaciones entre los bancos, los inversionistas y los tenedores reacios no han permitido llegar a un acuerdo.

     El creciente aislamiento de Argentina de los mercados internacionales ha exacerbado su debilidad económica, provocando que las personas y las empresas descarten el peso y aceleren la inflación.

Traducido por Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

®2014 BLOOMBERG L.P. ALL RIGHTS RESERVED

 

 


Fecha de publicación: 19/09/2014