20 de nov. (Dow Jones) -- Cuando Tyler Allen acordó desembolsar más de tres millones de dólares en efectivo por un condominio de lujo, ubicado cerca de Concordia, Kansas, no se sintió particularmente atraído por la piscina techada climatizada, la sala de cine con 17 asientos o el huerto hidropónico.

El verdadero atractivo de la vivienda de 169.1 metros cuadrados es que estará a 53 metros bajo tierra, en un silo a prueba de misiles lo suficientemente resistente como para sobrevivir a un ataque nuclear.

Allen, de 45 años de edad, propietario de un bar deportivo y un club nocturno de Orlando, Florida, insiste en que no es del tipo que use un "sombrero de papel de aluminio" preparándose para el fin del mundo.

En lugar de eso, citó las crecientes amenazas de seguridad -- como una pandemia mundial de salud, un cataclismo climático y los ataques terroristas.

"Hay un Camp David para el presidente", dijo. "Si uno está en un cierto nivel en el que se puede dar ese lujo, también puede conseguirlo".

El complejo llamado Survival Condo cuenta con unidades de medio piso y piso completo con un costo que oscila entre 1.5 millones a 3 millones de dólares. El edificio tiene capacidad para 75 personas y los compradores incluyen médicos, científicos y empresarios, dijo el desarrollador Larry Hall.

Hall, que vive en un suburbio de Denver, compró su primer silo antimisiles en Kansas en 2008 y terminó su remodelación en diciembre de 2012. Un año más tarde, dijo, el desarrollo ya se había vendido totalmente. El trabajo en el segundo complejo de seguridad -- donde Allen adquirió una unidad-- ya está en marcha, y Hall dijo que está considerando sitios adicionales en Texas y otros lugares.

Como los antiguos emplazamientos de misiles nucleares construidos bajo la supervisión de Army Corps of Engineers, las estructuras fueron originalmente diseñadas para resistir el impacto directo de una bomba nuclear.

A nivel suelo, estos pueden estar sellados por dos puertas blindadas que pesan 7,257 kilogramos cada una. Hall les añadió sofisticadas instalaciones de agua y tratamiento de aire, redes informáticas de punta y opciones alternativas de generación de energía.

Los proyectos inmobiliarios aprovechan el trasfondo de angustia que priva en algunos pudientes, y que ha persistido desde los ataques terroristas del 11 de septiembre. La crisis financiera mundial, ahora los posibles riesgos que supone el virus del ébola y el surgimiento del Estado Islámico han intensificado sus preocupaciones de seguridad.

Los condominios, afirma la empresa, pueden permitir llevar una vida de lujo subterránea sin interrupciones. Además de las amenidades estándar --que también incluyen un spa, un parque para perros, gimnasio e instalaciones médicas-- el complejo dispone de suficientes alimentos de emergencia disponibles como para permanecer recluido hasta cinco años. También hay una celda de detención para los ocupantes ingobernables.

Las unidades individuales tienen techos de 2.7 metros de altura. La iluminación imita a la luz solar tanto como es posible. En lugar de ventanas tiene pantallas de video que pueden exhibir el escenario que prefiera el residente y que puede ir desde un paisaje hasta horizontes urbanos.

A diferencia de Allen, la mayoría de los propietarios no quieren que se registre su participación.

Un ejecutivo de una empresa de productos tabacaleros de Connecticut dijo que pagó 12 millones de dólares en efectivo por cuatro departamentos enteros del primer complejo silo-condominio --espacio suficiente como para dar cabida a su gran familia y a varios amigos. Contrató un decorador y equipó sus cuatro pisos con chimeneas, muebles antiguos y más "ventanas" de las que ofrecía que el espacio originalmente.

"Lo considero como una póliza de seguro de vida", dijo, añadiendo que tiene previsto usar el condominio que va más allá que un búnker sólo en una emergencia extrema. Sin embargo, añadió que su esposa "odia la idea" y se niega a poner un pie en el lugar --"por ahora".

En Estados Unidos, el gasto en seguridad residencial aumentó de 7,000 millones de dólares en 2001 a 12,000 millones en 2011, y se prevé que llegue a más de 16,000 millones en 2016, de acuerdo con Freedonia Group, una firma de investigación de mercado con sede en Cleveland. Esto cubre todo, desde los dispositivos de seguridad de rutina hasta el tipo de cuartos de seguridad reforzada que obtuvieron una amplia atención hace más de una década y que aparecieron en la película de 2002 "Panic Room " (La habitación del pánico).

Un financiero, que no quiso revelar su nombre, transformó un excepcional armario de 32.5 metros cuadrados de la cooperativa de su familia en Manhattan, en un refugio en caso de una invasión doméstica u otra emergencia.

La puerta blindada de la habitación supuestamente puede resistir disparos de fusil, y la suite está equipada con su propia fuente de energía y equipos de limpieza de aire que le permitirían mantener ocupantes durante un máximo de 72 horas. Está abastecida con alimentos, agua purificada, una estufa de gas portátil, artículos de primeros auxilios y juegos. El costo: cercano a los 100,000 dólares, de acuerdo con Insite Segurity, la firma de Nueva York que supervisó el proyecto.

Por su parte, los proyectos de los silos llevan el concepto de habitación de seguridad a otro nivel. Hall dijo que las instalaciones proporcionarán transporte blindado si los propietarios se dirigen al aeropuerto local o a cualquier lugar dentro de un radio de 640 kilómetros del silo. Un guardia armado protege la entrada al complejo completo todo el día.

Traducido por Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

 

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Fecha de publicación: 20/11/2014