15 de noviembre -- En 1970 Enrique Coppel Tamayo presentó una tarjeta de crédito que permitía a sus clientes de clase trabajadora comprar ropa y muebles en un puñado de tiendas minoristas que tenía en Culiacán.

     Cuatro décadas más tarde, sus cinco hijos multimillonarios han convertido esta idea en una red nacional de 1,000 tiendas, en donde compradores de bajos ingresos adquieren artículos como smartphones, lavadoras y perfumes Lacoste a crédito.

     Los clientes suelen pagar intereses de hasta 60%, más de 13 veces la tasa de referencia del banco central, en sus compras. Lo hacen vía múltiples abonos mensuales.

     Coppel genera ventas anuales por 4,600 millones de dólares y tiene el margen de ganancia más amplio entre los minoristas latinoamericanos, de acuerdo con datos compilados por Bloomberg News.

     A través de su holding Grupo Coppel, los hermanos Agustín, Enrique, Rubén, Alberto y José Coppel Luken tienen también intereses en un banco, BanCoppel, en un administrador de fondos para el retiro Afore Coppel, y en bienes inmuebles.

     Juntos controlan una fortuna combinada de 15,900 millones de dólares, de acuerdo con el índice de multimillonarios de Bloomberg. Ninguno de ellos ha aparecido en las listas internacionales de los más ricos.

     "Son menos visibles que una empresa similar que cotiza en la bolsa", dijo Miguel Guzmán, director asociado de deuda de empresas latinoamericanas para Fitch Ratings en Monterrey. "Pero no se les debe subestimar. Se percataron de que el mercado de bajos ingresos no significa que las personas no quieran buen servicio, buenos productos y todo eso".

     Ahora que la economía mexicana está en recuperación tras la recesión de 2009 y que el desempleo va a la baja, los consumidores del país tienen más efectivo para gastar en productos para el hogar.

     Las tiendas de Coppel dan a los consumidores de bajos ingresos la oportunidad de comprar un sofá cama o un iPhone en pequeños pagos distribuidos en 18 meses.

     Gracias a esas facilidades, el imperio Coppel se ha expandido pese al aumento de la violencia en su estado natal de Sinaloa, en donde opera el cártel de Joaquín "El Chapo" Guzmán, el narcotraficante más buscado de México.

     En una entrevista telefónica, Agustín Coppel, de 51 años de edad, presidente y director general de Coppel, dijo estar en desacuerdo con el cálculo de Bloomberg News sobre la fortuna de su familia. El empresario declinó proporcionar más información y rechazó solicitudes adicionales de entrevistas.

     El fundador de Coppel, Enrique Coppel Tamayo, transfirió sus acciones a sus cinco hijos años antes de que muriera en 2007, dijo Alberto Martínez, portavoz de la empresa, en una entrevista telefónica.

     Hasta 1999 Agustín tenía 17% de la compañía, Enrique 25%, Rubén 20% y Alberto 19%, de acuerdo con un prospecto de bonos convertibles publicado en ese entonces.

     La participación de 19% de José está dividida entre su esposa y un fondo anónimo, de acuerdo al prospecto.

     La familia declinó a dar un comentario sobre si las participaciones han cambiado desde entonces.

     El imperio de los Coppel se remonta a los años 30, cuando Enrique Coppel Tamayo, descendiente de inmigrantes polacos, estableció una tienda de regalos en el puerto de Mazatlán con un préstamo de 5,000 pesos que le hizo su madre.

     En 1941 trasladó su negocio a Culiacán, la capital de Sinaloa. Viajó a Dallas para comprar artículos y se diversificó hacia los segmentos de comida, bicicletas, muebles y productos electrónicos. Desde un principio ofreció crédito a sus clientes, que solían ser pobres.

     Ese modelo persiste hoy. En 1970, Coppel Tamayo creó la tarjeta Coppel para realizar compras en sus tiendas.

     En los años ochenta, con una docena de tiendas alrededor de Culiacán, pasó el mando de la empresa a su hijo mayor, Enrique, quien expandió la cadena de tiendas a distitntas ciudades en todo México, al tiempo que también amplió su oferta de productos.

     Para 1990, Enrique había logrado que la empresa tuviera 30 tiendas, y para 2001, la familia tenía 143, de acuerdo con una tesis doctoral de 2003 sobre los establecimientos Coppel presentada en la Universidad Autónoma Metropolitana.

     El patriarca murió en 2007. Al año siguiente Agustín se hizo cargo de la empresa minorista para que Enrique pudiera concentrarse en la expansión internacional de la empresa y sus intereses financieros recién adquiridos.

     Desde entonces Coppel ha abierto ocho tiendas en Brasil y ocho más en Argentina. A principios de este mes abrieron su tienda número 1,000 en Teotihuacan, sede de las famosas pirámides del Sol y la Luna donde la empresa realizó un magestuoso evento.

     Buena parte de la familia continúa en Culiacán, en donde la compañía tiene su sede.

     En una entrevista telefónica, la directora de relaciones con inversionistas Edith Peña dijo una empresa holding, controlada por la familia, es dueña de 87% del negocio minorista, luego de tomar en cuenta los bonos convertibles en acciones actualmente en circulación. 

     Esa empresa es también al menos propietaria de 99% de las otras tres unidades de la familia. El reporte anual de 2010 de Coppel también establece que los hermanos son sus principales accionistas.

     La operación minorista de la compañía generó ventas por 60,800 millones de pesos, ganancias antes de intereses, impuestos depreciación y amortización (Ebitda) por 11,900 millones de pesos y utilidades por 8,300 millones de pesos en los 12 meses que concluyeron el 30 de septiembre, con una deuda neta de 11,400 millones de pesos, de acuerdo con los resultados anualizados de los estados financieros publicados en la página de internet de la Bolsa Mexicana de Valores.

     El margen Ebitda de 20% de Coppel y el margen de ganancias de 14% son los más elevados entre los las empresas minoristas latinoamericanos con un valor de mercado de cuando menos 1,000 millones de dólares, de acuerdo con datos compilados por Bloomberg.

     El competidor más cercano de Coppel es Grupo Elektra, controlado por el empresario de la televisión, Ricardo Salinas Pleigo, que ocupa el puesto número 83 en el índice de Bloomberg con una fortuna de 10,700 millones de dólares.

     Agustín, el más joven de los hermanos Coppel, tiene una fortuna de 2,700 millones de dólares, mientras que Enrique, el mayor tiene una fortuna de 4,000 millones de dólares. José y Alberto tienen ambos una fortuna de 3,000 millones de dólares y la de Rubén es de 3,200 millones de dólares.

   A finales del tercer trimestre la empresa tenía préstamos a clientes por 2,000 millones de dólares. La tasa de morosidad era de 26%, de acuerdo con la empresa.

    La operación minorista de Coppel está valorada en 14,400 millones de dólares, de acuerdo con datos compilados por Bloomberg, comparando sus resultados con el valor de cinco competidores latinoamericanos: Elektra y El Puerto de Liverpool de México, Almacenes Éxito de Colombia, SACI Falabella de Chile y Lojas Americanas de Brasil.

      BanCoppel, el banco de la familia, generó una ganancia de 350 millones de pesos en los 12 meses que concluyeron el 30 de septiembre, con un capital accionario de 2,300 millones de pesos. El banco así está valorado en 390 millones de dólares comparando los resultados de cinco competidores: Grupo Financiero Banorte y Compartamos de México, Bancolombia, Scotiabank Perú y Banco de Crédito e Inversiones de Chile.

     Afore Coppel, el negocio de administración de pensiones, manejaba al  menos 60,000 millones de pesos hasta septiembre y cobró una comisión anual de 1.59%, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro.

     El ingreso resultante de 955 millones de pesos se comparó con el ingreso promedio de otras empresas de pensiones como AFP Provida y AFP Habitat de Chile, y AFP Protección de Colombia. Esta compración le da un valor a esa filial de 370 millones de pesos.

     En 2011, las tiendas Coppel pagaron 1,400 millones de pesos en renta a la empresa Sakly, la compañía de bienes raíces de los hermanos Coppel Luken. Esa empresa está valorada en 450 millones de dólares al comparar su desempeño con el de sus competidores: Inmuebles Carso de México y Cyrela Commercial Properties de Brasil.

     La familia reinvirtió todas las ganancias de la empresa de 2002 a 2008, de acuerdo a una declaración enviada a la bolsa. De acuerdo con los dividendos reportados desde entonces, luego de restar las reinversiones en su banco y tomar en cuenta el desempeño del mercado, los hermanos probablemente controlan una cartera de inversión combinada de más de 275 millones de dólares.

     Las actividades filantrópicas de la familia son privadas, dijo Gisela Casarin, portavoz de la empresa. En febrero de 2009 Yolanda Luken de Coppel, la viuda del patriarca, asistió a la inauguración de la pista Enrique Coppel Tamayo en el club ecuestre de Culiacán, de acuerdo con el diario Noroeste.

     Al mes siguiente el periódico informó que la familia Coppel financió la construcción de tres iglesias en el estado de Sinaloa.

Traducido por Giselle Rodríguez

 


Fecha de publicación: 15/11/2012