29 de enero (Bloomberg) -- A los conductores venezolanos les fascina llenar sus tanques de gasolina a una tarifa de 6 centavos por galón, pero el presidente del país dijo que el país ya no se puede dar ese lujo durante más tiempo.

Tras la caída del los precios del petróleo venezolano en cerca de 60% desde junio y ante la escasez de todo tipo de bienes que padece el país sudamericano, desde la falta de papel higiénico hasta la ausencia de dólares, el presidente Nicolás Maduro dijo recientemente que había llegado el momento de "iniciar el debate" sobre el aumento a los precios del combustible.

A pesar de que perjudicará sus bolsillos, algunos residentes de Caracas dijeron que tiene razón.

"Gasto más en comprar un paquete de goma de mascar que lo que gasto para llenar mi tanque del coche", dijo el taxista José Córdova, de 41 años, mientras llenaba su tanque de gasolina en una estación de Petróleos de Venezuela, cerca del distrito financiero de Caracas. "Se necesita un aumento en el precio de la gasolina".

Esta es una medida arriesgada.

De Nigeria a Bolivia, los líderes han retractado sus planes para elevar los costos del combustible cuando enfrentaron protestas públicas. Hace apenas un año, Maduro enfrentó manifestaciones callejeras violentas por su política económica y la escasez de productos básicos, que dieron como resultado más de 40 fatalidades.

Venezuela, país que tiene las mayores reservas petroleras del mundo, enfrentó disturbios, saqueos y una represión militar que eventualmente ayudó a impulsar a Hugo Chávez a la presidencia cuando el entonces presidente, Carlos Andrés Pérez, aumentó los precios de la gasolina en 1989.

Ante el temor de que se repitan los llamados disturbios del Caracazo, Chávez nunca impulsó los precios de la gasolina durante los 14 años que fungió como presidente. El último aumento de precios fue en 1996.

Como resultado, el combustible barato es una parte implícita de la vida en Venezuela. Los caraqueños a veces conducen unos cuantos metros para ir a una cafetería, en lugar ir caminando.

 

Demasiado tarde

El precio de la gasolina de 95 octanos de Venezuela, el combustible más popular, es de 0.097 bolívares por litro, o 0.06 dólares por galón, a la tasa de cambio oficial. Para la elite que tienen acceso a dólares y que puede cambiar dinero a la tasa de cambio del mercado negro de 183 bolívares por dólar, el combustible es prácticamente gratuito.

Los analistas dijeron que el aumento en el precio del combustible es parte del paquete de medidas necesarias para ayudar a la economía pero que éste podría haber llegando demasiado tarde. La economía se contrajo 2.8% el año pasado, dijo Maduro, mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica que el producto interno bruto del país se contraerá 7% en 2015.

"Si esas medidas se hubieran promovido hace un año, la reacción del mercado hubiera sido eufórica", dijo Siobhan Morden, estratega para Latinoamérica de Jefferies, en una nota dirigida a clientes.

No todos los conductores confían en que el gobierno gaste con prudencia los nuevos ingresos que podrían obtener con el incremento.

"¿Qué van a hacer con todo ese dinero extra?", preguntó Ysnaldi Chaguan, ex farmacéutico quien dijo que se dedicó a conducir taxis después de que el gobierno de Chávez nacionalizó su empresa. "El gobierno sigue diciendo que están invirtiendo en las misiones sociales, ¿pero acaso ha mejorado la calidad de vida de la mayoría de los venezolanos? La respuesta es no”.

Adolfo Sandoval, mientras llenaba el tanque de su coche en el barrio de San Ignacio, calificó a los precios baratos como un "regalo innecesario" del gobierno.

"El gobierno debería regalar algo más que gasolina", señaló.

Traducido por Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 29/01/2015