25 de feb. (Dow Jones) -- De pie junto al coche más moderno de Toyota Motor el mes pasado, los dos hombres que encabezan las esferas empresariales y políticas de Japón participaron en un conspicuo momento de respaldo mutuo.

El presidente de Toyota, Akio Toyoda, elogió el "tremendo liderazgo" del primer ministro Shinzo Abe. Por su parte, Abe subió a un Toyota Mirai impulsado por celdas de combustible, dio una vuelta por el jardín delantero de su oficina y calificó al auto de "muy cómodo, elegante y amigable para el medio ambiente".

Ambos personajes, nietos de figuras destacadas del siglo XX de Japón, están a la vez en el clímax de sus poderes y cada uno necesita del otro para lograr el éxito.

Hasta el momento, Abenomics ha significado para Toyota una repentina lluvia de dinero, ya que el estímulo monetario promovido por el primer ministro ha hecho más barato al yen. Eso hace que las exportaciones de Toyota sean más competitivas y aumenten los yenes que recibe por los dólares que obtiene en el extranjero. La compañía espera para este año ventas récord por casi 230,000 millones de dólares y una ganancia neta récord de 18,000 millones de dólares.

Ahora, Abe quiere que Toyoda le retribuya con creces.

Para que el primer ministro tenga éxito, él necesita que los salarios reales suban, algo que no sucedió el año pasado. De camino a una victoria electoral decisiva en diciembre, Abe prometió a los electores que se beneficiarían de Abenomics. A menos que los consumidores vean mejores cifras en sus cheques de pago, es improbable que abandonen su cautela y Japón tendrá problemas para sacudirse 15 años de deflación.

"Espero firmemente que lleguemos a acordar aumentos salariales mediante conversaciones sinceras entre la administración de la empresa y los sindicatos", dijo Abe en el parlamento recientemente. Las negociaciones salariales anuales iniciaron este mes en las grandes compañías.

Esta presión coloca a Toyoda en una posición delicada. El fabricante de automóviles famoso por su frugalidad no llegó a la cima de la industria mediante la adopción de una línea suave en lo referente a costos fijos.

La semana pasada, el sindicato de Toyota le pidió a la automotriz un aumento salarial base de 1.7% mensual a partir de abril. Añadiendo bonificaciones y ajustes por antigüedad, el aumento de sueldo del trabajador típico podría llegar hasta 4%.

Este es el tipo de propuesta que Toyota habría descartado sin miramientos. El año pasado elevó el salario mensual base 0.8%, después de no conceder aumento alguno los cinco años anteriores.

Toyoda ha expresado algunas ideas alentadoras. "Tanto el gobierno como el sector privado tienen como propósito" vencer a la deflación, dijo en enero. "Lo que es importante es que cada uno haga lo que puede hacer".

El precedente de Toyota podría ser muy poderoso. El grupo de la automotriz cuenta con cerca de 340,000 empleados en Japón, y sus proveedores de primero y segundo nivel emplean 1.35 millones de personas más, de acuerdo con una estimación realizada por la firma de investigación Teikoku Databank. En conjunto, esto es 3% del total del empleo en Japón, excluyendo a los auto-empleados, aunque algunos de los trabajadores de los proveedores no realizan trabajos relacionados con Toyota.

Toyota tiene la costumbre de exigir recortes en los precios de los proveedores dos veces al año. Pero evitó hacer esa demanda el otoño pasado y es probable que se abstenga de hacerlo de nuevo esta primavera, para que los proveedores puedan darse el lujo de aumentar salarios, dijo Akira Amari, el ministro de economía, que es cercano a Abe, el mes pasado. Quien elogió a Toyota por "poner el ejemplo".

Toyoda y Abe fueron criados en familias japonesas influyentes. Abe, de 60 años de edad, es hijo de un ex ministro de relaciones exteriores y nieto del ex primer ministro Nobusuke Kishi, líder en el desarrollo de la industria japonesa antes de la Segunda Guerra Mundial. Toyoda, de 58 años, representa la tercera generación de su familia en dirigir a Toyota Motor.

Toyoda ha visitado la oficina de Abe por lo menos cuatro veces desde que el primer ministro asumió su cargo en 2012, dos veces en eventos relacionados con el coche de celdas de combustible y dos más para debatir sobre la economía.

Además, Toyota es uno de los principales contribuyentes del gobernante Partido Liberal Democrático, al que pertenece Abe. En 2013, la empresa elevó su donación a la rama de fondos políticos del partido en 25%, al donarle 64 millones de yenes o alrededor de 540,000 dólares.

Toyota no donó al principal grupo de oposición, el Partido Democrático de Japón, que por lo general no ha aceptado donaciones corporativas en los últimos años.

En esta relación hay algo de tensión. A los ejecutivos de las empresas rara vez les gusta cuando un político --incluso uno conservador como Abe-- les dice cómo manejar su negocio.

En comentarios de enero, Toyoda se refirió a su promesa de cooperación, añadiendo, "Cada empresa tiene su propia historia y sistema. Nos gustaría que el gobierno nos deje a nosotros tomar nuestras propias decisiones".

Funcionarios de Toyota dijeron que el éxito de la empresa no sólo es producto de la debilidad del yen. La mejoría de la calidad y la eficiencia también merecen crédito, dijeron.

Un portavoz de Abe se negó a comentar sobre sus relaciones con Toyota.

Las relaciones obrero-patronales son un área en la que Toyota es particularmente sensible y es reacia a dejar que se inmiscuyan extraños.

Kiichiro Toyoda --el fundador de Toyota Motor y abuelo de Akio Toyoda-- dejó el cargo de presidente en 1950, como una manera de asumir la responsabilidad del despido de más de 2,000 trabajadores después de un conflicto laboral.

Desde entonces, la administración y los representantes sindicales por lo general han estado cerca, y los ejecutivos describen esa relación como una fuente del éxito a largo plazo de Toyota.

En su mayor parte, la empresa y el gobierno trabajan juntos.

El auto de celdas de combustible que Abe condujo alrededor de su jardín es un ejemplo: la inversión de Toyota en esta tecnología le está ayudando a Japón a mantener una ventaja en la innovación, de acuerdo con las autoridades, mientras que el gobierno está ayudando a Toyota a respaldar una red de estaciones para alimentar a los coches con combustible de hidrógeno.

"Lograr la aceptación de los vehículos de celdas de combustible no es algo que podamos como fabricantes de automóviles", dijo Toyoda en el evento de enero con Abe.

Traducido por Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

 

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Fecha de publicación: 25/02/2015