24 de ago. (Bloomberg) -- Los inversionistas en bonos del productor de petróleo estatal de México podrían estar comenzando a recibir buenas noticias.

     Petróleos Mexicanos está tratando de lograr un acuerdo con su sindicato para recortar el sistema de pensiones y beneficios que dará a sus nuevos trabajadores.

     Si logra ese acuerdo, cuyo plazo de negociación termina el 11 de septiembre luego de dos prórrogas a las negociaciones, la empresa podrá comenzar a transferir 42% de su pasivo laboral por pensiones de cerca de 102,000 millones de dólares al gobierno.

     La medida sería una bendición para Pemex, en momentos en que la caída de los precios del petróleo y una menor capacidad de producción de crudo ha golpeado sus ingresos y empujado su deuda a un monto total de 84,000 millones de dólares.

     Los problemas de Pemex son evidentes en el mercado de bonos, donde los inversionistas en la compañía han perdido cerca de 2% este año. Eso se compara desfavorablemente con una ganancia de 2.5% para los bonos corporativos de mercados emergentes.

     "Tiene todo el sentido del mundo poner esos pasivos donde deben estar --bajo la administración del gobierno", dijo Luis Maizel, quien administra 5,500 millones de dólares en activos de renta fija, incluidos los bonos de Pemex, en LM Capital Group.

     Las pensiones y jubilaciones que tiene que pagar Pemex se han duplicado en los últimos cinco años y son, con mucho, las más grandes de cualquier compañía de petróleo y gas en el mundo. Son más o menos cuatro veces las de Exxon Mobil, que tiene la segunda mayor deuda por pensiones de 25,000 millones.

     Para transferir los pasivos al gobierno de México, Pemex debe antes llegar del 11 de septiembre a un acuerdo con su sindicato en temas que incluyen el aumento de la edad de jubilación de 55 a 65 y que reduce múltiples beneficios como cupones de gasolina.

    

'Escenario Competitivo'

La necesidad de aliviar la pesada carga de las pensiones de Pemex nace de las históricas reformas que logró aprobar el presidente Enrique Peña Nieto en 2013 y 2014. Los cambios legales pusieron fin a casi ocho décadas de monopolio de Pemex, al permitir la llegada de capitales y empresas privadas, como Exxon a México para llevar actividades que hasta ahora la petrolera estatal era la única capaz de realizar por prohibiciones constitucionales.

     Pemex "está tratando de convertirse en una empresa viable en el futuro y garantizar su crecimiento en el nuevo escenario competitivo derivado de la reforma energética", dijo la compañía en un comunicado. "Se ve a preservar el equilibrio entre los derechos legítimos de los trabajadores y la situación financiera de la empresa."

     Pemex, cuya producción está en camino de caer por el año número 11 de manera consecutiva, está asumiendo un monto récord de deuda neta este año de 15,000 millones de dólares, la mayor cantidad desde al menos 1999, a fin de financiar más esfuerzos de exploración.

     El precio del crudo de México ha caído 58% en el último año a cerca de 38 dólares el barril.

     Los rendimientos de Pemex en bonos de referencia por cerca de 2,100 millones de dólares, que vence en 2023, han subido 0.71 puntos porcentuales en ese lapso a 4.56%, de acuerdo a datos compilados por Bloomberg.

     "Durante mucho tiempo, la principal preocupación de los tenedores de bonos eran los pasivos por pensiones que no sólo eran grandes, sino que seguían creciendo", dijo Joe Kogan, el jefe de estrategia de mercados emergentes de Bank of Nova Scotia. "Pemex tiene obviamente poco efectivo, que necesita para la exploración y la empresa tiene que tratar de ahorrar dinero en diferentes formas para financiar esos proyectos".

    


Fecha de publicación: 24/08/2015