27 de ago. (Bloomberg) -- Los mexicanos llevan meses exigiendo más detalles sobre la compra que realizó el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, de una gran casa de campo ubicada en el extremo de un campo de golf a pocas horas de la Ciudad de México.

Nuevos elementos que hasta ahora no se conocían sugieren que Videgaray cerró la compra de su casa de fin de semana, con dos pisos, mediante un inusual acuerdo con una constructora que tiene estrecha relación con el gobierno.

El secretario, un ex banquero de inversión que trabajó para la firma que se conocía como Protego, que encabezaba el también exsecretario de Hacienda Pedro Aspe, pagó por la casa con tres obras de arte y un cheque personal fechado el 31 de enero de 2014.

Sin embargo, el cheque por 6.6 millones de pesos (500,000 dólares) no se cobró sino hasta casi un año después, apenas días antes de que se publicara un reportaje en el diario The Wall Street Journal que cuestionaba la compraventa que había realizado el secretario con un contratista del gobierno --algo que daba la apariencia de un conflicto de interés.

Las fechas de giro y cobro del cheque se encontraron en los miles de documentos que la Secretaría de la Función Pública, al dependencia encargada de vigilar las conductas de los funcionarios públicos, dio a conocer la semana pasada en el marco de una investigación federal sobre las compras de viviendas que hizo el secretario de Hacienda, el propio presidente de México, Enrique Peña Nieto, y su esposa a empresas contratistas gubernamentales.

La investigación de la Función Pública exoneró de toda irregularidad a Videgaray, Peña Nieto y Angélica Rivera.

Sin embargo, las copias de los cheques que se incluyeron en la documentación revelada dan un nuevo giro a la telenovela política que domina los encabezados en México desde hace meses y que ha contribuido a socavar la popularidad de Peña Nieto entre los votantes.

“Esto no pasa la prueba de la risa”, dijo Arturo Pueblita, un especialista en derecho constitucional de la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México. “Es por completo irregular y genera grandes sospechas”.

El presidente, el secretario y la primera dama han negado haber actuado de forma inadecuada y la semana pasada quedaron libres de culpa en la investigación federal.

Los tres se negaron a conceder entrevistas para este artículo a través de funcionarios de prensa, al igual que uno de los dos contratistas que les vendieron casas.

La investigación fue dirigida por el secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade, quien fue designado al cargo por Peña Nieto y quien le reporta directamente. Gran parte de los descubrimientos --en ocasiones páginas enteras-- tienen partes en negro, lo que no ayuda a mitigar la percepción de que el gobierno tiene a sus empresarios favoritos, en una nación con una larga historia de amiguismo, corrupción e impunidad, dijeron políticos opositores y analistas.

Ricardo Anaya, el recién electo presidente del partido opositor, Partido Acción Nacional, dijo que la investigación que exoneró a Peña Nieto y Videgaray fue una “broma ofensiva”.

El Partido de la Revolución Democrática, también en la oposición, dijo en su página en internet, que el fallo “carecía de credibilidad”.

“Hay una serie de actos inusuales en todo esto”, dijo Ernesto Villanueva, un investigador en transparencia y corrupción en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Me da la sensación de que los investigadores trataron de exonerar al secretario de Hacienda”.

Andrade, quien asumió la investigación porque la ley mexicana no establece un proceso para un fiscal independiente, no contestó las solicitudes de declaraciones.

El Congreso puede organizar comisiones especiales pero éstas sólo pueden pedir que los funcionarios se presenten a audiencias y no pueden demandar la entrega de documentos.

En los documentos dados a conocer la semana pasada, se comprueba que Videgaray extendió un cheque por 6.6 millones de pesos en enero de 2014, a una filial de Grpo Higa, un conglomerado constructor propiedad de Juan Armando Hinojosa, que tiene 22 contratos gubernamentales --entre ellos el de renovar el hangar presidencial en el aeropuerto de la Ciudad de México.

Sin embargo, también se comprueba que la empresa de Hinojosa no cobró el cheque hasta el 5 de diciembre, casi un año después y días antes del artículo de The Wall Street Journal.

Andrade dijo la semana pasada para justificar su fallo de exoneración de Videgaray que el secretario compró la casa antes de convertirse en funcionario federal y que no estuvo involucrado de forma personal en el otorgamiento de los contratos que ganaron las empresas de Hinojosa.

Sus comentarios son los mismos que hizo Videgaray en una carta pública en diciembre pasado, en la que afirmó que había adquirido la casa antes de que Peña Nieto lo nombrara secretario de Hacienda en diciembre de 2012.

Pero los documentos difundidos por Función Pública indican que Videgaray no concluyó la compra de la propiedad hasta el 28 de noviembre de 2013, casi un año después de entrar en funciones. El cheque por 6.6 millones de pesos está incluso fechado dos meses después de cerrar la transacción.

El único documento que respalda la afirmación de Videgaray de que llegó a un acuerdo con Hinojosa para comprar la casa en octubre de 2012 tiene fecha de registro un año después cuando se cerró la transacción e incluye un calendario de pagos fechado en noviembre de 2013.

En el año desde que Videgaray acordó la compra de la casa y le fecha de cierre de la misma, las compañías de Hinojosa obtuvieron contratos de cuatro bancos de desarrollo, en los que Videgaray se desempaña como presidente del consejo.

Uno de los contratos que ganó Hinojosa era para transportar a altos funcionarios públicos, incluido Videgaray.

El único otro pago que Videgaray hizo antes de extender el cheque fue el de tres obras de arte que dijo haberle entregado a Hinojosa en 2012.

Videgaray valuó las obras, que recibió como regalo, en 2.45 millones de pesos. El secretario de Hacienda y Andrade se negaron a describir las obras de arte ni han revelado quién se las regaló al funcionario.

La falta de información sobre las obras de arte y las valuaciones independientes plantean más preguntas sobre la transacción, dijeron Pueblita y Villanueva.

“Lo que se percibe es que se trató de un intercambio de favores, que la casa fue un pago por los contratos”, dijo José Antonio Crespo, un analista político del Centro para la Enseñanza y Docencia Económica (CIDE) de la Ciudad de México. “Esa es la raíz del escándalo”.

 


Fecha de publicación: 27/08/2015

Etiquetas: México política escándalo corrupción conflicto de intereses