28 de ago. (Dow Jones) -- El año pasado, cerca de un cuarto de la fresas y las frambuesas de la Granja Biringer se pudrieron en el campo ya que no pudo encontrar suficientes trabajadores. Samantha Bond está decidida a no permitir que eso suceda de nuevo.

A principios de este año, Bond, gerente de recursos humanos de una granja de 86.5 hectáreas de Arlington, Washington, ofreció aumentos de 20% a los trabajadores más productivos de la última cosecha. También publicó anuncios de ofertas de empleo en Craigslist, al lado de las autopistas y en la puerta del baño de una iglesia. También cabildeó con éxito en escuelas secundarias locales para difundir su llamado a los trabajadores durante los anuncios matutinos.

A pesar de los esfuerzos de Bond, Biringer enfrentó nuevamente la escasez de trabajadores y normalmente atrajo menos de 60 de los aproximadamente 100 empleados que necesitaba en los días de cosecha. "Definitivamente nos jalamos de los cabellos por la desesperación", dijo.

Las tribulaciones de Bond reflejan la lucha más generalizada que enfrentan las granjas productoras de frutas, verduras y lácteos de Estados Unidos para asegurar peones debido a la disminución de la inmigración ilegal proveniente de México y al fortalecimiento de la economía estadounidense que actualmente hace que sea más fácil que las personas encuentren un trabajo menos agotador, a menudo en zonas con menores costos de vivienda. 

En una industria notoria por las malas condiciones laborales, las empresas agrícolas están cortejando empleados elevando los salarios más de lo que aumenta la inflación y mejorando las prestaciones médicas y otras más. Aun así, muchas granjas dicen que estos esfuerzos no han solventado de manera significativa su déficit de trabajadores.

En general, en Estados Unidos, el descenso de los trabajadores está disminuyendo la producción de frutas y verduras 9.5%, o 3,100 millones dólares anuales, de acuerdo con un análisis publicado recientemente de datos del gobierno realizado por Partnership for a New American Economy, un grupo apartidista que apoya una política de inmigración más relajada.

El problema comenzó hace años y se exacerbó temporalmente este verano por un problema técnico que afectó el procesamiento de las visas de trabajadores temporales y que retrasó la llegada a Estados Unidos de miles de trabajadores agrícolas legales, lo que provocó millones de dólares en pérdidas de cosechas en California y otros estados.

En términos más generales, los productores dijeron ellos llevan la peor parte de la represión del gobierno federal sobre la inmigración ilegal, ya que carecen de una adecuada fuerza laboral alternativa. Los trabajadores nacidos en Estados Unidos que no están acostumbrados a las labores agrícolas abandonan el trabajo después de unos días durante la temporada de cosecha, dijeron propietarios de fincas, y el suministro de trabajadores agrícolas, que en su mayoría son de origen mexicano, se ha reducido en los últimos años. 

Eso se debe en parte al mayor control que tiene Estados Unidos de su frontera sur y a la decreciente tasa de natalidad mexicana que ha disminuido el número de trabajadores jóvenes que se dirigen a Estados Unidos.

Algunas compañías están construyendo viviendas y proporcionando oportunidades educativas para atraer trabajadores agrícolas. Limoneira, el mayor productor de limón en el país, dijo que en los últimos cinco años comenzó a pagarles a los trabajadores para aprener inglés o para obtener títulos de formación profesional en una universidad local. 

La empresa de Santa Paula, California, y que cotiza en bolsa, también mejoró los beneficios de jubilación en 20% y construyó y rentó a sus empleados 65 viviendas de dos y tres habitaciones a precios por debajo del mercado en el Condado de Ventura de California, dijo el director de operaciones Alex Teague. También ha aumentado los salarios 20% a cerca de 16 y 17 dólares por hora a sus 2,000 trabajadores, principalmente en California y Arizona.

Aun así, la empresa perdió aproximadamente 5% de sus cultivos el año pasado debido a que su disminuida fuerza laboral no pudo cosechar lo suficientemente rápido, dijo. En algunos casos, algunos trabajadores dejaron su trabajo ya que les ofrecieron una mayor retribución en otras granjas ubicadas a pocos kilómetros de distancia. Este año, Limoneira, que genera alrededor de 100 millones de dólares en ingresos anuales, ya ha perdido 8% de su producción de fruta que se pudrió y cayó al suelo, dijo.

"No vemos el final" del problema laboral, dijo Teague.

A nivel nacional, el salario promedio por hora de los pizcadores de cultivos contratados directamente por los agricultores ha subido 5.3% a 11.33 dólares, ajustado por la inflación, en los últimos cuatro años, de acuerdo con datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos. Eso va en contra de la tendencia general a largo plazo para el trabajo que requiere una escasa preparación las industrias minorista y otras de Estados Unidos, donde ha habido poco crecimiento en los salarios reales.

Mientras tanto, la edad promedio de los pizcadores de cultivos de Estados Unidos se elevó de 33 a 38 años en 2000, de acuerdo con datos federales, lo que los hace menos propensos a buscar los trabajos más arduos.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

 

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Fecha de publicación: 28/08/2015