8 de feb. (Dow Jones) -- Para los amantes de los números dramáticos, China ha sido un regalo durante mucho tiempo. El flujo de efectivo que ha salido del país ha producido una estadística más impresionante: Estamos presenciando el mayor episodio de fuga de capitales de la historia.

Las reservas extranjeras de China se redujeron en 700,000 millones de dólares el año pasado. El flujo de efectivo que ha salido por sus fronteras está complicando la transformación económica del país y aumentando los riesgos de que haya problemas en otros mercados emergentes, donde el dinero ya está fluyendo hacia el exterior.

"Lo qué sucedió en China en 2015 fue de una magnitud sin precedentes", dijo Charles Collyns, economista en jefe de Institute of International Finance, un grupo global de la industria financiera.

El tamaño de la economía china, valuada en 10 billones de dólares, y sus todavía enormes reservas extranjeras significan que el flujo de salida no causará una crisis inmediata en el país, aunque hay riesgos.

De acuerdo con datos del Banco Mundial, la disminución de 700,000 millones de dólares en reservas extranjeras de China es más grande que el total de las reservas extranjeras de todos los bancos centrales del mundo, a excepción de tres --Japón, Suiza y Arabia Saudita. Los flujos de China son los más grandes en términos absolutos, aunque otros países han sufrido salidas mayores en relación al tamaño de sus economías.

La gran preocupación es que China devalúe su moneda, lo cual sucedería al mismo tiempo cuando el dinero está huyendo de los mercados emergentes ya que los inversionistas se han vuelto más reacios al riesgo y que la Reserva Federal de Estados Unidos ha comenzado a subir lentamente sus tasas de interés.

Si el yuan cae aún más, hará que las economías de sus vecinos asiáticos sean menos competitivas. Eso podría conducir a una mayor fuga de capitales de los mercados emergentes, lo que podría drenar las reservas de divisas en países que tratan de evitar que caigan sus monedas. Los países que vean caer sus monedas también podrían enfrentar inflación, retardando la inversión y limitando su crecimiento.

La mayoría de los casos históricos de la fuga de capitales tienen una causa principal --la agitación económica, inestabilidad política o una crisis externa que impulsa a los inversionistas a llevarse su dinero a su casa.

Sin embargo, en China hay varias razones interconectadas por las que los habitantes locales y extranjeros están retirando su dinero, y la combinación parece estar empeorando la situación.

En primer lugar, miles de millones de dólares se invirtieron en China en el supuesto de que continuaría su fuerte crecimiento económico y que el yuan seguiría apreciándose. Ambos supuestos han resultado ser erróneos.

En segundo lugar, la represión de la corrupción por parte del presidente de China, Xi Jinping, y su intento por culpar a ejecutivos de la industria de las finanzas por el colapso que sufrió la bolsa el verano pasado, han llevado a muchas personas a tratar de sacar su dinero de China, ya sea que se haya obtenido lícita o ilícitamente.

El sueño que tienen muchos chinos de que sus hijos sean educados en el extranjero es otra de las causas de las salidas de capital a largo plazo.

Un gran motivo de las salidas probablemente se mitigue este año. Muchas compañías chinas obtuvieron préstamos en dólares en los últimos años para aprovechar las menores tasas de interés que prevalecían fuera de China. Un yuan más débil ha hecho más costosos esos préstamos más caros, por lo que las empresas han estado pagando rápidamente su deuda en dólares, a menudo obteniendo prestado en casa.

Por último, los flujos también se deben a la creencia de que será más difícil mover el dinero al extranjero. Los chinos tienen como límite sacar 50,000 dólares anuales, aunque hay varias maneras de evitar las restricciones. El gobierno chino está incrementando sus esfuerzos para detener el flujo de dinero con nuevas normas, por lo que es difícil que las empresas extranjeras en China repatrien sus ganancias y que los inversionistas muevan yuanes al extranjero.

Hasta el momento, el mayor problema para China es la percepción. La fuga de capitales señala una pérdida de confianza en la capacidad del gobierno para manejar la economía. La percepción se agrava en China por la opacidad del gobierno y por la difícil transición de la economía, de depender de las grandes infraestructuras y las exportaciones al gasto de consumo doméstico.

"La fuga de capitales es motivada por el nerviosismo y la falta de confianza", dijo Dev Kar, economista en jefe de Global Financial Integrity y un funcionario del Fondo Monetario Internacional, quien rastrea los flujos de dinero. "Si confío en el futuro del país, no necesito sacar mi dinero".

El otro riesgo a China es una crisis de liquidez. Si bien esto parece poco probable, la escasez de dinero podría dificultar más que las empresas y los gobiernos locales muy endeudadas renueven sus préstamos. "Si va uno a contar la historia de una grave recesión grave, esta tratará de una de las mayores fuentes de riesgo", dijo Andrew Tilton, economista en jefe para la región Asia-Pacífico en Goldman Sachs.

En comparación con China, el impacto de la fuga de capitales ha sido mucho peor en Rusia, el otro ejemplo reciente e importante de grandes flujos de salida. Los 330,000 millones de dólares que salieron de Rusia en 2014 y 2015 fue mucho más grande en relación al tamaño de la economía y tuvo un impacto mucho mayor, lo que contribuyó al colapso en el rublo, a una fuerte contracción de la economía y a la disminución de la liquidez.

El que China haya sido capaz de evitar todo esto muestra la fortaleza económica del país --incluyendo un sólido superávit de la cuenta corriente-- y las herramientas disponibles que tiene Beijing.

"China no necesita cerrar el flujo de salida, simplemente contenerlo", dijo Tilton.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 08/02/2016