12 de ene. (Dow Jones) -- Las deudas del presidente electo Donald Trump y sus negocios están dispersas en los bancos de Wall Street, fondos de inversión y otras instituciones financieras, ampliando la maraña de intereses que plantea posibles conflictos para la administración del presidente entrante.

Cientos de millones de dólares de deuda vinculada con las propiedades de Trump, algunas de ellas respaldadas por la garantía personal de Trump, fueron empacadas en valores y vendidas a inversionistas durante los últimos cinco años, de acuerdo con un análisis que realizó el diario The Wall Street Journal en base a documentos legales y de propiedad.

Trump ya ha revelado previamente que sus negocios deben por lo menos 315 millones de dólares a 10 empresas. De acuerdo con el análisis del diario, las deudas de las empresas de Trump están en manos de más de 150 instituciones. Éstas compraron la deuda después de que se dividió y re-empacó en bonos --un proceso conocido como titulación, que se ha utilizado en más de mil millones de dólares de deuda vinculada con las empresas de Trump.

Como resultado, una amplia gama de instituciones financieras ahora están en una posición potencialmente poderosa en relación al presidente entrante. Si los negocios de Trump incumplieran en el pago de sus deudas, las gigantescas instituciones financieras que fungen como prestamistas especiales de estas agrupaciones crediticias tendrían el poder para excluir algunas de las propiedades de la marquesina de Trump o buscar decenas de millones de dólares con los que Trump garantizó personalmente estos préstamos.

El problema con cualquiera de estas deudas es si algo resulta mal, y si hay una situación en la que el presidente de repente sea responsabilizado o sea vulnerable a las amenazas de los prestamistas”, dijo Trevor Potter, quien fue asesor general de las campañas presidenciales de los republicanos George H.W. Bush y John McCain.

Wells Fargo por ejemplo, cuenta con por lo menos cinco fondos de inversión que poseen partes de la deuda titulada de las empresas de Trump, de acuerdo con un análisis de datos de los fondos de inversión llevado a cabo por Morningstar a pedidos del diario antes mencionado.

El banco también es un fideicomisario o administrador de fondos de préstamos titulados que incluyen 282 millones de dólares en préstamos concedidos a Trump. Wells también actúa como administrador especial de 950 millones de dólares en préstamos concedidos a una propiedad que posee parcialmente una de las compañías de Trump, de acuerdo con documentos de valores y de propiedad.

Wells Fargo enfrenta actualmente el escrutinio de los reguladores federales en torno a sus prácticas de ventas fraudulentas y otros temas. Una vez que entre en funciones, Trump nombrará a los jefes de muchos de los reguladores que controlan el banco.

Otras empresas con tenencias de deuda comercial de Trump incluyen fondos administrados por J.P. Morgan Chase, BlackRock, Fidelity Investments, Invesco, Pacific Investment Management, Prudential y Vanguard Group.

Los colaboradores Trump no respondieron a las solicitudes para que brindaran sus comentarios. Los representantes de las instituciones financieras se negaron a comentar o no respondieron a las solicitudes para que proporcionaran sus comentarios al respecto.

Es común que los grandes inversionistas inmobiliarios tengan deudas repartidas en Wall Street. Pero la naturaleza amplia de las deudas de Trump complica los posibles conflictos que podría enfrentar entre su papel como presidente y su interés financiero personal, especialmente si Trump opta por no vender sus propiedades inmobiliarias, dijeron algunos expertos.

“El surgimiento de conflictos potenciales es peligroso y existe seriamente en esta situación”, dijo Lawrence Noble, ex asesor general de la Comisión Federal de Elecciones, quien ahora trabaja para el apartidista Campaign Legal Center.

El presidente electo ya anunció que planea separarse de su imperio empresarial antes de asumir la presidencia el 20 de enero. En la conferencia de prensa del miércoles, Trump dijo que se estaba separando de sus intereses comerciales y que sus hijos se estaban haciendo cargo de ellos para cumplir a cabalidad con sus responsabilidades presidenciales.

Esa incertidumbre --agravada por la decisión de Trump de romper con decenios de precedentes al negarse a publicar sus declaraciones de impuestos-- hace imposible evaluar el alcance total de los posibles conflictos.

El negocio de Trump consiste principalmente en activos inmobiliarios y unidades que administran hoteles y torres de condominios, conjuntados en una compañía tenedora llamada Trump’s Organization, de la que es propietario.

En mayo pasado, Trump presentó una declaración financiera en Federal Election Commission (Comisión Federal de Elecciones), en la que se enumeraron 16 préstamos con un valor de 315 millones de dólares que sus empresas habían recibido de 10 instituciones, entre ellas Deutsche Bank. Pero esa declaración sólo informó de las deudas que tienen las empresas que controla, excluyendo más de mil 500 millones de dólares prestados a las sociedades en las que tiene una participación de 30%.

Ladder Capital, un fideicomiso de inversiones inmobiliarias de Nueva York, es enumerada en la declaración como la financiera de algunas de las propiedades más valiosas de Trump en Manhattan.

En 2012, la firma le prestó 100 millones de dólares garantizados por la Trump Tower, la sede de la Quinta Avenida del presidente electo, y en 2015 le prestó 160 millones de dólares garantizados por el edificio ubicado en 40 Wall Street, nombrada con letras doradas en sus paredes art deco como “The Trump Building”.

Ambos préstamos están respaldados parcialmente con garantías personales de Trump, muestran las declaraciones de valores.

Ladder ya no posee ninguno de los 282 millones de dólares en préstamos que concedió a las entidades de Trump, de acuerdo con las presentaciones de valores y una persona familiarizada con el asunto.

Los préstamos se empacaron con otras deudas inmobiliarias y se vendieron a inversionistas a través de seis titulaciones manejadas por Wells Fargo y Deutsche Bank. Los administradores especiales de las agrupaciones de préstamos --que se involucrarían si los préstamos incumplen-- incluyen unidades del banco regional PNC Financial Services Group y la constructora de viviendas Lennar, de acuerdo con Trepp, un servicio de datos de bienes raíces.

Los representantes de esas compañías se negaron a hacer comentarios.

Es imposible identificar todas las empresas o individuos que ahora poseen la deuda titulada de las empresas de Trump, ya que a menudo estas inversiones no tienen que ser reveladas. El análisis de Morningstar de las declaraciones de los fondos de inversiones encontró 151 que poseen partes de la deuda agrupada.

Los préstamos de entidades que son parte de los negocios de Trump también son controlados por instituciones financieras con grandes apuestas en la agenda del presidente electo.

MetLife, por ejemplo, tiene un préstamo de 300 millones a la compañía de responsabilidad limitada propietaria (LLC, por sus siglas en inglés) del 555 California Street, un rascacielos de 52 pisos de San Francisco. Esa LLC a su vez es 30% propiedad de Trump y 70% de Vornado Realty Trust.

MetLife está luchando contra los reguladores en la corte por su designación como una “institución financiera sistémicamente importante (SIFI, por sus siglas en inglés)”, una clasificación que la somete a regulaciones más rígidas. El gobierno está apelando una decisión inicial a favor de MetLife, y la administración Trump podría decidir desistir de ese desafío. El equipo de transición Trump ha prometido desmantelar la ley Dodd-Frank de 2010 que creó la etiqueta SIFI.

Un portavoz de MetLife declinó hacer comentarios más allá de las cuestiones relacionadas con su caso judicial.

Deutsche Bank tiene un saldo total de 340 millones de dólares de préstamos concedidos a entidades de Trump, incluyendo una línea de crédito de 170 millones de dólares de su recientemente inaugurado hotel en Washington, según documentos de propiedad y valores.

El banco alemán también es una de las cuatro firmas --junto con UBS Group, Goldman Sachs Group y Bank of China-- que en 2012 acordaron prestarle 950 millones de dólares a las compañías que poseen el 1290 de Avenue of the Americas, un rascacielos de Nueva York cercano al Rockefeller Center. Esas compañías están controladas por una sociedad que es 30% propiedad de Trump.

El préstamo de 950 millones de dólares se tituló en 2012 en una transacción encabezada por Deutsche. Wells Fargo es el administrador especial de la deuda titulada.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 12/01/2017

Etiquetas: Trum Deudas Conflicto Intereses Deutche Bank Fondos Inversión Fideicomisos