8 de feb. (Dow Jones) -- El camino que lleva del aeropuerto hasta el centro de esta ciudad, el bullicioso emporio industrial de México, está atestado de fábricas y almacenes con nombres de corporativos estadounidenses que producen algunos de los productos más reconocibles del mundo: lavadoras Whirlpool, galletas de Mondelez International y maquillaje Mary Kay.

En un parque industrial ubicado a las afueras de la ciudad que incluye instalaciones de General Electric y DuPont, una calle se llama Avenida TLC, mientras que otra se llama Boulevard TLC, el acrónimo del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica que une a las economías de los Estados Unidos, Canadá y México.

La ola de inversiones extranjeras inspiradas por el TLC ha ayudado a convertir a Monterrey en la capital del Libre Mercado de México, elevando a decenas de miles de trabajadores a la clase media y haciendo aún más ricas a las poderosas familias industriales. En estos días, las personas en ambos extremos de la economía están luchando para averiguar qué hacer ahora que el nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece estar cumpliendo sus votos por renegociar el TLC y construir un muro entre ambos países.

El mes pasado, se canceló una reunión programada entre Trump con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, durante la cual ambas partes debían acordar un marco para renegociar el pacto, si México se negaba a pagar el muro.

“El libre mercado es crucial para el crecimiento de México”, dijo Alberto de Armas, presidente de la sección Monterrey de American Chamber of Commerce of Mexico, una asociación comercial a favor del libre comercio. “Cuando llegué por primera vez a Monterrey en la década de los ochenta, ésta era una ciudad adormilada, eran fábricas de vidrio, cemento y cerveza. Ahora puedes ir a la ópera”.

Mientras que líderes políticos estadounidenses que van desde Trump hasta el senador demócrata Bernie Sanders han culpado al TLC y al libre comercio más ampliamente por la pérdida de empleos registrada en Estados Unidos, este ha convertido a las exportaciones en el motor de la economía mexicana. El TLC ayudó a que una amplia franja del país se desarrollara, ayudó a terminar con los ciclos crónicos de auge y caída del país, y dio lugar a un aumento de cinco veces en la inversión extranjera directa anual --en su mayoría realizada por empresas de Estados Unidos. El mayor empleador privado de México es Wal-Mart Stores, con sede en Bentonville, Arkansas.

Para México, el ascenso de Trump es considerado como la mayor amenaza para el país desde la Primera Guerra Mundial, cuando Marines estadounidenses ocuparon brevemente la ciudad de Veracruz. También pone fin a seis décadas la política estadounidense que consideró la estabilidad de México como una prioridad clave.

La moneda nacional, el peso, se ha debilitado cerca de 13%, y la inversión extranjera directa, que ya había caído 23% en los primeros nueve meses de 2016, parece haberse secado desde las elecciones estadounidenses. Economistas encuestados por el banco Citibanamex redujeron el mes pasado su previsión de crecimiento para 2017 de 1.7% a 1.5%. También elevaron las expectativas de una inflación más pronunciada y una nueva ronda de aumentos en las tasas de interés por parte del Banco de México.

Los líderes empresariales mexicanos están tratando de encontrar maneras de suavizar las repercusiones. Recientemente, unos 50 ejecutivos de las compañías más grandes de México se reunieron en privado en la Ciudad de México con Luis Videgaray, quien fue nombrado secretario de Relaciones Exteriores por el presidente Peña Nieto a principios del mes pasado.

El propósito fue proponer ideas sobre las maneras de abordar la administración Trump, una tarea que le fue delegada a Videgaray, quien anteriormente fungió como secretario de Hacienda y Crédito Público antes de renunciar al gabinete en septiembre por las consecuencias de la visita de Trump a México.

Los líderes empresariales sugirieron que Videgaray propusiera que el TLC añada reglas más estrictas de origen, lo que requeriría que los productos montados en México aumenten los niveles de componentes norteamericanos para ser exportados libres de aranceles a Estados Unidos.

En la industria automotriz, por ejemplo, algunas automotrices como Mazda Motor importan motores directamente de Japón para montar un automóvil en México para su exportación a Estados Unidos. Con base en las nuevas reglas, esos coches podrían estar sujetos a un arancel a menos que los motores fueran fabricados en la región.

Normas de origen más estrictas probablemente inducirían un cambio hacia un mayor contenido estadounidense, pero eso también aumentaría probablemente los costos y reduciría la competitividad de la región frente al resto del mundo, dijeron los defensores del comercio.

Videgaray aprobó la estrategia y dijo que esa parecía ser la táctica de negociación “más lógica”, de acuerdo con varios ejecutivos que asistieron a la reunión. La oficina de Videgaray, que se reunió con representantes de la administración Trump en Washington el mes pasado, no respondió a las llamadas en busca de comentarios.

Mientras gran parte de México sigue siendo pobre, partes del país han apalancado el comercio para comenzar a desarrollarse. La economía de Nuevo León, donde se ubica Monterrey, creció 67% entre 2004 y mediados de 2016, de acuerdo con datos del gobierno mexicano, con un promedio anual de más de 4%.

Asimismo, los 12 estados mexicanos que más dependen de las industrias de exportación regidas por el TLC --apiñados principalmente a lo largo de la frontera norte de México y en la región central de fabricación automotriz conocida como el Bajío-- registraron una tasa promedio anual de crecimiento económico de 3.7% desde 2004, de acuerdo con el análisis de los datos del gobierno realizado por el diario The Wall Street Journal. Los 20 estados mexicanos que no dependen en gran medida del TLC tuvieron un crecimiento promedio anual del PIB de 2.8% desde 2003.

Incluso si el TLC puede ser renegociado con éxito, México parece que tendrá un periodo difícil de negociación dado que Trump ha amenazado a las empresas estadounidenses que tratan de abrir una nueva fábrica al sur de la frontera.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 08/02/2017

Etiquetas: TLC EUA México Canadá Tratado Comercial Trump Economía