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8 de feb. (Dow Jones) -- Invertir tiene que ver con dos cosas: decidir qué es probable que suceda y compararlo con el precio que tiene eso en los mercados. La discusión sobre lo que es probable que ocurra durante la presidencia de Donald Trump ha dominado todos los medios desde su elección, y cada uno de los inversionistas tiene su propia opinión. En consecuencia, lo que es importante es compararlo con el precio que eso tiene.
Una gráfica pone fin a toda esa verborrea. La curva de rendimientos en el mercado de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, el cual es muy importante, narra una historia de Trumpinflación, el impulso al crecimiento y la inflación que duraría unos cuantos años y que tendría poco impacto a largo plazo en la economía real.
“La gente ha aumentado sus expectativas sobre el crecimiento, pero esto es más una visión cíclica que una visión estructural”, dijo Jan Hatzius, economista en jefe de Goldman Sachs.
La curva de rendimiento compara los rendimientos de los bonos en diferentes fechas, y su pendiente se ha acentuado mucho a medida que los rendimientos del Tesoro a 10 años subieron mucho más que los de los bonos a dos años desde las elecciones.
Esto sucede cuando los inversionistas esperan un crecimiento más rápido y una inflación más elevada, y forma un bucle de retroalimentación positiva con la inversión, ya que las inversiones planeadas más en el futuro implican una recompensa esperada más elevada.
Sin embargo, los bonos a más largo plazo cuentan una historia bastante diferente, con su curva más plana en el futuro. El rendimiento a 10 años ha aumentado mucho más que los rendimientos a 30 años, lo que sugiere pocos cambios en las expectativas a largo plazo para la productividad o la inflación.
La esperanza de un auge cíclico se refleja en los mercados de renta variable, aunque los detalles de las políticas de la nueva administración generan más ruido a nivel bursátil. Las compañías cíclicas, como las automotrices y las aerolíneas, han superado fácilmente al índice bursátil S&P 500 desde la elección presidencial, mientras que las empresas defensivas --las que son más capaces de enfrentar una recesión-- se han quedado rezagadas y, en el caso de las compañías de electricidad, han perdido dinero.
La curva de rendimientos puede ser una de las medidas más importantes en finanzas, pero incluso la pregunta de qué es lo que espera el mercado está abierta a la interpretación.
El inconveniente más obvio es el punto de partida. La pendiente de la curva ha aumentado mucho, pero el punto de partida estaba profundamente deprimido. El verano pasado los inversionistas estaban preocupados por un futuro sombrío con poco crecimiento y el riesgo de enfrentar una deflación, y la curva de rendimientos fue la más plana (o pendiente cercana a cero) desde 2007. Incluso después del reciente aumento de la pendiente, la brecha entre los bonos del Tesoro a 10 y dos años apenas está por arriba de los niveles posteriores a la crisis alcanzados en 2012 y 2015.
Michael Gapen, economista en jefe para Estados Unidos de Barclays, dijo que la curva no es más inclinada debido a cualquier estímulo de Trump --suponiendo que éste se haga realidad-- llegaría precisamente cuando la economía esté cerca ya del pleno empleo.
“Éste podría acelerar el final del ciclo porque llega tan tarde en el ciclo que realmente no cambiará la perspectiva a largo plazo”, dijo.
Si los planes de estímulo de Trump son implementados por el Congreso –y esta es una gran condicional-- estos podrían terminar provocando un aumento en la inflación más que en el crecimiento real. Lo que se refleja en el aumento de las expectativas implícitas de la inflación que privan en el mercado de bonos, conocida como inflación de equilibrio. Estás han egresado a un nivel superior de 2% para los próximos 10 años por primera vez desde 2014.
Un indicador del crecimiento real esperado, el rendimiento después de la inflación de los bonos del Tesoro a 10 años protegidos por la inflación, subió rápidamente después de las elecciones, antes de perder parte de sus ganancias luego del aumento de la tasa de interés de la Reserva Federal en diciembre.
Sin embargo, incluso en su pico de diciembre de 0.74% más la inflación, aún no había regresado al nivel en que estaba un año antes, y no estaba cerca de las normas anteriores a 2008.
Una interpretación: Los inversionistas piensan que las presiones a la baja sobre el crecimiento y la inflación por parte de la población en proceso de envejecimiento son mayores que cualquier probable aumento de la productividad producto de reducir la burocracia o mejorar la infraestructura. Lo más que puede hacer Trump es hacer que Estados Unidos sea un poco más grande de lo que sería de otra manera, no el más convincente de los eslóganes de su campaña.
Algunos críticos argumentan que el Tesoro a 30 años es una medida errónea de las esperanzas de crecimiento. No es muy negociado y las decisiones gubernamentales sobre la emisión, más la demanda insensible a los precios, vinculada a las obligaciones de las pensiones, pueden ser tan importantes como las creencias sobre el crecimiento a largo plazo.
Esto puede ser cierto, pero también es obvio que si los inversionistas creyeran realmente que Trump ofrecería un gran y permanente impulso al crecimiento a la inflación, pocos querrían bonos a 30 años con un rendimiento de poco más de 3%. Puede que no sea perfecta, pero ésta es una medida bastante buena.
Saber lo que el mercado en su conjunto está valuando implica oportunidades para los inversionistas que tienen una buena idea de lo que Trump logrará. Más crecimiento, más inflación o más caos político tienen la posibilidad de mover al mercado por mucho. El problema es para aquellos que tienen poca idea de lo que representa el hombre en la Casa Blanca; la diversificación habitual entre las acciones y los bonos ofrece poca protección contra el riesgo de una guerra comercial, cuando ambos títulos podrían sufrir a medida que la inflación se eleve y los beneficios caen.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 08/02/2017
Etiquetas: Trump Política Mercados Acciones Bonos Rendimientos