20 de feb. (Dow Jones) -- Nunca subestime la capacidad de Italia para salir del paso.

Tras la derrota del primer ministro Matteo Renzi en el referéndum de reforma constitucional de diciembre pasado, el país no se desmoronó, como muchos lo habían temido. No hubo una crisis política que condujera a elecciones anticipadas que podría haber llevado al movimiento antieuoropeo, Cinco Estrellas, al poder; ni tampoco se derrumbó su frágil sistema bancario.

En lugar de eso, se nombró un nuevo primer ministro rápidamente para encabezar un gobierno que se mantuvo sin cambios en gran medida y que actuó rápidamente para estabilizar los bancos.

Ahora, el sistema italiano ha tomado medidas adicionales para protegerse contra el riesgo que implicaría un futuro gobierno populista: un fallo de la Suprema Corte de Justicia derogó un cambio propuesto a la ley electoral del país, que habría creado un proceso de dos etapas para elegir a los integrantes de la Cámara Baja del Parlamento, y en el que el ganador de la segunda ronda automáticamente recibiría escaños de bonificación para otorgarle la mayoría absoluta.

En contraste, el tribunal dictaminó una elección de una etapa con escaños de bonificación disponibles sólo para el partido que recibe más de 40% de los votos. En el fragmentado panorama político de Italia, ese umbral tan elevado implica que sean más probables los gobiernos de coalición.

Aun así, hay riesgos en este escenario que permitiría salir del paso.

En primer lugar, la intervención del tribunal constitucional hace más probable la posibilidad de elecciones anticipadas, tal vez en junio. Incluso, de acuerdo a una ley electoral revisada, no puede ser descartado un gobierno del movimiento Cinco Estrellas, ya sea que éste alcance el umbral de 40% o que forme una coalición con otros partidos populistas.

A pesar de la implacable y crítica cobertura mediática sobre el desempeño de la alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, algunas encuestas colocan a su partido marginalmente por delante del Partido Demócrata de Renzi.

Los críticos de actual sistema cuestionan la competencia, coherencia ideológica y gobernabilidad del movimiento Cinco Estrellas, pero después de lo que se ha convertido en un patrón familiar en las democracias occidentales, eso parece no afectar su apoyo.

En su lugar, está aprovechando el profundo descontento público por la corrupción y el resentimiento con una Unión Europea que muchos creen que ha hecho poco por ayudar a Italia en sus dos desafíos principales, la migración y una economía estancada.

En segundo lugar, el sistema bancario todavía tiene la capacidad de generar sorpresas desagradables que podrían oscurecer el estado de ánimo político. Es cierto que el riesgo de una crisis sistémica de la banca italiana ahora parece haberse reducido mucho.

La promesa del gobierno de un fondo de 20 mil millones de euros (21 mil 400 millones de dólares) para respaldar el sistema bancario evitó una corrida en Banca Monte dei Paschi di Siena, el cuarto banco más grande de Italia y el principal foco de preocupación de los inversionistas.

Al mismo tiempo, las acciones del banco más grande de Italia en activos, UniCredit, casi se han duplicado desde diciembre, cuando el presidente Jean Pierre Mustier anunció un plan radical de reforma que incluyó la emisión de acciones por 13 mil millones de euros y la venta de alrededor de 17 mil millones dólares en deudas incobrables, transacción histórica que por primera vez abre un mercado privado para los préstamos improductivos.

Sin embargo, aún quedan preguntas difíciles por responder acerca de cómo el gobierno desplegará sus 20 mil millones de euros. La Comisión Europea aún no ha confirmado que el rescate estatal de Monte dei Paschi es compatible con las normas de la Unión Europea. Bruselas también tiene que aprobar los términos de cualquier compensación ofrecida a los inversionistas a quienes pueden haberles vendidos de forma inapropiada bonos no preferentes y que ahora enfrentan la posibilidad de que sus bonos sean convertidos en acciones de manera forzosa.

El gobierno enfrenta un potencial dolor de cabeza aún mayor por el destino de dos bancos más pequeños de la región de Veneto, ubicada al norte de Italia, que fueron rescatados el año pasado por Atlante, un vehículo de rescate bancario financiado por la industria privada. Estos ahora necesitan otra infusión de capital, y no está claro si Atlante tiene los fondos suficientes o si los bancos podrían tener derecho a un rescate estatal con base en las normas de la Unión Europea, aumentando la perspectiva de que sufran pérdidas tanto los tenedores de sus bonos preferentes como los depositantes no asegurados.

Pero quizás el mayor riesgo es que en el proceso para salir adelante, Italia esté acumulando problemas para el futuro. El principal reto del país durante 20 años, desde que se enclaustró en la disciplina de la membresía de la eurozona, es que ha tenido dificultades para adaptarse a los retos de tener que operar en una economía global abierta.

Las pequeñas y medianas empresas que constituyen la columna vertebral de su economía pueden estar atestadas de tecnología, pero por lo general son demasiado pequeñas, dependen demasiado de los préstamos bancarios y son demasiado resistentes al capital y a la gestión del exterior como para impulsar el crecimiento y la productividad que Italia necesita para disipar las preocupaciones sobre su excesiva carga de deuda pública.

¿Qué tanto de esto se debe a factores culturales y cuánto a cuestiones estructurales de larga data como un sistema judicial ineficiente, normas laborales inflexibles y corrupción omnipresente es un asunto de debate que se ha extendido durante mucho tiempo.

Pero sin una reforma de gran alcance, Italia tendrá dificultades para salir de su trampa de bajo crecimiento, aumentando el riesgo de que la frustración popular contra el actual sistema y los partidos principales siga aumentando, lo que daría lugar a una victoria populista.

Si el precio de mantener alejados a los populistas es el regreso a los gobiernos débiles e inestables que no pueden llevar a cabo reformas, entonces la victoria del establecimiento podría ser pírrica. Por lo que proceso para salir de la crisis bien puede ser tanto una bendición como una maldición.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 20/02/2017

Etiquetas: Italia Populismo Cinco Estrellas Elecciones Anticipadas Gobierno Coalición