6 de mar. (Dow Jones) -- La administración de Trump está desarrollando una política comercial nacional que buscaría limitar la influencia de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en Estados Unidos y basarse en la legislación estadounidense para negociar con sus socios comerciales, a los que culpa de usar prácticas desleales y abusivas, de acuerdo con un borrador del documento revisado por la agencia de noticias Dow Jones.

La política representa un alejamiento dramático en relación a la política de la administración Obama, que enfatizó las reglas económicas internacionales y la autoridad de la OMC, un órgano que regula el comercio y resuelve las disputas entre sus miembros.

La nueva administración de Trump, por el contrario, defenderá de manera más firme la soberanía de los Estados Unidos sobre la política comercial, intensificará la aplicación de las leyes comerciales de Estados Unidos y utilizará “todas sus fuentes de influencia para alentar a otros países a abrir sus mercados”.

El presidente Donald Trump derrotó a sus rivales republicanos y superó a Hillary Clinton, basándose en parte en una agresiva retórica sobre el comercio, acusando a China y a otros países de manipular sus monedas, recurrir a subsidios estatales injustos y cometer otras infracciones.

En su discurso dirigido a una sesión conjunta del Congreso, Trump dijo que no permitiría que alguien se aproveche de los trabajadores y empresas estadounidenses. “Creo firmemente en el libre comercio, pero también tiene que ser un comercio justo”, agregó.

Algunos grupos empresariales y republicanos que respaldan la política comercial tradicional habían esperado que la nueva administración moderara sus propuestas políticas más agresivas para proteger las industrias estadounidenses.

Pero la administración ve un claro mandato para cambiar de táctica. “El pueblo estadounidense se frustró por nuestra política comercial anterior, no porque hayan dejado de creer en el libre comercio y los mercados abiertos, sino porque rechazaron la forma en que funciona el marco de las normas que rigen el comercio internacional”, dice el documento antes mencionado.

La oficina del representante comercial de Estados Unidos dijo que tiene la política de no comentar los borradores de los documentos.

El marco es un indicio para los legisladores, empresas y socios comerciales acerca de cómo la administración planea hacer realidad sus políticas. Varios líderes empresariales y asesores del Congreso fueron informados sobre el plan de política comercial y conocen el contenido del borrador del documento.

Frente a las preocupaciones republicanas, un asesor del Congreso dijo que podría atenuarse el texto del borrador que desafía a la OMC en su versión pública final.

La política define principalmente una amplia estrategia para tratar con los socios comerciales, entre ellos China, Corea del Sur y México, con quienes Estados Unidos tiene un déficit comercial, y el sistema mundial de comercio como un todo, a través de la OMC con sede en Ginebra.

El resultado de dos importantes casos de prueba en la OMC podría ayudar a determinar la actitud de la administración Trump hacia el sistema comercial internacional, dijeron abogados de comercio.

El primero es un desafío que China presentó cuando Estados Unidos no le concedió al país la calificación de “economía de mercado” en diciembre, en el décimo quinto aniversario de la adhesión del país a la OMC.

Al no concederle a Beijing ese estatus, Estados Unidos pueden continuar calculando aranceles punitivos a los productos chinos supuestamente objeto de dumping de formas que suelen ser desventajosas para las empresas chinas.

El segundo es un caso que planteó la administración Obama y que desafía los subsidios de China en la producción de aluminio. La OMC sólo tiene reglas limitadas para evitar los subsidios, y una decisión a favor de China en ese caso podría llevar al gobierno Trump a buscar otras medidas para desafiar los subsidios chinos.

“Los estadounidenses están sujetos a la ley de Estados Unidos no a las decisiones de la OMC”, dice el borrador. “El gobierno de Trump defenderá agresivamente la soberanía estadounidense en asuntos de política comercial”.

En el proyecto de documento se esboza el argumento jurídico para rechazar las decisiones de solución de disputas de la OMC. Algunos economistas y legisladores temen que el incumplimiento de las decisiones de la OMC o la acción unilateral de Estados Unidos para no cumplir con lo que marca el derecho internacional provoque represalias por parte de otros países.

El riesgo es que la estrategia, si es copiada por otros países, podría debilitar la adhesión al sistema basado en las reglas de la OMC en todo el mundo y dar al traste con siete décadas de creciente cooperación comercial lideradas por Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial.

La OMC a veces interpreta los acuerdos comerciales de una manera que reduce la capacidad de Estados Unidos para responder efectivamente a las prácticas comerciales desleales con base en sus reglas, dice la administración en el documento.

“Esas interpretaciones activistas, desvinculadas de las realidades económicas, socavan la confianza en el sistema comercial”, dice el documento. La administración “actuará agresivamente según sea necesario para desalentar este tipo de comportamiento”.

Un abogado de comercio que ha sido informado por la administración dijo que mientras los principios pueden parecer más agresivos en el papel que lo que sucedía en las administraciones pasadas, la verdadera prueba será cómo la administración aplica la agenda en la práctica. “Es pienso para la crítica pública, pero la pregunta es, ¿cómo la llevarán a efecto realmente?”

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 06/03/2017

Etiquetas: EUA OMC Legislación Internacional México China Déficit Comercial