15 de mar. (Dow Jones) -- La administración de Trump no ha sido tímida para achacarse el crédito de la racha al alza registrada en el mercado bursátil posterior a las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Tal vez debería serlo.

El índice bursátil S&P 500 ha subido 12% con base en el desempeño total registrado desde el 8 de noviembre, la última etapa de un gran mercado alcista que ha mostrado pocas evidencias de desaceleración.

Pero en las últimas semanas, el presidente Donald Trump ha emitido cuatro tuits que mencionan las ganancias del mercado de valores. Además, Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro, reconoció que el mercado estaba actuando como el boletín económico de la administración. “Este es el negocio de marcar al mercado y usted ve lo que el mercado piensa” dijo el funcionario en CNBC.

Es fácil decir eso cuando los precios están subiendo. Es mucho más difícil cuando todo gira hacia abajo.

Hace unas semanas se cumplió el octavo aniversario del mercado alcista, el segundo más largo visto hasta la fecha. Desde su nivel más bajo registrado en marzo de 2009, el S&P 500 ha subido más de 300% incluyendo dividendos.

Las ganancias son mayores, pero las valuaciones bursátiles son mucho más ricas que hace ocho años. La gran magnitud de las ganancias y la duración del mercado alcista por sí solas justifican el escepticismo sobre lo que nos depara el futuro. No será fácil mantener un impulso similar en los próximos cuatro u ocho años.

La situación socioeconómica que heredó Trump es muy diferente a la que recibió su predecesor. Es precisamente por eso que es arriesgado apropiarse de las ganancias del mercado en esta etapa de racha al alza.

Cuando fue elegido el presidente Barack Obama, los mercados estaban en caída libre. Se puso peor antes de que mejorara --mucho peor.

Es fácil de olvidar, pero el S&P 500 cayó 20% desde las elecciones presidenciales de 2008 a hasta la toma de posesión de Obama. Cayó otro 16%, hasta el fondo del mercado bajista, menos de siete semanas más tarde.

Hoy en día, Obama es recordado por las fuertes ganancias, no por presidir la pérdida de un tercio del valor del mercado en cuestión de meses después de ser elegido.

Si Mnuchin tiene razón y el mercado de valores es la manera en que se juzga a los presidentes, entonces es mejor que espere que los próximos 46 meses no se parezcan también a lo opuesto a lo que sucedió en el primer periodo de Obama como presidente.

Otros presidentes tuvieron inicios engañosos. Herbert Hoover presidió un rendimiento total de casi 44% del predecesor del índice S&P 500 en sus primeros 10 meses. Pero el índice cayó 31% en términos anualizados durante sus cuatro años que fungió en el cargo. Como era de esperarlo, no fue reelecto.

A pesar de que Ronald Reagan es recordado con cariño por los inversionistas del mercado de valores, las acciones apenas se movieron entre su elección y su primer periodo presidencial. La crisis financiera al final del segundo mandato del presidente George W. Bush arruinó varios años de ganancias, teniendo al S&P 500 terminando el final de su adminiatración más bajo que donde empezó.

En todos los casos, el mercado de valores siguió el desempeño de la economía.

Trump también ha heredado una extraordinaria expansión económica. Incluso si el presidente puede mantener la economía en crecimiento, el mercado sólo puede producir ganancias modestas.

Pero si la economía se desacelera, será casi imposible que Trump termine su primer mandato en números negros.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 15/03/2017

Etiquetas: Mercado Alcista Alza Bursátil Trump Política