22 de mar. (Dow Jones) -- Mientras una disputa legal tiñe la división de camiones robóticos de Uber Technologies, varias nuevas empresas están mostrando sus propios esfuerzos en los vehículos autoconducibles de paquetería que reinventarían el negocio de transporte de carga.

Mientras que gran parte de la atención de los vehículos autónomos se ha centrado en la competencia por incorporar dicha tecnología a los coches cotidianos --involucrando a automotrices como General Motors y BMW y a gigantes de la tecnología como Uber y Waymo de Alphabet-- otra escuela de pensamiento es que el transporte de carga --ya sea de larga distancia o en la ciudad-- ya está lo suficientemente maduro como para cambiar.

La industria está luchando para encontrar conductores, las regulaciones que gobiernan las horas de trabajo están exprimiendo las ganancias y algunos expertos en inteligencia artificial (IA) creen que los cerebros de las computadoras pueden dominar más fácilmente las carreteras que las complicadas calles de la ciudad.

“Es una industria que tiene un clara necesidad, en la que hay una sustancial escasez de conductores, particularmente de choferes experimentados que son seguros y talentosos”, dijo Alex Rodrigues, un experto en robótica de 21 años.

Estaba sentado en la parte trasera de un camión Peterbilt de color azul real, equipado por su empresa Embark, con sede en San Francisco, con dos sensores láser y cámaras para probar el programa de auto-conducción en la vía pública de Nevada y en un camino cerrado de California.

Embark y sus similares Starsky Robotics y Drive AI de reciente creación publicaron recientemente detalles sobre sus planes. Sus ingenieros, que tienen los mejores currículos de inteligencia artificial, están buscando la manera de reemplazar a los conductores en las flotas comerciales.

La idea parecía novedosa hace un año cuando Anthony Levandowski renunció como fundador del proyecto de auto-conducción de Google, ahora conocido como Waymo en Alphabet, para fundar Otto, una compañía enfocada en autoconducir camiones de bajo tonelaje. Destacados fabricantes como Daimler y Volvo ya habían estado trabajando en la tecnología, pero Levandowski trajo la audacia de Silicon Valley. Uno de sus primeros logros fue transportar un tráiler de Budweiser en Colorado.

Uber rápidamente adquirió Otto en un acuerdo valorado en hasta 680 millones de dólares. Waymo presentó una demanda acusando a Uber de usar secretos comerciales supuestamente adoptados por Levandowski y otros ex empleados de Waymo para diseñar un sensor láser usado para la navegación. Uber dijo que revisaría el asunto detenidamente.

“Este es un espacio competitivamente loco y hay mucho dinero en juego”, dijo Stefan Seltz-Axmacher, cofundador de Starsky. “Uno de nuestros inversionistas lo describió como, ‘Tenemos la oportunidad de construir la riqueza intergeneracional’”.

Starsky, con sede en San Francisco, que ha recaudado 3.75 millones de dólares, pretende trabajar con compañías de carga a fines de año para probar camiones sin ocupantes humanos en carreteras de estados como Michigan, Nevada o Florida. En los próximos meses, la compañía planea llevar a cabo pruebas de conducción con seres humanos a bordo, similar a la manera en que Waymo ha realizado más de cuatro millones de kilómetros de pruebas en calles públicas. Pero Starsky quiere empezar a transportar cargas reales para poder obtener ingresos.

Los fundadores de Drive.ai creen que los vehículos para entrega de paquetería en la ciudad, limitados a áreas específicas, y otras flotas comerciales podrían ser una manera más fácil de introducir la tecnología. La compañía de Mountain View, California, recibió atención del público por primera vez hace un año cuando recibió un permiso para realizar pruebas en California. Se espera que anuncie proyectos piloto a finales de este año.

“La pregunta que queremos resolver es qué rutas son las más valiosas para comenzar a automatizar el transporte”, dijo la cofundadora, Carol Reiley.

Drive.ai tiene una oficina atestada en un estacionamiento cercano a Waymo, donde ha equipado cuatro coches con sensores y cámaras para probar su programa. El equipo, que surgió del Laboratorio de Inteligencia Artificial de Stanford University, tiene como objetivo reducir la cantidad de potencia de computación necesaria para correr su programa en un automóvil hasta el interior de un teléfono inteligente.

Embark no reveló cuánto ha recabado, pero los respaldos incluyen a la empresa de riesgo Maven Ventures, uno de los primeros inversionistas en Cruise Automation con sede en San Francisco, adquirida por GM el año pasado en un acuerdo valuado en hasta mil millones de dólares.

Rodríguez de Embark llegó a Silicon Valley hace aproximadamente un año, después de haber ayudado a construir el primer vehículo autónomo para conducir en carreteras canadienses cuando era estudiante en Waterloo University. Fue cuando estaba atrapado en una carretera de California después de que su coche se descompuso que tuvo la idea de aplicar la tecnología a los camiones.

“Pasaba un camión cada seis segundos”, dijo. “La mayoría de estos camiones tenían anuncios de “se buscan choferes”.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 22/03/2017

Etiquetas: Tecnología Uber Vehículos Autoconducción Autoconducibles Camiones Paquetería