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7 de abr. (Sentido Común) -- En un esfuerzo por aparentemente mitigar el daño reputacional al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) que ha generado la incorporación a su junta de gobierno de una nueva participante que, para muchos, carecía de las credenciales para ocupar el cargo, Julio Santaella, su presidente, decidió reconfigurar las responsabilidades de sus más altos dirigentes.
Con ello, el funcionario buscó contener los temores de que con la llegada de Paloma Merodio a la junta de gobierno del Inegi, la entidad encargada de laborar las cifras económicas y sociales de México, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto pudiese intervenir de manera indirecta en la elaboración de esos datos para presentar un panorama más favorable del desempeño de México.
La llegada de Merodio, de 31 años de edad, al Inegi desató gran polémica en diversos círculos de México desde que fue postulada a finales de febrero y más en días recientes. Para muchas organizaciones civiles y académicas, y para muchos legisladores de oposición ella, a pesar de sus credenciales universitarias, no contaba con los cinco años mínimos en altos cargos públicos que marca la ley para ocupar un asiento en la junta de gobierno del Inegi.
De ahí que la obstinada defensa del gobierno de Merodio en el Senado, donde finalmente fue ratificada el jueves con los votos de los legisladores del partido de Peña Nieto, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y de otros partidos aliados, como el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), dejó en muchos un mal sabor de boca.
Su llegada al Inegi es, para algunos, una clara señal de que el presidente Peña Nieto y su secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade, querían tener, a toda costa, una persona cercana al interior de la junta del Inegi para supuestamente influir en sus decisiones, aun cuando eso podría comprometer la autonomía de la institución --una característica hasta hoy muy valorada por la sociedad y considerada crucial para confiar en las cifras que elabora y divulga la institución.
“Existen muchos profesionales con alta credibilidad y que no están ligados al gobierno, ¿por qué no elegir uno entre ellos y así evitar preocupaciones sobre la independencia de Inegi?”, escribió Benito Berber, estratega senior para Latinoamérica del banco Nomura, en un reporte. “No sugerimos que Inegi haya perdido credibilidad el día que Merodio fue ratificada, pero su nombramiento podría abrir la puerta a dudas sobre la independencia y solidez del Inegi en el futuro”.
Ante estas críticas y temores, Santaella reaccionó con prontitud y decidió que Merodio, como una de las vicepresidentas del Instituto, estuviese a cargo del subsistema nacional de geografía y medio ambiente, o en otras palabras, que estuviese lo más alejada posible de las responsabilidades del Instituto en materia de generación de cifras económicas y sociales.
En cambio, estas últimas tareas estarán bajo la responsabilidad de los otros vicepresidentes del Inegi, quienes no fueron cuestionados cuando fueron nombrados por el presidente de México y ratificados por el Senado para sus cargos.
Enrique de Alba estará así al frente de la información geográfica y social, Rolando Ocampo de la económica y Mario Palma del subsistema de gobierno, seguridad pública e impartición de justicia.
Corresponde al presidente de Inegi “la determinación respecto del sector de información que deberá coordinar y atender cada uno de los vicepresidentes de la junta de gobierno”, dijo la dependencia, en un comunicado. Cada vicepresidente deberá “someter a consideración y aprobación de la junta de gobierno los programas que ordenan y regulan las actividades” de su respectivo subsistemas.
Muchos así aplaudieron la decisión de Santaella de reconfigurar las responsabilidades de la junta de gobierno del Inegi, a fin de contener las dudas que han empezado a surgir sobre su autonomía por la llegada de Merodio, una economista de profesión y quien reemplaza en el cargo a Félix Vélez, tras el fin de su periodo como vicepresidente del Inegi en diciembre pasado.
Inegi es un órgano independiente del gobierno y está encargado de recabar y elaborar mucha de la información que el gobierno utiliza para desarrollar políticas públicas y para que las organizaciones, públicas y privadas, puedan evaluar la evolución económica de México y de temas como el combate a la pobreza o la inseguridad en el país --dos temas en los que el gobierno de Peña Nieto no ha tenido gran éxito.
De ahí la preocupación e insistencia de muchos expertos por conservar la autonomía del Inegi, a fin de que la entidad no solo conserve su reputación, sino que la información que genere conserve incluso la calidad que hoy se le atribuye y que es necesaria para evaluar el desarrollo de las condiciones económicas y sociales del país.
De ahí que desde hace semanas múltiples organizaciones académicas, como el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), México ¿Cómo Vamos?, México Evalúa y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), entre otras, expresaron su preocupación por la llegada de Merodio al Inegi, algo que al final no pudieron detener.
Merodio es aparentemente muy cercana al secretario de Hacienda y exsecretario de Desarrollo Social, José Antonio Meade, así como a la subsecretaria del ramo, Vanessa Rubio. Incluso, previo a su nombramiento, la economista venía desempeñándose como directora de evaluación y monitoreo de los programas sociales en Sedesol.
“La imposición de Merodio es un símbolo de la corrupción y el compadrazgo del sistema vigente”, escribió en un comunicado el senador Francisco Búrquez, afiliado al partido de oposición, Partido Acción Nacional (PAN). “En el Senado causamos un daño irreparable al Inegi. Me disculpo como senador de lo que aprobamos”.
La ratificación en el Senado de la nueva vicepresidenta de Inegi fue con 64 votos a favor, 26 en contra y una abstención. Además, 37 senadores no votaron, muchos de ellos en protesta por lo que juzgaron una imposición del gobierno.
Otros, sin embargo, piensan que la economista que ahora es cuestionada tiene el talento suficiente para desarrollar cabalmente sus nuevas labores y acabará dando la razón a quienes la propusieron, defendieron y votaron.
“En dos o tres años van a dar gracias de haber estado en un debate y van a pedir perdón por lo que dijeron a una mujer que se merece el respeto de todos”, dijo Emilio Gamboa Patrón, el coordinador de los senadores del PRI, en un mensaje a medios tras conocerse la votación que ratificó a Merodio en la Cámara Alta.
El senador priísta agregó que lo que buscaban los legisladores que la defendieron era que llegara a Inegi una mujer seria, profesionista, con todos los requisitos que marca la ley “y así salió”.
De ahí, que en medio de la polémica, la determinación que anunció Santaella sobre los temas que cada vicepresidente coordinará dentro de Inegi puede, hasta cierto punto, amortiguar el aparente golpe que podría sufrir la reputación de ese Instituto.
“Brillante. Decide @SantaellaJulio aprovechar su gran y vasta experiencia como course assistant para coordinar la geografía en el Inegi”, escribió el economista independiente Jonathan Heath, en su cuenta de la red social Twitter, en referencia a los ajustes en Inegi y la experiencia de Merodio como académica.
Fecha de publicación: 07/04/2017
Etiquetas: Inegi Santaella México Merodio nombramiento