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10 de abr. (Sentido Común) -- La Comisión Federal de Competencia Económica condicionó la fusión que propusieron, como parte de un acuerdo global, las empresas farmacéuticas, Sanofi y Boehringer Ingelheim International en materia de sus respectivos negocios de salud animal por los temores de que pudieran generarse afectaciones a la competencia en cinco mercados en México.
Cofece, como también se conoce al organismo responsable de vigilar el correcto funcionamiento de los mercados en el país, determinó que la intención de Boehringer de integrar las operaciones de Sanofi en cuanto al negocio de salud animal podría poner en riesgo el proceso de competencia y libre concurrencia en cinco mercados de vacunas para animales en el país.
Boehringer tiene su sede en Rhein, Alemania, mientras que Sanofi tiene sus cuarteles centrales en París, Francia.
La objeción se debe a que “encontró que ambas empresas coinciden en la comercialización de diversas vacunas y medicamentos indicados para aves de corral, cerdos, bovinos, caprinos y ovinos, entre otros”, dijo Cofece en un comunicado. “En lo particular se observó que la operación implicaba que en cinco mercados de vacunas, cuatro relacionados con enfermedades de las aves y uno con padecimientos de cerdos, Boehringer obtendría elevadas participaciones en el mercado y habría riesgos al proceso de competencia”.
De manera adicional, el organismo regulador identificó que si se lleva a cabo la operación, al menos en los términos que ambas farmacéuticas buscan en materia del negocio de salud animal, entonces podría propiciar que los competidores actuales y potenciales tengan “que invertir montos considerables en el desarrollo de nuevas vacunas antes de poder competir” con la nueva unidad que concentraría las operaciones de ambas compañías.
Cofece además dijo que si Sanofi le cede su negocio entonces Boehringer perdería la presión competitiva que actualmente enfrenta y le favorecería para fijar precios o restringir el abasto en cinco mercados.
De ahí que las autoridades fijaron tres condiciones a ambas farmacéuticas para poder llevar a cabo la fusión en ese negocio.
En primer lugar, Boehringer estaría obligada a vender a un tercero, como desinversión, cuatro vacunas propias y una de Sanofi antes de poder llevar a cabo la fusión.
Además, quienes adquieran las vacunas que les venderían esas dos compañías estarían obligados a mantener las presiones competitivas en los precios de las mismas. También deberán establecer una cláusula en el contrato de compraventa que garantizarán el suministro de estas vacunas a nuevos compradores hasta que otro adquiera sus propias fuentes de fabricación.
Por último, ambas farmacéuticas estarán obligadas a informar a Cofece, antes de cerrar el trato, del nombre del potencial comprador y la información suficiente para evaluar el impacto que tendría esta operación en los mercados.
“Esta resolución ha sido notificada a Boehringer y Sanofi, quienes para cerrar su transacción deberán presentar un escrito mediante el cual acepten en su totalidad las condiciones impuestas para proteger el proceso de competencia y libre concurrencia”, agregó Cofece, en su comunicado.
La decisión en contra de Boehringer y Sanofi no es la primera que padecen de las autoridades regulatorias de México, en cuanto a la fusión que planean llevar a cabo en el país como parte del acuerdo global.
El 19 de diciembre pasado Cofece objetó un intercambio de activos que ambas compañías propusieron, ante la sospecha que podría afectar el mercado de jarabes para la tos.
En ese entonces, Boehringer dijo que no sólo estaban listos para cumplir las condiciones que Cofece impuso para que se realizara la concentración, sino que incluso fueron las compañías quienes tenían un plan para cumplir las condiciones necesarias para recibir el visto bueno del regulador antes que se las notificaran.
Hasta el momento no se conoce cuál fue la determinación de Cofece en ese caso, pero ambas compañías esperaban tener el fallo sobre su propuesta antes que terminaría el primer trimestre del año.
El intercambio de activos de ambas farmacéuticas se cerró prácticamente en todo el mundo en enero de este año, aunque los negocios de México y la India no pudieron ser incluidos en ese paquete de activos porque ambos países aún debían evaluar y, en su caso, dar el visto bueno a la operación.
En México, el negocio de salud de Sanofi es operado por su división denominada Merial, misma que adquirió desde 2009.
La farmacéutica cuenta con una planta de manufactura, en Ocoyoacac, Estado de México, donde invirtió casi 15 millones de euros, así como centros de almacenamiento en Monterrey y Guadalajara, y un centro de distribución en la Ciudad de México. El portafolio de Merial ofrece soluciones terapéuticas para animales de compañía y animales de producción.
Fecha de publicación: 10/04/2017
Etiquetas: México Cofece Sanofi Boheringer