19 de may. (Dow Jones) -- Monsanto está abriendo su próximo capítulo de tecnología genética --y ahora podría enfrentar una competencia más reñida.

La compañía de St. Louis, Missouri, está invirtiendo en la edición de genes como parte de un esfuerzo por mantener la ventaja sobre sus rivales proveedores de semillas de cultivos de alta tecnología. Monsanto ha firmado una serie de acuerdos de licencia para agregar nuevas capacidades de edición de genes a sus métodos establecidos para modificar genéticamente las semillas, o crear organismos genéticamente modificados (GMO).

El doctor Robert Fraley, director de tecnología de Monsanto, dijo que la edición de genes podría ayudar a las plantas de maíz a prosperar en condiciones de aridez, o producir pimientos más sabrosos. “Es una tecnología revolucionaria”, dijo. “Esto va a generar una ola de innovaciones”.

Sin embargo, empresas de reciente creación y los competidores establecidos como DuPont y Dow Chemical también están trabajando en plantas modificadas genéticamente, las cuales pueden avanzar en las revisiones reglamentarias más rápido que las semillas desarrolladas con las primeras técnicas de la biotecnología.

La edición de genes es diferente a las modificaciones genéticas en las que Monsanto y otras empresas fueron pioneras en la década de los ochenta.

La edición de genes permite a los científicos realizar cambios en el ADN de una planta con la misma precisión en que los programas de procesamiento de textos pueden editar textos, dijeron científicos. En el negocio de las semillas de cultivos, la modificación genética hasta este punto había implicado principalmente la inserción de nuevos genes provenientes de bacterias o de otra planta.

Esta sutil diferencia puede implicar una revisión más breve por parte de las agencias estadounidenses que regulan los cultivos modificados genéticamente.

La última tecnología fue la que permitió crear las semillas “Roundup Ready” de Monsanto --modificadas para resistir los herbicidas-- y que convirtió a la compañía en el mayor vendedor mundial de semillas de cultivos en los últimos 20 años.

Ese negocio de semillas GMO motivó el año pasado una oferta de adquisición de 57 mil millones de dólares de parte del conglomerado alemán de productos químicos Bayer, que las compañías pretenden formalizar a finales de 2017.

Sin embargo, gigantes de las semillas y empresas de reciente creación del Cinturón Agrícola de EUA consideran la edición genética como el nuevo frente de la tecnología genética, al ofrecer potencialmente un método más barato y más fácil de modificar el ADN de las plantas con el fin de hacerlas más resistentes y más eficientes.

Las tecnologías emergentes como Crispr-Cas9 y Exzact permiten a los científicos cambiar el rendimiento de una planta sin insertarle genes de otras especies o bacterias. La edición de genes también puede ayudar a los investigadores a insertar nuevos genes con mayor precisión en el ADN de las plantas, acelerando así el desarrollo de plantas biotecnológicas que pueden producir sus propias proteínas para matar insectos.

Durante el último año, Monsanto ha concedido licencias de dos versiones de la variedad Crispr, Crispr-Cas y Crispr-Cpf1, así como la tecnología Exzact y otra plataforma de edición genética desarrollada por TargetGene Biotechnologies. La empresa ha reclutado a investigadores médicos y farmacéuticos para explorar el potencial de las tecnologías que permiten modificar los genes del maíz, la soya, el algodón y las verduras de manera que los cultivos sean más rentables.

“No creemos que las nuevas tecnología sean infalibles”, dijo Hugh Grant, director ejecutivo de Monsanto. “Hemos tratado de aprovechar el frente emergente de estas tecnologías”.

El doctor Fraley dijo que en una década, las semillas más avanzadas podrían incluir una docena de genes aunados a varias ediciones genómicas para resistir las enfermedades, la sequía, los insectos y las sustancias químicas que destruyen las malas hierbas.

Las semillas de Monsanto no estarán solas en el nuevo mercado basado en la bioingeniería.

Bayer ha establecido su propia empresa conjunta dedicada a la edición del gen Crispr y planea evaluar su potencial para desarrollar nuevos cultivos. DuPont, el mayor rival de Monsanto en el negocio de las semillas de Estados Unidos, se ha forjado sus propias licencias en las tecnologías de edición de genes y planea vender dentro de cuatro años una variedad de maíz ceroso modificada genéticamente, usada para espesar productos alimenticios y hacer adhesivos. Dow, que está tratando de fusionarse con DuPont, se unió a Sangamo BioSciences con sede en California para desarrollar Exzact, una tecnología independiente de edición de genes.

Las empresas más pequeñas que estudian ésta tecnología incluyen Calyxt, con sede en Minnesota, la cual está desarrollando una variedad de trigo que ha sido modificada genéticamente para reducir el contenido de gluten y una soya que produce un aceite vegetal más saludable. Cibus, con sede en San Diego, desarrolló una variedad de canola resistente a ciertos herbicidas.

Los cultivos modificados genéticamente podrían afrontar una regulación más laxa en Estados Unidos que los cultivos que han sido modificados con ADN externo. Obtener la aprobación regulatoria mundial para los cultivos transgénicos tradicionales puede tomar 13 años y costar 136 millones de dólares, de acuerdo con un estudio de 2011 de la firma de investigación Phillips McDougall.

Eso representa, prácticamente, una gran oportunidad para una gama más amplia de competidores, dijo James Radtke, jefe de desarrollo de productos de Cibus. “Mientras esto continúe, hasta una compañía con un presupuesto menor podría ser un participante realmente”, agregó.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

                                                                                    

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Fecha de publicación: 19/05/2017

Etiquetas: Monsanto Edición Genética GMO Inserción Genes Competencia DuPont Dow Chemical