12 de jun. (Dow Jones) -- Cuando una pequeña firma de corretaje se puso en contacto recientemente con Goldman Sachs Asset Management (GSAM) para ofrecerle vender dos mil 800 millones de dólares en bonos venezolanos con un gran descuento, la respuesta fue un rápido “sí”.

Comprar los bonos en centavos de dólar fue una obviedad para los administradores de fondos de la unidad de Goldman Sachs Group, de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto.

Internamente, la compra no mereció un mayor escrutinio. Los dos co-directores de la unidad, GSAM, fueron informados sólo después de realizarse la transacción, dijeron estas personas. Dicha operación no llegó al comité de estándares de Goldman, que a menudo revisa las operaciones que implican repercusiones potenciales, agregaron.

El alboroto que produjo esa operación, que los críticos dicen que le proporcionó un salvavidas financiero al gobierno de Venezuela que actualmente está inmerso en problemas, tomó por sorpresa a los altos ejecutivos de Goldman, dijeron las personas familiarizadas con el asunto. En parte, eso se debió a que la administración de activos se considera como un negocio sencillo que no está propenso a la controversia.

En el pasado, los problemas de imagen de Goldman típicamente han implicado complejas transacciones financieras que involucran sus negocios de corretaje o bancarios.

El incidente muestra cómo, una década después de la crisis financiera, Goldman sigue siendo el centro de atención único incluso en Wall Street. Esto es gracias a la crítica pública de que fue objeto por sus acciones en la era de la crisis financiera, las percepciones de influencia política que sólo han aumentado debido a que ex ejecutivos del banco ahora ocupan puestos destacados en la administración Trump, y su habilidad para ganar dinero cuando otros lo están perdiendo.

La delicada situación venezolana también destaca cómo la prioridad del negocio de administración de activos de la firma –de hacerles ganar dinero a los inversionistas de sus fondos-- puede estar en conflicto con el esfuerzo de Goldman posterior a la crisis de analizar los negocios potenciales con el objetivo de proteger su reputación.

“¿Cómo criticar a un administrador de dinero por comprar algo tan barato?”, preguntó Diego Arria, ex gobernador de Caracas y ex embajador de Venezuela en las Naciones Unidas, quien desaprobó la operación de los bonos. “Aunque la percepción es terrible”.

En una declaración reciente, Goldman dijo: “Reconocemos que la situación es compleja, que está evolucionando, y que Venezuela está en crisis. Estamos de acuerdo en que la vida allá tiene que mejorar e hicimos la inversión en parte porque creemos que así será”.

Goldman ha sido más sensible con su percepción pública en los últimos años.

En 2010, después de un juicio en el que el gobierno acusó a la empresa de defraudar a los inversionistas en bonos hipotecarios --una demanda que más tarde solventó con una multa de 550 millones de dólares, aceptando que había cometido errores-- el banco formó un comité de estándares para reformar sus prácticas comerciales y enmendar su reputación.

Las sesiones de capacitación para sus empleados, muchas de ellas desarrolladas por su presidente ejecutivo Lloyd Blankfein, subrayaron la importancia de proteger la posición de Goldman ante los ojos de los clientes y del público.

“Todo el mundo tiene que tener ojos grandes, oídos grandes, saber lo que está pasando a su alrededor y fungir como policías de la organización”, dijo Blankfein en una sesión de capacitación de 2012. “A final de cuentas, sólo tenemos una reputación: nos levantamos y caemos juntos”.

Goldman se ha vuelto más selectivo para aceptar nuevos negocios, dijeron los ejecutivos. Se retractó el año pasado de suscribir un bono del gobierno ruso por la presión del Departamento de Estado de Estados Unidos. Ha evitado algunas transacciones que involucran compañías mineras del carbón, preocupado por la reacción de los grupos ambientalistas y no ha aceptado el trabajo de la banca de inversión de Venezuela en años.

Suscribir una oferta de acciones de una empresa con finanzas turbias o la estructuración de una apuesta compleja en hipotecas conlleva evidentes señales de advertencia. Estas cuestiones se presentan a menudo a la alta dirección para su aprobación final, de acuerdo con personas familiarizadas con las prácticas de la empresa.

Pero esas líneas son menos claras en el brazo de administración de activos de Goldman, que administra 1.3 billones de dólares en representación de fondos de pensiones, fondos mutuos y otros grandes inversionistas. Como un fiduciario está obligado a actuar en el mejor interés de sus inversionistas; los gestores de cartera tienen amplia libertad para comprar y vender valores.

En el caso de Venezuela, los gerentes de cartera de Goldman que se centran en la deuda de los mercados emergentes habían estado buscando activamente comprar los bonos del país. Ellos creían que el presidente Nicolás Maduro acabaría siendo sacado del poder y que los títulos incrementarían su valor, de acuerdo con personas familiarizadas con el asunto.

Sin embargo, la transacción provocó una rápida y pública censura de los grupos de oposición en Venezuela porque los bonos habían sido mantenidos por el banco central, que informó de una infusión de efectivo el día en que se completó el acuerdo.

Mientras tanto, la economía del país está en caída libre, y las protestas callejeras y la escasez de alimentos son una ocurrencia diaria.

Irónicamente, el valor de GSAM para Goldman es su carácter de estado estacionario: honorarios predecibles, que se han incrementado como los activos bajo gestión han aumentado.

Su participación en los ingresos totales de la empresa se ha duplicado desde 2009 hasta 19%.

Ahora, el acuerdo venezolano amenaza con molestar a otros negocios dentro de la firma. Los banqueros de Goldman se preocupan de que ayudar a un gobierno que no le gusta mucho enojar a los clientes de la región, dijeron personas familiarizadas con sus preocupaciones.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo               

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Fecha de publicación: 12/06/2017

Etiquetas: Goldman Sachs Group Bonos Compra Venezuela Assets Management