12 de jun. (Sentido Común) -- Ayer, frente a la convención nacional del partido Movimiento de Regeneración Nacional, o Morena, el líder moral de esa agrupación política y dos veces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, perfiló lo que será en buena medida su estrategia para buscar la presidencia en 2018: una lucha de él y su partido --la honestidad valiente--, contra los demás --la mafia del poder.

     Al dejar claro que no realizará ninguna alianza o coalición con algún otro instituto político que no sea el Partido del Trabajo, o PT, López Obrador confía en que el proverbio popular --“más vale solo que mal acompañado”-- será su mejor arma y carta de presentación ante el electorado el próximo año.

     Esto es así porque para el exjefe de gobierno de la Ciudad de México, los otros institutos políticos del país, como el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido Acción Nacional (PAN), o incluso su expartido, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), son corruptos y no confiables ya que pertenecen los grupos que, desde su visión, han llevado al país al atraso económico, social y democrático. 

     “Por congruencia, es mi punto de vista, no podemos marchar juntos con esos partidos”, dijo el político, de 63 años, en el evento celebrado en la Ciudad de México. “Me refiero, para ser claros y precisos, al PRI, PAN, PRD, Verde, Movimiento Ciudadano, Encuentro Social y Nueva Alianza”.

     Claro que numéricamente la decisión de López Obrador podría negarle la presidencia en su tercer intento por ganarla.

     Para algunos, Morena podría requerir de al menos un aliado fuerte para derrotar el robusto aparato electoral del PRI, o el control del PAN sobre 12 gubernaturas en el norte y centro del país, principalmente.

     De ahí que seguramente algunos hubiesen preferido escuchar que Morena y López Obrador buscarían una alianza, quizás con el PRD, con el que comparte algunas posturas ideológicas en materia económica.

     López Obrador dirigió al PRD entre 1996 y 1999, pero salió de esa organización en 2013, tras competir por segunda ocasión como su candidato presidencial, ante las diferencias ideológicas con otros dirigentes de ese instituto político considerados más moderados que Morena.

     “Dudo que alguien pueda ganar sin alianzas. Aplica no solo para Morena, sino para todos”, escribió Raúl Benítez Manaut, investigador del Centro de Investigaciones de América del Norte, de la Universidad Nacional Autónoma de México, o UNAM, en el espacio de debates El Palenque, del portal noticioso Animal Político. “Mientras no exista segunda vuelta, las alianzas son para la primera vuelta”.

     Apenas hace una semana Delfina Gómez, la candidata de Morena a la gubernatura del Estado de México, perdió por menos de tres puntos porcentuales ante Alfredo del Mazo, del PRI.

     De haber tenido el apoyo del PRD, Gómez Álvarez hubiera arrasado en la elección, ya que el candidato de ese partido obtuvo casi 18% de los votos electorales, que sumados a sus 30 puntos porcentuales, hubiesen representado casi la mitad del electorado.

     La alianza, sin embargo, no se dio y, tras las palabras de López Obrador el domingo, difícilmente ocurrirá el año que entra.

     “En las pasadas elecciones salió a flote la inmoralidad de los dirigentes del PRD”, dijo López Obrador, ante sus simpatizantes en la Ciudad de México. “Es una vergüenza, lamentable. . . se exhibieron como paleros”.

     Otros, sin embargo, piensan que la postura de López Obrador, también conocido como Amlo --por las siglas de su nombre-- tiene lógica y está bien calculada, al buscar aprovechar el fuerte sentimiento anti establishment que está creciendo en varios sectores de la población.

     En otros países esos sentimientos contra el status quo han generado resultados electorales hasta cierto punto inesperados, como la victoria de quienes querían desvincular al Reino Unido de la Unión Europea, o el triunfo electoral de Donald J. Trump en Estados Unidos.

     Andrés Manuel “ha hecho campaña como el de fuera, el populista”, dijo Pamela Starr, una analista político con la consultora ManattJones Global Strategies, en un comentario vía correo electrónico. “Es el nosotros --López Obrador y los ciudadanos mexicanos-- contra ellos --la mafia del poder. Así que al ir solo está siendo congruente”.

      “Yo no pienso que la decisión de Amlo de ir solo [con el PT] signifique que está reduciendo sus posibilidades para 2018, y él obviamente no piensa que ese sea el caso”, agregó Starr, en su respuesta. Creo que “está buscando aprovechar el sentimiento anti --anti-corrupción, anti-partidos políticos tradicionales y anti-políticos tradicionales-- que es muy fuerte en México (y más allá) hoy”.

     En el mismo sentido, Viridiana Ríos, una investigadora con The Mexico Institute del Wilson Center, consideró que Morena no está perdido en su aspiración de ganar la elección del año entrante al ir en solitario.

    “Las alianzas sin fundamento ideológico (solo por ganar) serán cada vez menos toleradas por el electorado”, escribió Ríos, en el mismo blog de debates alojado en Animal Político. “Morena puede ganar, aún sin alianza, si logra crear una candidatura atractiva que sea percibida como ideológicamente más honesta que una posible alianza PAN-PRD”.      

     Así, algunos como Ríos, piensan que el alejamiento de Morena de partidos que son ya percibidos como nocivos, especialmente en el contexto de la controversia que los comicios a gubernaturas pasados han dejado entre el electorado, es una mejor estrategia.

     Los agentes económicos que participan en los mercados no han sido receptivos con Morena ni con su líder. De hecho, varias instituciones hablaron de los riesgos que representaría para la economía nacional un avance de Morena, en específico a través de la potencial victoria de Gómez en el Estado de México.

     De ahí que cuando se supo de la victoria de Del Mazo, el peso logró un avance de 1.9% frente al dólar, al día siguiente, debido a que al menos por ahora las cosas no cambiaron radicalmente.

     Así, la postura anti-aliancista de Amlo podría tener repercusiones positivas en el mercado financiero, aunque la magnitud es difícil de medir pues la carrera presidencial apenas está arrancando. 

      “Es probable que la mayoría de los participantes en el mercado consideren que una victoria por parte de López Obrador se ha reducido y eso podría tener impacto positivo en los mercados”, dijo Alejandro Cervantes, economista senior para México con Banorte-Ixe, en entrevista telefónica. Pero “cualquier impacto es muy reducido porque aún falta mucho tiempo para las elecciones”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Fecha de publicación: 12/06/2017

Etiquetas: México elecciones Morena AMLO 2018