13 de jun. (Sentido Común) -- Hoy comenzó la reunión de dos días de Federal Open Market Committee, o FOMC, el cuerpo colegiado de la Reserva Federal (Fed) que dicta el rumbo de las tasas de interés de referencia en Estados Unidos.

     La mayoría de los analistas y de los agentes económicos prevé que las tasas de interés de referencia subirán, por segunda ocasión en el año, desde un rango entre 0.75 y 1% a uno nuevo de entre 1 y 1.25%.

     Además del comunicado, que será publicado el miércoles a la 1:00 pm hora del centro de México, los funcionarios de ese comité actualizarán sus pronósticos sobre las principales variables macroeconómicas y la banquera central, Janet Yellen, dará una conferencia de prensa.

     Aunque no es una regla, la Fed tradicionalmente hace ajustes a su política monetaria cuando hay reuniones en las que además de determinar la política monetaria se dan esas dos actividades adicionales.

     Además de junio, los otros encuentros que tendrán esos tres elementos serán los que tomen lugar en septiembre y diciembre.

     De  acuerdo con los últimos datos de futuros de tasas estadounidenses en el mercado electrónico de Chicago Mercantile Exchange, o CME, las apuestas a favor de un incremento de un cuarto porcentual a las tasas se ubican alrededor de 99%.

     Así, tal parece que con un incremento de tasas ampliamente descontado por el mercado, los analistas ya comienzan a preguntarse más bien cuáles serán los siguientes pasos que dé la Reserva Federal.

     “La atención ya se centra en lo que el FOMC podría hacer después. El siguiente movimiento de política monetaria puede no ser tan simple como otra subida de tasas de 25 puntos base”, escribieron Kevin Logan y Ryan Wang, economistas con el banco HSBC en Estados Unidos, en un reporte sobre su visión de lo que podrá acontecer tras la reunión de esta semana.

     Para muchos, lo más interesante de esta decisión será el tono que las autoridades monetarias estadounidenses muestren con respecto a la evolución de las condiciones económicas en Estados Unidos y su posible impacto en la política monetaria de ese banco central.

     Además, en el caso de México, un país con una economía fuertemente ligada a la evolución de la mayor economía del planeta, ese tono cobrará mayor relevancia por las repercusiones que podría tener en el futuro en el desarrollo de diversos mercados financieros nacionales.

     “El efecto que tendrá el evento sobre el peso mexicano vendrá por el tono del comunicado de la Fed, más que por su decisión de aumento de tasas, que ya está descontado por el mercado”, escribió el equipo de análisis de la institución financiera CI Banco, en un reporte sobre la decisión de la Fed. “Cualquier señal de que la Fed seguirá firme en su proceso de normalización de tasas, provocará que aumente la expectativa de que las vuelva a subir en septiembre y el peso podría registrar una depreciación posiblemente de 20 centavos”.

     Claro que hasta ahora, ese temor no se ha manifestado en el mercado cambiario. El tipo de cambio cotiza a media jornada en 18.01 pesos por dólar en el mercado spot, o una ganancia de 0.6% para ubicarse en su nivel más fuerte desde hace casi 10 meses.

     La última ocasión que la Fed elevó sus tasas fue en marzo, cuando los participantes de FOMC también acordaron un aumento de un cuarto de punto porcentual, el tercero en este ciclo de normalización monetaria.

     De acuerdo con las propias estimaciones de la Fed, en el llamado gráfico de puntos, que no es sino una proyección del nivel en que cada participante de FOMC estima que estarán las tasas de interés al cierre de cada año, el banco central prevé, en su nivel actual, dos apretones monetarios adicionales en 2017, con lo que la tasa cerraría en un nivel entre 1.25 y 1.5%.

     La cantidad de ocasiones que la Fed suba sus tasas es relevante para México, debido a que las autoridades del Instituto Central local han dicho, en varias ocasiones, que es importante cuidar que el diferencial de tasas entre ambos países se mantenga para desalentar una salida de inversiones financieras en busca de nuevos horizontes que ofrezcan mejores rendimientos.

     De ahí que varios de los ajustes que Banco de México ha realizado a las tasas de interés, que pasaron de estar en un mínimo histórico de 3% en diciembre de 2015 a un nivel de 6.75% en mayo, fueron para al menos imitar o inclusive adelantarse a las decisiones de la Fed.

     Si a ello se suma que la inflación mexicana está en niveles que no había registrado en ocho años, la mayoría piensa que la tasa de interés de referencia local no ha concluido su ciclo de alzas y que además de incorporar las de la Fed, las autoridades las subirán independientemente de lo que hagan las autoridades estadounidenses.

    Otros analistas piensan que el siguiente movimiento de la Fed será el esperado ajuste a su hoja de balance, o la cantidad de activos que tiene en su posesión. El monto de activos en manos de la Fed subió significativamente en los últimos años por las tres ediciones del programa de expansión cuantitativa, o QE, que la Fed usó para estimular a la economía estadounidense tras la crisis financiera de 2008.

     De ahí que, para muchos, uno de los siguientes pasos de la política monetaria estadounidense debe ser regresar ese balance a niveles más bajos, de forma clara y gradual, para evitar un nuevo episodio de volatilidad como el que se vivió en 2013 por el fin del QE.

     “Los funcionarios de la Fed han dejado claro que tienen la intención de comenzar a deshacer parte de la flexibilización cuantitativa puesta en marcha durante la crisis financiera de 2008-2009 y sus secuelas”, escribieron Logan y Wang, de HSBC, en su reporte. “Así como los programas QE eran un medio para flexibilizar las condiciones, deshacerlos sería una forma de endurecer la política monetaria”.

 

 

 


Fecha de publicación: 13/06/2017

Etiquetas: EUA Fed FOMC Yellen tasas economía