16 de jun. (Sentido Común) -- General Motors (GM), la compañía automotriz más grande de Estados Unidos, dijo que aproximadamente 600 empleados de una compañía que le suministra componentes mudará sus operaciones a un parque de proveedores que construirá cerca de la planta que edifica en Arlington, en el estado de Texas.

     El primer inquilino de General Motors en ese parque será International Automotive Components Group , o IAC, que tradicionalmente ha suministrado a GM tanto componentes como sistemas de automoción. Esa empresa sería la que traslade empleos del sur al norte de la frontera entre México y Estados Unidos, dijo la armadora en un comunicado.

     “Este nuevo parque de proveedores creará una mayor eficiencia logística y coordinación, a la vez que traerá importantes oportunidades de empleo a Arlington”, dijo Steve Kiefer, el vicepresidente de compras globales y cadena de suministro de la armadora, en el comunicado.

     En total el parque industrial para los proveedores de GM tendrá capacidad para mil 250 trabajadores, pero en un inicio operará con 850 personas, donde se incluyen los trabajos que dejarían de hacerse en México.

     La planta de proveeduría tendrá dos edificios industriales y almacenes. Comenzará a operar en 2018, de acuerdo con previsiones de General Motors. De ella saldrán partes para camionetas como Chevrolet Tahoe y Suburban, GMC Yukon y Yukon XL y Cadillac Escalade, las cuales se armarán en la nueva factoría de la empresa.

     Si bien es cierto que México ha estado en el ojo del huracán por la presión que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ejercido desde antes de jurar al cargo para que las compañías con líneas de producción en México regresen a su país, la muy probable pérdida de empleos del lado sur de la frontera habría sido parte de un plan con años de antelación que en nada tiene que ver con agradar al magnate.

       La nueva planta de General Motors fue planeada desde antes de que Trump amenazara de forma reiterada en sus discursos como candidato presidencial con gravar las importaciones de productos hechos fuera de Estados Unidos, sobre todo automotrices.

     General Motors ha reiterado que sus planes en México se mantendrán firmes. Una prueba de ello se dio a principio de año, cuando el mandatario criticó a General Motors por fabricar un modelo del Chevrolet Cruze en México.

     Mary Barra, directora general de GM, dijo en ese entonces en el marco del Auto Show de Detroit que la industria automotriz es un “negocio de largo plazo, con altas inversiones en capital, con decisiones que se tomaron dos, tres o cuatro años antes” y que no pueden borrarse de la noche a la mañana.

     La estrategia de General Motors, como lo es para cualquiera de las compañías que establecen plantas armadoras, impacta directamente a los productores de autopartes precisamente porque es uno de los requisitos que ponen las automotrices para evitar retrasos en medida de lo posible por problemas logísticos y para minimizar costos.

     En México, General Motors  e IAC coinciden por esa misma razón en tener fábricas instaladas en la zona metropolitana de la ciudad de Saltillo, en Coahuila, así como en Toluca, en el Estado de México, por lo que es muy probable que alguna de esas instalaciones sufra la pérdida de empleos en unos meses.

    El nuevo parque de proveedores se sumará a los que GM ya ubicó junto a otras de sus fábricas instaladas en otros estados de la Unión Americana como Kansas, Missouri,  Kentucky e Indiana. En Arlington ya operaba, desde 1954.

 


Fecha de publicación: 16/06/2017

Etiquetas: GM México EU automotriz