23 de jun. (Dow Jones) -- Un día de marzo, el tanquero petrolero Rioja Knutsen, lleno de gas natural licuado, viajaba de Estados Unidos a Portugal. De repente, la compañía de electricidad de México hizo una oferta más alta por su carga. En las Bahamas, el barco abruptamente dio un giro a estribor y se dirigió hacia el sur.

La manera en que se compra y se vende el gas natural en los dispersos mercados regionales del mundo del combustible está cambiando rápidamente. Los barcos como el Rioja Knutsen están atendiendo esas regiones y  con ello está emergiendo un solo mercado global.

Así es como se venden casi todos los demás hidrocarburos, desde el petróleo crudo y los oscuros derivados del petróleo hasta los petroquímicos. A medida que el gas se una a éste club, los efectos repercutirán en los precios de la energía, las ganancias de las empresas, el medio ambiente y también la geopolítica.

Esta evolución es resultado de la mejoría registrada en la tecnología para transportar el gas en su estado líquido, lo que significa que puede viajar a muchos más lugares en lugar hacerlo simplemente a donde se extienden los gasoductos.

Además, el exceso de gas tiene a los productores trabajando para desarrollar nuevos consumidores en todo el mundo.

El resultado es una creciente flexibilidad en los que alguna vez fueron rígidos contratos de gas y la convergencia en los precios dictados durante mucho tiempo por factores locales como el clima.

La proporción del gas que se mueve por mar llegó a 40% del total de las operaciones en 2015, e International Energy Agency prevé que el gas marítimo representará una mayor proporción del comercio del energético que los gasoductos en 2040.

Treinta y nueve países ahora importan gas natural licuado, o GNL, frente a 17 hace una década, de acuerdo con la firma de datos y análisis IHS Markit. Se espera que varios más, entre ellos Uruguay, Bahrein y Bangladesh, eleven el total a 46 en el próximo par de años.

En un signo de cómo se está comercializando el gas a escala global, Estados Unidos y China están trabajando en un acuerdo comercial que podría enviar grandes cantidades de gas extraído de Texas y Pennsylvania a las fábricas de Shanghai y Guangdong. La optimización del acceso de los exportadores estadounidenses a los gigantescos mercados energéticos de China podría impulsar los envíos mundiales globales.

Los cambios están contribuyendo a reducir rápidamente las diferencias de precios de un lugar a otro. En 2012, los precios al contado del GNL en Asia fueron 5.74 dólares por millón de unidades térmicas británicas (BTUs) más altos que los precios del gas natural en Europa, de acuerdo con S&P Global Platts. Hasta la fecha en este año, la diferencia ha promediado menos un dólar, algo que los analistas esperan que continúe.

Las preocupaciones de los líderes políticos estadounidenses de que las exportaciones de gas aumentarían significativamente los precios internos no se han confirmado, al menos hasta ahora, ya que los estudios del Departamento de Energía sólo muestran efectos marginales.

Estados Unidos parecen estar exportando sus bajos precios del gas en lugar de importar los más altos del resto del mundo.

A medida que más terminales de importación de GNL se abran en más lugares, también se están desarrollando los mecanismos de apreciación y corretaje del gas. Algunos inversionistas están utilizando cada vez más el precio que tiene el gas en una intersección de oleoductos de Louisiana, llamado Henry Hub, como el precio de referencia global.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 23/06/2017

Etiquetas: Gas Natural Licuado Mercado Transporte Oleoductos