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19 de jul. (Dow Jones) -- La profunda brecha cultural entre Estados Unidos y Europa sobre sus estrategias con respecto a Silicon Valley ha llevado a los funcionarios europeos a desempeñar el papel de policía global de la industria tecnológica.
El resultado es que muchas de los enfrentamientos más acalorados sobre si o cómo los reguladores deben proteger a los fabricantes de automóviles, las organizaciones informativas y otras industrias de los efectos disruptivos de los gigantes de la tecnología se están desarrollando primero en Bruselas, París y Berlín en lugar de desarrollarse en Washington o San Francisco.
Alemania aprobó recientemente una nueva legislación que prevé la imposición de multas de 50 millones de euros a las empresas de redes sociales que no eliminen rápidamente el discurso de odio y el contenido terrorista --ante la estridente oposición de Facebook y otras compañías tecnológicas que están a favor de la autorregulación para abordar tales problemas.
Eso le siguió a la multa de dos mil 200 millones de euros (dos mil 760 millones de dólares) que la rama ejecutiva de la Unión Europea le impuso el mes pasado a Google de Alphabet por abusar de su dominio como motor de búsqueda.
Estas decisiones tienen importantes implicaciones para las empresas europeas, uno de sus mercados más importantes, con 500 millones de consumidores. Decisiones que también influyen en los reguladores, tribunales y funcionarios a nivel mundial. Esta semana, el jefe antimonopolio de Corea del Sur dijo a la agencia de noticias Yonhap que examinará cómo frenar el control de mercado que ejercen Google y Facebook.
Google dijo que “respetuosamente no está de acuerdo” con la decisión de la Unión Europea y que considerará presentar una apelación, y no respondió de inmediato a las solicitudes para que diera sus comentarios sobre los planes de Corea del Sur. Facebook se negó a comentar al respecto.
Algunos de estos problemas están llegando también a un punto crítico en Estados Unidos, aunque a un ritmo más lento. Los políticos estadounidenses en algunos casos están replanteando las políticas que fueron diseñadas para fomentar el desarrollo de la industria de la tecnología en sus primeros días ahora que estas compañías están trastocando todos los sectores de la economía.
Las compañías tecnológicas también están tratando de adaptarse a la pérdida de un fuerte aliado en la Casa Blanca, el ex presidente Barack Obama. Cuando los republicanos se hicieron cargo del gobierno en enero, legisladores del Partido Republicano se dispusieron a revertir varias políticas de la era Obama que favorecían a las empresas tecnológicas.
Eso incluyó las regulaciones de la “neutralidad de la red” que impidieron a los proveedores de banda ancha que les dieran prioridad a ciertos contenidos de internet, y las recientes normas de privacidad que afectaron a las compañías de telecomunicaciones, pero no a las empresas de la tecnología.
Sin embargo, hasta ahora, Estados Unidos ha favorecido en general una estrategia más relajada, impulsado en parte por su aversión a las restricciones a la libertad de expresión. Al otro lado del Atlántico, la estrategia controlada de manera más estricta está ilustrada por la devoción que le tiene los europeos a la intimidad personal y a la restricción del discurso de odio que se vio intensificada por la guerra.
“Esto es producto de tradiciones económicas muy diferentes en cuanto al papel que el Estado debe desempeñar en la resolución de problemas”, dijo James Waterworth, vicepresidente para Europa de Computer & Communications Industry Association con sede en Estados Unidos, un grupo de cabildeo que representa a las empresas estadounidenses de la tecnología incluyendo Facebook y Google. “En un mundo globalizado, con grandes empresas transnacionales, estas cosas entran en conflicto cada vez más”.
Algunos partidarios del mercado libre en Estados Unidos y Europa consideran que las medidas adoptadas por los reguladores están enmascarando de facto las intervenciones políticas e incluso del proteccionismo. Europa dominó la primera era de telefonía móvil, pero ahora no tiene empresas tecnológicas a la escala de Google o Facebook.
En 2015, Obama dijo que las investigaciones de la Unión Europea sobre las grandes compañías de la tecnología estadounidenses estaban “más impulsadas por fines comerciales que por cualquier otra cosa”, lo que sugiere que la Unión Europea está tratando de ayudar a los competidores europeos.
Los funcionarios del bloque europeo niegan estas acusaciones, pero afirman con frecuencia que si las grandes empresas de la tecnología, que son principalmente estadounidenses, quieren tener acceso al bloque, éstas deben “seguir las reglas de la Unión Europea”.
El organismo antimonopolios de la Unión sigue investigando otros aspectos del negocio de Google y de Qualcomm por supuestamente abusar de sus posiciones predominantes en el mercado. La dependencia de vigilancia también ha estado investigando si Amazon.com pagó impuestos apropiados en Luxemburgo. Todas las empresas niegan haber cometido falta alguna.
Mientras tanto, la Unión está considerando proponer más reglas para las plataformas de internet con la finalidad de evitar que ofrezcan términos injustos a las pequeñas empresas que utilizan sus servicios para vender o promover sus productos.
Los reguladores nacionales de la privacidad de Europa --que en mayo próximo obtendrán el poder para emitir multas por infracciones a las normas de la privacidad-- están coordinando múltiples investigaciones sobre cómo maneja Facebook la información personal del servicio WhatsApp.
“Estas empresas se han vuelto tan dominantes, tan poderosas, cuando [ellas] menosprecian a sus rivales, ¿quién les marca el límite?” Pregumtó Ramón Tremosa i Balcells, un legislador liberal de España que respaldó la resolución del Parlamento Europeo en 2014 pidiendo la escisión de Google.
El escrutinio regulatorio en Estados Unidos puede que nunca se compare con el de Europa, pero algunos políticos estadounidenses han planteado preocupaciones sobre el tamaño de las empresas de tecnología y su poder en el mercado.
El candidato del presidente Donald Trump para fungir como jefe antimonopolios del Departamento de Justicia, Makan Delrahim, prometió “investigar y hacer cumplir vigorosamente las leyes antimonopolios con respecto a las plataformas en línea”.
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 19/07/2017
Etiquetas: Empresas Tecnológicas Leyes Antimonopolios Europa EUA Legislación Multas Google Facebook Amazon Qualcom Privacidad Impuestos Multas