Wuhan, China, 21 de ago. (Dow Jones) -- En un fangoso sitio de construcción del tamaño de 12 estadios de béisbol, la globalización se está convirtiendo en nacionalismo.

Camión tras camión entrega barras de acero a Tsinghua Unigroup de China, una firma estatal que está invirtiendo 24 mil millones de dólares para construir las primeras fábricas de microcircuitos avanzados de memoria del país. La decisión del gobierno chino de convertirse en un actor importante en el mercado mundial de los microcircuitos está generando alarma en Washington.

Cuando Unigroup trató de comprar empresas estadounidenses de semiconductores en 2015 y 2016, Washington bloqueó dichos acuerdos. Ahora, está considerando tomar otras medidas para contrarrestar el esfuerzo de Beijing.

China tiene como objetivo “hacerse cada vez más de segmentos del mercado de los microcircuitos”, dijo Peter Navarro, el asesor comercial de la Casa Blanca, quien teme que Beijing inunde el mercado con productos de bajo costo y que haga quebrar a las empresas estadounidenses.

Zhao Weiguo, el director ejecutivo de Unigroup, dijo que sólo está construyendo sus propias fábricas debido a la negativa de Washington de permitirle invertir en Estados Unidos. “Las empresas chinas han enfrentado discriminación en muchas áreas” de la tecnología, dijo. “Una discriminación anormal en una era de globalización”.

La industria de los microcircuitos --que tienen como base los metales semiconductores y que dio pie a la era digital que actualmente impulsa a la economía internacional-- ha estado desde hace mucho tiempo entre las más globalizadas de las industrias. El diseño y fabricación de microcircuitos se ha extendido actualmente a decenas de países.

Hoy en día, la industria está azolada por la batalla nacionalista entre China y Estados Unidos, una que refleja las amplias corrientes que remodelan la ruta de la globalización. Washington acusa a Beijing de usar financiamiento gubernamental y subsidios para tratar de dominar los semiconductores como lo hizo antes con el acero, el aluminio y la energía solar.

China afirma que las quejas de Estados Unidos son el intento mal disimulado de frenar su desarrollo. Grandes participantes del mercado como Intel y Micron Technology se encuentran en una coyuntura --deseando expandirse en China pero temerosos de perder tecnología con sus rivales patrocinados por el estado.

Durante décadas, las empresas occidentales trabajaron en el mundo en vías de desarrollo para desarrollar tecnología avanzada aprovechando la mano de obra barata para diseminar iPhones y dispositivos portátiles a nivel mundial. La nueva batalla de los semiconductores marca un cambio hacia el nacionalismo, las batallas comerciales y los mercados protegidos.

Detrás de la rivalidad hay diferentes puntos de vista sobre cómo debe avanzar la tecnología. Estados Unidos le ha apostado por mucho tiempo a los mercados y al desarrollo liderado por el sector privado. China utiliza el financiamiento y la planificación gubernamentales para crear grandes empresas nacionales. Estados Unidos calcula que China invertirá 150 mil millones de dólares en el proyecto, cifra equivalente a la mitad de las ventas mundiales de microcircuitos anualmente.

Aunque republicanos y demócratas están en desacuerdo en muchos asuntos de política económica, en esto si coinciden. Un grupo de trabajo interinstitucional sobre los semiconductores, creado por la administración Obama en 2015, ha seguido reuniéndose durante la presidencia de Donald Trump. El grupo está ponderando políticas para dificultar más que China coopte la tecnología estadounidense, de acuerdo con personas involucradas en las discusiones.

Una idea es hacer más estrictas las reglas relacionadas con la aprobación que otorga Estados Unidos a las inversiones extranjeras para hacerles eso más difícil a las firmas chinas consideradas como riesgos para la seguridad. Otras opciones incluyen sanciones comerciales, controles más estrictos de las exportaciones y el incremento del gasto federal en investigación.

El principio general, dijeron los involucrados, es la reciprocidad: tratar la inversión china en Estados Unidos de la misma manera en que Beijing trata a las empresas estadounidenses. Si Beijing discrimina a las firmas estadounidenses,  Estados Unidos limitaría la inversión china en Estados Unidos.

"Si [los chinos] se vuelven un competidor tecnológico muy importante y totalmente competitivo, entonces ¿cómo repercutirá eso en nuestra industria?" dijo Wilbur Ross, el secretario de Comercio, en una entrevista. “¿Si destruye económicamente nuestra industria de los semiconductores?”

Estados Unidos considera a China como su mayor desafío en los semiconductores desde que así lo fue Japón a finales de los años ochenta. Estados Unidos triunfó entonces mediante sanciones comerciales y avances tecnológicos. Las firmas japonesas no pudieron igualar la tecnología de los microprocesadores estadounidenses, que impulsaron la revolución de las computadoras personales, y cayó detrás de Corea del Sur en los microcircuitos de memoria de bajo margen.

China tiene ventajas que Japón no tuvo. Es el mercado de microcircuitos más grande del mundo, al consumir 58.5% de las ventas mundiales de semiconductores que ascendieron a 354 mil millones de dólares en 2015 de acuerdo con PricewaterhouseCoopers. Eso le da a Beijing el poder de discriminar, si lo desea, a proveedores extranjeros.

El ministerio de tecnología de China ha rechazado estas preocupaciones, diciendo en una entrevista con el diario The Wall Street Journal que la industria electrónica es demasiado competitiva a nivel mundial como para que cualquier compañía pueda sobrevivir si prefiere sus componentes basada en cualquier cosa menos el precio y la calidad.

El programa de semiconductores de Beijing cambió de velocidad en 2012, cuando el valor de sus importaciones de microciruitos aumentó por primera vez, dijo Wei Shaojun, un experto en electrónica de la Universidad Tsinghua que asesora al gobierno chino.

Casi 90% de los 190 mil millones de dólares en microciruitos usados en China son importados o producidos en China por empresas de propiedad extranjera, estima International Business Strategies, una firma de investigación. En fábricas chinas, muchos microcircuitos se montan en los teléfonos móviles y las computadoras para su exportación. Los 10 principales proveedores de microcircuitos de China por ingresos son extranjeros.

“No podemos depender de los microcircuitos extranjeros”, dijo Ma Kai, el viceprimer ministro de China, este año en una reunión de la Asamblea Popular Nacional, la legislatura de China. Quien dirigió un comité del Partido Comunista que diseñó el plan del país en 2014. Beijing creó un fondo nacional de financiamiento de microcircuitos de 20 mil millones de dólares, denominado el “gran fondo”, y estableció metas para que China llegara a ser competitiva internacionalmente para 2030, con algunas empresas convirtiéndose en líderes del mercado.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 21/08/2017

Etiquetas: China Microcircuitos Desarrollo Avance Tsinghua Unigroup Comercio EUA Semiconductores