6 de oct. (Sentido Común) -- La administración del presidente Donald J. Trump busca imponer reglas de origen domésticas para la industria automotriz en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o TLCAN, a fin de obligar a las empresas ensambladoras de vehículos a usar una mayor parte de autopartes producidas en Estados Unidos, de acuerdo con reportes de medios estadounidenses.

     La regla que buscará introducir el gobierno estadounidense en el acuerdo fijaría que al menos 50% de las autopartes de un auto fuesen manufacturadas en plantas estadounidenses, de acuerdo con el portal Inside U.S. Trade, un medio especializado en las relaciones comerciales de Estados Unidos con el resto del mundo.

     Así, las reglas de origen regionales que actualmente demandan que 62.5% del contenido de cada automóvil ensamblado en América del Norte sea de la zona que conforman Canadá, Estados Unidos y México subiría a cerca de 85%, reportó Inside Trade.

     En el comercio internacional, el concepto de regla de origen es el que utilizan las autoridades para definir el porcentaje mínimo de piezas de una región que debe contener un bien ensamblado en la región para que reciba los beneficios del libre comercio en esa zona económica.

     Si un bien no cumple con la regla de origen, al venderse en el otro país debe pagar el arancel que le imponga el país receptor. Si sí la cumple no pagar aranceles.

     Claro que la propuesta del gobierno de Estados Unidos muy probablemente sea inicialmente rechazada.

     En el pasado, las autoridades de México y Canadá han dicho al U.S. Trade Representative (USTR), Robert Lighthizer, o el interlocutor comercial de Trump, que rechazan el plan de elevar las reglas de origen en la región, aunque claro que ambas partes están fijando sus posturas para no debilitarse antes de no entrar a las discusiones en forma.

     Para muchos especialistas, incluso algunos ejecutivos de empresas estadounidenses, las posturas sobre contenido doméstico de Estados Unidos terminarían lastimando a la región al hacerla menos competitiva.

     “Vemos estas propuestas como altamente peligrosas”, dijo John Murphy, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, en un encuentro con periodistas reportado por el portal de noticias Politico. “Yo diría que la gran mayoría de la comunidad empresarial en Estados Unidos se opone a esas propuestas de manera enfática”.

     De acuerdo con el diario estadounidense The Wall Street Journal, la probable propuesta del representante comercial de Estados Unidos no ha sido bien vista tampoco por algunos senadores en Washington, así como por diversas empresas de ese país por los riesgos que representa a la competitividad de América del Norte, o porque si no hay un margen de negociación podría ser un elemento que de por terminadas las negociaciones, dejando el futuro del acuerdo en limbo.

     Además, los representantes comerciales de México y Canadá también han manifestado su rechazo a esa propuesta, establecida por primera ocasión por parte de Estados Unidos en la mesa de negociación de agosto.

     “Cuando Lighthizer sugirió en la primera ronda en agosto que una propuesta así podría venir en el futuro, funcionarios mexicanos y canadienses lo objetaron firmemente”, reportó The Wall Street Journal, con base en personas que aparentemente ya conocen la propuesta.

     Incluso, expertos en México ya han manifestado su rechazo a la imposición de reglas de origen domésticas en los acuerdos económicos internacionales, al considerar que éstas afectarían el comercio de la región, independientemente del porcentaje que incluyan.

     Las reglas de origen domésticas “son un dealbreaker por completo”, dijo Jaime Serra Puche, uno de los funcionarios que negoció el TLCAN original hace más de 20 años, en un evento reciente organizado por la revista The Economist en la Ciudad de México. “Los mexicanos y canadienses deberían estar firmes en eso”.

     No es claro si los representantes estadounidenses optarán por presentar la propuesta formal en la próxima ronda de negociación a celebrarse en Washington, D.C., la próxima semana, aunque muy probablemente recibirá, si ocurre, el rechazo de sus contrapartes de México y Canadá.

     De hecho, hace dos meses, en una entrevista radiofónica en las estaciones de Grupo Fórmula, el secretario de Economía Ildefonso Guajardo, dijo que una propuesta así sería “imposible” y que ningún acuerdo comercial entre distintos países en el mundo cuenta con reglas de ese tipo.

     La polémica sobre las reglas de origen domésticas en las renegociaciones pone un riesgo adicional en el futuro del tratado de libre comercio entre los tres países, que si terminara generaría fuertes pérdidas económicas en la región.

     Sin el acuerdo, las exportaciones estadounidenses de diversas industrias hacia México descenderían con fuerza.

     “Sin el TLCAN, las exportaciones de Estados Unidos hacia México también enfrentarían tarifas más altas, particularmente en agricultura y algunos productos industriales como textiles, vestido y automóviles”, escribió Javier Mancera, socio del despacho de asesoría De la Calle, Madrazo, Mancera, en un reporte para la organización Atlantic Council.

     La percepción de una postura más dura de las negociaciones del TLCAN es una de varias razones que tienen presionado al tipo de cambio en las últimas dos semanas, dicen analistas.

     “Los titulares sobre el TLCAN están presionando al peso mexicano en comparación con otros pares emergentes”, escribió el equipo de análisis de Global Markets Research en BBVA Bancomer, la filial mexicana del banco español BBVA, en un reporte. “Esto sólo confirma que los negociadores han alcanzado ya un punto muerto, haciendo más probable que se derrumbe el TLCAN”.

     Otros factores que promueven la debilidad de la divisa son la expectativa de un incremento de tasas de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos en diciembre, así como la incertidumbre que podría empezar a agudizarse en el ambiente electoral del país de cara a la elección presidencial del año próximo.

     Así, la moneda mexicana cerró la jornada en 18.54 pesos por dólar, lo que significa una pérdida de alrededor de 5.4% desde el 15 de septiembre, cuando estuvo en un nivel de 17.69 unidades.

      El peso no registraba un nivel tan débil frente a la divisa estadounidense desde el 2 de junio de este año, cuando estuvo en 18.7 por dólar.

 


Fecha de publicación: 06/10/2017

Etiquetas: TLCAN EUA Trump comercio economía México NAFTA