10 de nov. (Dow Jones) -- Craig Uden, un ganadero de Nebraska, está tomando en serio lo dicho por el presidente Donald Trump.

Para algunos, la amenaza de Trump de retirarse del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) parece ser una bravuconería tendiente a obtener concesiones de Canadá y México. Pero Uden, de 56 años y que dirige National Cattlemen's Beef Association, ha decidido congelar su rebaño de vacas a mil 500 cabezas.

La anulación del TLCAN y los aranceles que eso podría implicar, dijo, podrían reducir la demanda mexicana de carne estadounidense, valuada en alrededor de 700 millones de dólares anuales, en parte porque a los consumidores mexicanos les gustan los cortes, como la cola de res y los callos, que a los estadounidenses generalmente no les gustan.

La precaución de Uden subraya una nueva realidad: nadie con intereses comerciales que rebase las fronteras estadounidenses puede permitirse ignorar la posibilidad del final del acuerdo que ya tiene 23 años de antigüedad, con base en el cual un billón de dólares en bienes fluye a través de los límites entre los tres países cada año.

Estados Unidos, Canadá y México están cerca de reanudar las renegociaciones de Nafta, instigadas por Trump, el 17 de noviembre en la Ciudad de México con el objetivo de concluir en marzo.

Los temas más polémicos incluyen las propuestas de la administración Trump de agregar una “cláusula de caducidad” que forzaría la expiración del TLCAN en cinco años a menos que los tres países actúen para actualizarlo, lo que incluye desde debilitar el sistema de resolución de disputas del pacto hasta requerir niveles aún más altos de contenido específico de Estados Unidos o Norteamérica en los vehículos y autopartes que actualmente se comercializan libres de impuestos en el bloque comercial.

Si Estados Unidos no logra estos objetivos, que los grupos comerciales y empresariales consideran extremos, Trump ha dicho que puede retirarse del tratado.

En las últimas semanas, conforme los esfuerzos de la administración Trump por renegociar el TLCAN se han tornado polémicos, las preocupaciones sobre dicho retiro han nublado las perspectivas de una variedad de negocios, incluyendo las granjas del Medio Oeste, automotrices de Detroit, importadores de vegetales y otros.

A estas empresas se les advierte cada vez más sobre los riesgos potenciales en todos las fronteras. En una conferencia telefónica con inversionistas, Alberto Chretin, director ejecutivo del fideicomiso de inversiones inmobiliarias Terrafina, un propietario comercial con intereses en México, dijo estar discutiendo planes de contingencia con los arrendatarios fabricantes en caso de que enfrenten nuevas tarifas arancelarias luego del posible colapso del TLCAN.

La cementera Grupo Cementos de Chihuahua, con sede en un estado mexicano fronterizo con Texas y Nuevo México, dijo a los inversionistas en octubre que los proyectos de construcción se han retrasado “debido a la incertidumbre con respecto al TLCAN”, dijo su director general, Enrique Escalante.

En una encuesta publicada recientemente por Trade Leadership Coalition, una organización sin fines lucrativos que promueve el comercio internacional, alrededor de 60% de los inversionistas de cartera de Wall Street dijeron que las posibilidades son, por lo menos de 50% de que Estados Unidos se retire del TLCAN o que las negociaciones se colapsen, mientras que 76% dijo que el mercado de valores no está valorando completamente esa posibilidad. Las industrias agrícola y automotriz de Estados Unidos serían las más afectadas, dijeron los encuestados.

La administración Trump defiende su estrategia diciendo que el pacto ha perjudicado a los trabajadores estadounidenses y que sus propuestas --que debilitarían elementos claves del TLCAN-- cuentan con un amplio respaldo de los trabajadores estadounidenses y empresas enfocadas en el país. Cuando se le preguntó acerca de las advertencias de la retirada, Wilbur Ross, el secretario de Comercio, dijo recientemente en Nueva York que Trump “no está bromeando”.

Sin embargo, algunas empresas dicen que aún es demasiado prematuro para cambiar sus planes. El operador ferroviario Kansas City Southern, que depende en gran medida de las exportaciones de maíz de Estados Unidos, prosigue sus esfuerzos para diversificarse con la construcción de una nueva terminal de productos derivados del petróleo en México.

El presidente ejecutivo de Kansas City Southern, Patrick J. Ottensmeyer, dijo que sus clientes aún no están listos para modificar sus planes, pero advirtió a los inversionistas que algunos clientes de carga probablemente están reconsiderando sus inversiones relacionadas con TLCAN.

 

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 10/11/2017

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