14 de nov. (Sentido Común) -- La victoria electoral de Donald J. Trump en Estados Unidos el año pasado dejó a muchos analistas e inversionistas intranquilos por su temor a una eventual ruptura del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, o TLCAN.

     Para la mayoría, las posturas proteccionistas de Trump a lo largo de su campaña electoral, más su promesa de re-definir la postura estadounidense frente al libre comercio en caso de llegar a la Casa Blanca, generaron preocupación por los posibles efectos desastrosos que esas medidas podrían tener para la economía mexicana y sus mercados financieros.

     Muchos incluso, tan pronto y se conoció el resultado de la elección presidencial estadounidense del 8 de noviembre del año pasado, comenzaron a ajustar a la baja sus pronósticos del crecimiento para México. 

     Si bien, con el tiempo, los escenarios catastrofistas perdieron terreno ante la defensa que muchos empresarios y políticos hicieron del TLCAN, las posturas antagónicas al libre comercial que presentaron los negociadores estadounidenses en la última ronda de negociaciones entre los gobiernos de Canadá, Estados Unidos y México para intentar modernizar el acuerdo comercial, han vuelto a elevar los temores sobre un posible fin del acuerdo comercial norteamericano. .

     De ahí que muchos especialistas estén de nueva cuenta intentando descifrar el impacto que tendría en la economía mexicana la salida de Estados Unidos del pacto comercial, que ha regido el intercambio de bienes y servicios en Norteamérica a lo largo de más de dos décadas.

    “Si Estados Unidos se retira del TLCAN, la economía mexicana se enfrentaría a una incertidumbre importante, que muy probablemente llevaría a una pérdida inmediata de confianza y, en el corto plazo, mayor volatilidad del mercado”, escribieron analistas de Fitch Ratings, una de las tres agencias calificadoras más influyentes del mundo, en un reporte publicado la semana pasada. “El crecimiento se desaceleraría. . . ya que la disrupción inicial probablemente resultaría en una inversión menor y una dislocación del comercio con efectos potencialmente prolongados en la confianza del consumidor”.

     Si bien prácticamente todos los especialistas coinciden en señalar que el crecimiento económico de México sufriría un menoscabo de concretarse el escenario más negativo --la salida de Estados Unidos del acuerdo comercial--, no es nada claro cuál sería la magnitud de tal repercusión. 

     De acuerdo a media docena de entrevistas que realizó Sentido Común con economistas, la afectación podría ser desde una recesión, hasta un mero enfriamiento de la actividad económica pero sin provocar contracción. 

    Así, no hay un consenso claro de las repercusiones que tendría para México el éxodo estadounidense del TLCAN. 

    Los analistas del banco estadounidense Wells Fargo, por ejemplo, son de los que consideran que la economía mexicana caería en recesión si el TLCAN desaparece, al menos en su formato trilateral actual. La magnitud de la contracción para los especialistas de esa institución financiera sería de entre 1 y 2% en el corto plazo.

     Por su parte, los analistas de la agencia calificadora Moody’s Investors Service, creen que la economía sufriría una recesión de 2% al año siguiente del fin del acuerdo y de hasta 4% un año después.  

     El peor pronóstico sobre el panorama económico de México, sin tratado, fue el de los especialistas de Banco Santander (México), la filial en el país del banco español Santander. Ellos vaticinaron una contracción del producto interno bruto mexicano de hasta 2.6% al año siguiente del retiro estadounidense del TLCAN. 

    Claro que al mismo tiempo hay quienes no ven el panorama tan negro.  

    Los economistas del banco BBVA Bancomer, el mayor banco mexicano y filial del banco español BBVA, dijeron que los efectos en la inversión y el comercio serían a corto plazo y mucho menores de lo que muchos anticipan, por lo que prevén que México podría crecer entre 1.2 y 1.5% aún sin el acuerdo de libre comercio norteamericano.

     “La salida de Estados Unidos no afectaría de manera generalizada los flujos del comercio” en Norteamérica, dijo Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer, durante una conferencia de prensa para revisar la situación económica del país. “Sí afectaría la inversión”, pero sólo en el corto plazo por una pérdida de confianza de los empresarios en México.

     Sin embargo, esa confianza repuntaría conforme pasara el efecto del fin del TLCAN, agregó Serrano.

     La importancia del TLCAN para México es muy clara porque Estados Unidos es su principal socio comercial, y además consume más de 80% de todos lo que exporta el país. Además, las empresas estadounidenses son las que han encabezado las listas de inversión extanjera en fábricas, plantas, maquinaria y equipo en el país a lo largo de las últimas décadas, algo que también podría verse mermado en un inicio con la salida estadounidense del pacto comercial. 

     De ahí, que la posibilidad de que Estados Unidos deje de pertenecer a ese acuerdo comercial, generé preocupación en ciertos círculos, más cuando los equipos negociadores están por iniciar la quinta ronda de pláticas, la cuál tendrá lugar en la capital del país y durará hasta el próximo martes.

     Muchos creen que esta nueva ronda será decisiva porque en ella los tres gobiernos seguirán intentando abordar las muy polémicas propuestas de Trump para modenizar el tratado y que hasta ahora han sido rechazadas por los gobiernos canadiense y mexicano. 

     Los planeamientos del mandatario estadounidense que han enfrentado un total rechazo por parte de los gobiernos vecinos son: el plan para elevar el contenido regional que deben tener los automóviles en Norteamérica a fin de beneficiar a los productores de componentes y autopartes estadounidenses; la inclusión de una cláusula que ponga fin al tratado cada cinco años si los países no desean renovarlo; o la propuesta para eliminar el actual mecanismo de resolución de controversias a través de páneles de expertos--algo que en particular rechaza el gobierno de Canadá. 

     Ante las discrepancias en estos temas y otros, muchos creen que las negociaciones podrían descarrilarse ya en definitiva en esta ronda, como ha advertido Trump que sucederá si sus negociadores no encuentra condiciones que consideren benéficas a los intereses estadounidenses. 

     “Para la quinta ronda la situación no es menos compleja. . .existe la posibilidad de que México y Canadá también se pronuncien en contra de la cláusula de extensión quinquenal o la eliminación del capítulo de solución de controversias. Lo ríspido también seguirá en cuestiones como acceso a mercados del sector agrícola y textil”,  escribieron analistas de CI Banco, en un reporte. “El riesgo de ruptura del acuerdo trilateral sigue presente”.

     Claro que esta visión, que muchos podrían tildar de pesimista, no es la única y, por el contrario, hay quienes creen que el fin del acuerdo no está cerca y aún si se diera no sería tan devastador como algunos suponen para la economía del país.

     De hecho hay quienes creen que, a falta de TLCAN, existen otras reglas internacionales, como las que ha fijado la Organización Mundial del Comercio (OMC), que serían las que remplazarían a las del acuerdo comercial y que permitirían que el flujo comercial entre ambas naciones no cambiase drásticamente.

     “El crecimiento potencial podría ser afectado dado este shock estructural [negativo] a la inversión, productividad y también por los efectos que tienen para las otras economías del TLCAN”, escribieron Gabriel Lozano y Steven Palacio, analistas económicos del banco de origen estadounidense JP Morgan, en un reporte hace poco. “El hecho de que el tipo de cambio pueda absorber la mayoría del choque. . . significa que el impacto negativo en general sería limitado y podría desaparecer gradualmente”.

     Así, los expertos de JP Morgan esperan que si no es posible modernizar al TLCAN, entonces la economía de México sufriría una desaceleración, pero aún crecería a una tasa de 1.3% en caso que entren en vigor las reglas de la OMC. Si esas reglas las desdeña Estados Unidos, entonces México crecería apenas 0.2%.

     Claro que para algunos las probabilidades de que Trump opte por abandonar el TLCAN ha aumentado en días recientes, aunque para la  mayoría el escenario base es que el proceso de renegociación se amplíe, aunque no dejará también de estar condicionado o vinculado a otros temas de la agenda doméstica de Trump

     Para algunos, un aumento de las adversidad que está enfrentando Trump al frente del gobierno estadounidense, podrían hacer más vulnerable al TLCAN.

      “Dejar el TLCAN se ha vuelto una victoria política fácil para Trump y su administración”, dijo Edward Glossop, analista económico de la consultoría británica Capital Economics, en entrevista telefónica. “Si la economía de Estados Unidos decrece o Trump no logra pasar su agenda de reformas nacionales las probabilidades de que se salga del TLCAN se vuelven mayores y ese es el mayor riesgo”.

 




Fecha de publicación: 14/11/2017

Etiquetas: Canadá Economía EUA México Negociación OMC TLCAN