4 de dic. (Sentido Común) -- A sólo 10 días de que arranquen las precampañas para convertirse en el próximo presidente de México, todo parece indicar que una de las narrativas claves de la futura elección girará en torno a las posturas que adoptaran los candidatos para combatir, castigar y eliminar la corrupción.

     Por eso cuando José Antonio Meade acudió este domingo a registrarse como el único precandidato a la presidencia por parte del Partido Revolucionario Institucional (PRI), intentó corregir lo que muchos analistas políticos percibieron como un error cuando en una entrevista con el diario español El País el fin de semana, dio una respuesta ambigua en torno a su plan por combatir la corrupción, principalmente de miembros del actual gobierno priísta.

     A la pregunta: “¿Está usted dispuesto a investigar casos de corrupción en esta administración, involucre a quien involucre?”, Meade, ex secretario de Hacienda y Crédito Público, dijo:

     “Tenemos que movernos en un esquema en el que la pregunta no sea válida. Un esquema que funcione para todos, en donde el acceso a la justicia y a la rendición de cuentas sea igual para cualquier funcionario. Vamos a funcionar bien cuando la pregunta deje de tener mérito. Cuando alguien piensa: El problema depende de es que no entiende el problema de fondo”.

     Ante esa respuesta, Meade recibió severas críticas en diversos medios y hasta burlas en redes sociales, porque pareció querer decir con ella que de alcanzar la presidencia esperaría a que las instituciones de procuración de justicia hicieran su trabajo, algo que se interpretó como si planeara encubrir los aparentes actos de corrupción que han llevado a cabo diversos miembros del gobierno actual, que encabeza el presidente priísta, Enrique Peña Nieto.

     La actual administración está bajo sospecha de realizar actos indebidos por las múltiples acusaciones que han surgido sobre conductas ilegales de sus funcionarios, que si bien no han derivado en órdenes de aprehensión y sentencias en contra, han dejado un muy mal sabor de boca en la población.

     Algunos de los casos más sonoros sobre posibles actos de corrupción en el gobierno actual son: la acusación que lanzaron ejecutivos de la constructora brasileña, Odebrecht de haber sobornado a funcionarios públicos para recibir contratos de obra; o las sospechas de que la esposa del presidente, Angélica Rivera, aprovechó su posición para adquirir los derechos de compra de una casa diseñada a su gusto en una zona de lujo de la capital del país, que edificó una compañía constructora que recibió diversos contratos gubernamentales de Peña Nieto cuando fue gobernador del Estado de México, en el periodo 2005-2011. 

     El mismo Peña Nieto y su secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgeray, llevaron a cabo también adquisiciones de casas de compañías que habían recibido también contratos de obra en el Estado de México, compras que levantaron sospechas de tráfico de influencias.

     Si bien tanto el presidente, como su esposa y su canciller fueron exonerados por una investigación que condujo una dependencia gubernamental, el gobierno de Peña Nieto quedó manchado desde entonces como una administración poco ética.

     Aunado a esos casos, están además las acusaciones que enfrentan varios exgobernadores del PRI por desvío de recursos o enriquecimiento ilícito. Muchos de esos mandatarios estatales están detenidos y enfrentan acusaciones penales, aunque ninguno ha sido sentenciado como culpable a la fecha. 

       Entre esos exgobernadores están: Javier Duarte de Ochoa, exmandatario del estado de Veracruz, quien está detenido en el Reclusorio Norte de la capital del país, a donde fue enviado tras su extradición desde Guatemala; Roberto Borge Angulo, el exgobernador de Quintana Roo, quien está detenido en Panamá y podría ser extraditado pronto a México; y César Duarte Jácquez, el exgobernador de Chihuahua, quien se encuentra prófugo de la justicia.

     De ahí que Meade, tras su planteamiento poco claro, optara por presentar una postura mucho más contundente sobre su intención de combatir la corrupción al registrarse como el único precandidato priísta en la sede de ese instituto político.

     “Habrá un combate frontal y definitivo a la corrupción, ni un solo peso fuera de la ley, ningún privilegio más que el de ser mexicano”, dijo el ex titular de Hacienda, en su discurso.

      Con estas palabras, Meade buscó así dejar mucho más en claro que él combatirá con vigor la corrupción en México, como ha dicho que hará quien muy probablemente será un rival importante en la próxima elección, el dos veces candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, líder del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y quien se presenta como un candidato que luchará con fuerza contra la corrupción, aún cuando algunas de sus personas más cercanas no gocen necesariamente de una buena reputación.

     Si bien la respuesta en la entrevista podría restar credibilidad a Meade, algunos creen que dentro del PRI, él podría construir una candidatura que generase más confianza ya que no es miembro de ese partido, sino sólo simpatizante.

     Para algunos expertos, esto permitir a Meade distanciarse, hasta cierto punto, del desprestigio que encaran los miembros del PRI, aunque para lograr eso el precandidato deberá ser mucho más claro y convincente en sus planes para combatir la corrupción.

     La importancia de que Meade logre eso está en que varias instituciones de la sociedad civil, así como grupos de académicos y empresarios, ven en la corrupción un fuerte obstáculo para el crecimiento económico de México y para generar un mayor bienestar en la población.

     De acuerdo con un estudio de la organización internacional, Transparency International, 51% de los mexicanos encuestados declaró que tuvo que pagar un soborno a funcionarios para acceder a servicios públicos, el porcentaje más alto en toda América Latina.

    De ahí que muchos pidan a Meade mostrar mayor compromiso y mayor crítica con respecto al desempeño de algunos políticos que están bajo sospecha de haber realizado actos de corrupción.

     “Después de un sexenio de abusos, conflictos de interés y corrupción, el candidato del PRI se verá obligado a tratar de alejarse de su partido y su presidente --ambos impopulares y tóxicos-- para intentar presentarse como algo que, en la práctica, simplemente no existe: un priista desligado del PRI”, escribió el periodista León Krauze, en una columna de opinión publicada en el diario El Universal.

     La tarea así para Meade será compleja porque además el presidente Peña Nieto goza de sólo 25% de aprobación entre la población, de acuerdo con una encuesta publicada hace una semana por el diario Reforma.

     Claro que en un inicio, Meade refrendó en su primer discurso su convicción en el proyecto económico del presidente y a favor de consolidar los cambios hechos durante esta administración, ya que confía que con ellos se dará ese mayor crecimiento y ese mayor bienestar que anhelan la mayoría de los mexicanos.

     “La mejor propuesta es consolidar los cambios, ampliarlos y profundizarlos, esta es nuestra visión”, dijo Meade, ante la militancia priista. “La economía familiar será una prioridad, las familias tendrán mayores oportunidades para que su esfuerzo de mejores frutos, comida en sus mesas y bienestar. Si a México le va bien a las familias les irá mejor”.

     Finalmente, el futuro candidato del PRI a la presidencia aprovechó su primer mensaje para hablar de otros temas como la inclusión social, la equidad de género, el medio ambiente, entre otros, argumentando nuevamente que el país no debe cambiar drásticamente sino utilizar los avances ya hechos.

     “Acabemos con la idea de que este país se tiene que reinventar cada seis años. No hay que demolerlo todo”, dijo Meade, en clara referencia a las propuestas anti-establishment de López Obrador. “Apostemos por la experiencia y no por la ocurrencia, por el conocimiento y no por el enfrentamiento, por la preparación y no por la improvisación, en los programas no en los caprichos, en las instituciones y la ley no en las profecías”. 

 



Fecha de publicación: 04/12/2017

Etiquetas: Elecciones Meade México Precandidato PRI REGISTRO