9 de ene. (Dow Jones) -- Un viejo debate está surgiendo nuevamente sobre el valor de una medida del mercado de bonos que está emitiendo señales de advertencia sobre la economía de Estados Unidos, reflejando una discusión que tuvo lugar antes de la última recesión.

La denominada curva de los rendimiento, que puede medirse al determinar el diferencial entre los rendimientos de los bonos del Tesoro a dos y diez años, se ha estado reduciendo en los últimos meses, cayendo a tan solo 0.52 puntos porcentuales recientemente. Eso es aproximadamente la mitad del nivel que tenía en mayo pasado.

Los rendimientos a largo plazo tienden a subir y a bajar al unísono con las expectativas del crecimiento y la inflación, mientras que los rendimientos a corto plazo tienden a aumentar cuando la Reserva Federal aumenta las tasas. Se cree que un bajo rendimiento a largo plazo es un signo de precaución, especialmente en un momento de tasas de corto plazo en aumento.

Cuando los rendimientos a largo plazo caen por debajo de sus contrapartes a corto plazo en lo que se conoce como una curva de rendimiento invertida, han indicado con fiabilidad una próxima recesión.

Si bien la curva de rendimiento no está invertida en este momento, el ritmo acelerado del aplanamiento reciente ha puesto nerviosos a algunos economistas e inversionistas. También alentó a otros que dicen que el poder de previsión de la curva de rendimiento se está viendo ensombrecido por un conjunto de factores excepcionales, incluida la creciente participación de compradores extranjeros y la disminución de la demanda de compensación adicional para poseer deuda a largo plazo.

“Históricamente, existe una fuerte correlación entre las inversiones de la curva de rendimiento y las recesiones”, dijo Janet Yellen, la presidenta de la Fed, en una conferencia de prensa. “Pero permítanme enfatizar que la correlación no es una causalidad, y creo que hay buenas razones para pensar que puede haber cambiado la relación entre la pendiente de la curva de rendimiento y el ciclo económico”.

Compare eso con lo que sucedió la última vez que la curva de rendimiento envió una señal ominosa sobre una recesión a mediados de la década de 2000.

El aplanamiento de la curva, que comenzó a mediados de 2003, cobró fuerza un año más tarde, cuando la Reserva Federal comenzó un ritmo constante de aumentos en las tasas. Los rendimientos de los bonos del Tesoro a corto plazo aumentaron junto con la tasa clave de política monetaria del banco central, mientras que las tasas a largo plazo confundieron a los economistas al resistir un movimiento más alto. Alan Greenspan, entonces presidente de la Reserva Federal, llamó a ese desarrollo un “enigma” a principios de 2005.

El debate sobre la curva de rendimiento continuó intensificándose a lo largo de ese año a medida que se aplanaba más. Con pocas preocupaciones económicas en el horizonte, muchos estuvieron dispuestos a subestimar el valor de la curva de rendimientos como predictor, incluyendo a Greenspan. Un artículo publicado en el diario The Wall Street Journal de diciembre de 2005 expuso los argumentos:

“Un creciente coro, incluido el presidente de la Reserva Federal Alan Greenspan, desafía la confiabilidad de la capacidad de pronóstico que tiene la curva de rendimiento. La fuerte compra extranjera de bonos estadounidenses impulsa los precios y mantiene los rendimientos a largo plazo, que se mueven en la dirección opuesta al precio de un bono, bajo. Las fuertes compras extranjeras, de acuerdo con el argumento, mantienen los rendimientos a largo plazo inusualmente bajos, lo que podría ayudar a la economía, incluso a medida que aumentan las tasas a corto plazo.

“Los escépticos dicen que estos argumentos son una reminiscencia de la conversación sobre la indestructible Nueva Economía que ayudó a impulsar la burbuja de las empresas punto com a finales de la década de los noventa”.

Pocas semanas después de la publicación de ese artículo, los rendimientos a dos años se recuperaron ligeramente por encima de los rendimientos a 10 años, la primera instancia de inversión de la curva de rendimiento durante ese período. Un artículo del mismo periódico del 29 de diciembre de ese año citó a economistas que continuaban restándole importancia. Como dijo uno: “Creo que el mercado de bonos está dopado. . . Por eso es difícil tomar en serio la curva de rendimiento como un indicador de recesión”.

En febrero de 2006, Ben Bernanke asumió la presidencia de la Fed en sustitución de Greenspan. Un mes después, en un discurso en el Club Económico de Nueva York, Bernanke pronunció un discurso titulado “Reflexiones sobre la curva de rendimiento y la política monetaria”. Él dijo:

“Aunque la previsión macroeconómica está plagada de peligros, no interpretaría que la curva de rendimientos actualmente muy plana indica una desaceleración económica importante por venir, por varias razones.

 

  • Primero, en episodios previos cuando una curva de rendimiento invertida fue seguida por una recesión, el nivel de las tasas de interés fue bastante elevado, consistentes con una considerable restricción financiera. Esta vez, tanto las tasas de interés a corto como a largo plazo --en términos nominales y reales-- son relativamente bajas en comparación con los estándares históricos.

  • Segundo, como ya lo he discutido, en la medida en que el aplanamiento o la inversión de la curva de rendimiento es el resultado de una prima a plazo más pequeña, las implicaciones para la actividad económica futura son positivas en lugar de negativas”.

     

La curva de rendimientos se mantuvo negativa durante la mayor parte de 2006, incluso después de que la Fed dejó de aumentar las tasas a mediados de año. En 2007, cuando comenzaron a aparecer signos de debilidad económica, la Reserva Federal comenzó a bajar las tasas, llevando a territorio positivo el diferencial entre los rendimientos de dos años y 10 años nuevamente. Sin embargo, ya se acercaba una desagradable recesión que afectaría gravemente la economía

Es difícil decir qué es lo que indica una curva de rendimientos en proceso de aplanamiento esta vez, especialmente porque aún no se ha invertido. Además, la experiencia de hace una década muestra que una recesión puede retrasarse años detrás de una inversión en la curva de rendimientos una vez que ésta ocurre.

Pero algunos dicen que la lección de la última vez es clara: estén atentos a la curva de rendimiento y tomen en serio las palabras de los economistas --esto es válido incluso para los directivos de la Fed.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

Copyright © 2017 Dow Jones & Company, Inc. All Rights Reserved

 


Fecha de publicación: 09/01/2018

Etiquetas: EUA Bonos Rendimientos Curva Bonos Economía Recesión