14 de may. (Bloomberg) -- Más de la mitad de las ganancias proyectadas por Dan Vincent para 2018 se difuminaron con un solo trazo de la pluma del presidente Donald Trump.

Vincent dirige Pacific Coast Producers, una cooperativa del Valle Central de California que enlata productos de 168 granjas familiares. Cuando los precios de los metales se dispararon después de que Trump inició la imposición de una serie de aranceles y sanciones a los socios comerciales en el extranjero, también lo hizo 9% de lo que Pacific Coast Producers paga por las latas. Vincent dijo que ahora está buscando la oportunidad de transferir esos costos más altos a los consumidores.

“Vamos a tener que tratar de compensar esos aumentos en el mercado”, dijo. “Al igual que con todas las tarifas, en última instancia, el consumidor es el que paga los platos rotos”.

Desde fabricantes de cerveza hasta automotrices y fabricantes de aviones hasta productores de envoltorios de dulces, las empresas que consumen acero y aluminio están tambaleándose, en parte por sus mayores costos.

En marzo, Trump impuso aranceles de 25% al acero y de 10% al aluminio que son importados por Estados Unidos. Luego, la Casa Blanca anunció exenciones poco tiempo después, incluso para México, Canadá y la Unión Europea, aunque eso aún está en veremos por la renegociación del TLCAN.

Mientras tanto, las sanciones al gigante ruso United Co. Rusal, que representa el 6% de la producción mundial de aluminio, han provocado que los precios del metal se disparen. Aumentaron 7.1% el jueves 19 de abril en Londres, una ganancia récord intradía, y habían subido más de 30% hasta esa fecha en abril. Como lo expresó Alcoa en un comunicado el mes pasado: “Persiste una incertidumbre considerable en la cadena de suministro global”.

 

Dos mil millones de dólares más en costos

Incrementos que parecen pequeños se suman rápidamente. Solo un centavo adicional al costo de las 119 mil millones de latas fabricadas en Estados Unidos anualmente significaría un gasto adicional de mil 100 millones de dólares para los consumidores y empresas, de acuerdo con Can Manufacturers Institute.

Aerospace Industries Association citó las predicciones de los analistas de la industria de que el arancel al aluminio podría generar casi dos mil millones de dólares en nuevos costos para las fábricas estadounidenses.

Para las automotoras, los aranceles podrían ser dolorosos. Para agravar el problema, se han propuesto gravámenes adicionales para más de mil 300 productos chinos, incluidas autopartes y categorías específicas de acero y aluminio. En Europa, las automotrices podrían enfrentar escasez de suministros, y algunas plantas hasta podrían verse forzadas a cerrar, según un informe de la alemana WirtschaftsVereinigung Metalle, un grupo de cabildeo que representa a 655 compañías metalúrgicas.

La refinería de alúmina Aughinish de Rusal, que está a poca distancia de la ciudad irlandesa de Limerick, es parte importante de una cadena de suministro global. Compra bauxita embarcada desde Guinea y tritura el mineral para producir alúmina, que vende a los fundidores de toda Europa. El Grupo Rio Tinto tiene plantas en Dunkerque, Francia e Islandia que usan la alúmina irlandesa, y la fundidora escocesa de Liberty House Group también depende del sitio. La planta de Dunkerque es la fundición de aluminio más grande de Europa y suministra a compañías como BMW, Daimler y otros fabricantes.

Los nuevos aranceles ya han colocado a muchos proveedores de piezas “cerca de una crisis financiera y han hecho que algunos cuestionen sus futuras inversiones en Estados Unidos”, dijo en testimonio escrito por Ann Wilson, vicepresidente de asuntos gubernamentales de Motor & Equipment Manufacturers Association dirigido al Comité de Métodos y Medios de la Cámara de Representantes el 12 de abril.

En Ford Motor, el director ejecutivo Jim Hackett a principios de año le achacó parte de la culpa de lo que él predijo sería un “mal año” a las materias primas más costosas. Ford, que arma automóviles en Rusia en una empresa conjunta con Sollars, obtiene aluminio de Rusal, de acuerdo con datos recopilados por Bloomberg. La automotriz dijo que “sigue revisando” su relación con el proveedor ruso.

Las empresas que adquieren acero y aluminio extranjeros pueden solicitarle al Departamento de Comercio de Estados Unidos una reducción arancelaria..

Si Washington no sale al rescate de los fabricantes estadounidenses, la solución sin duda será compartir los mayores costos, lo que repercutiría en los consumidores. Ese es el rumbo que probablemente tomará el gigante aeroespacial Boeing , según Seth Seifman, analista de JP Morgan Chase.

“Los contratos de Boeing incluyen mecanismos para reflejar la mayoría de los costos de las materias primas en los clientes”, escribió en una nota de investigación, “y estos mecanismos siempre se filtran hasta los consumidores”.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 14/05/2018

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