21 de may. (Dow Jones) -- Uno de los mercados con mayor demanda de la industria naviera es el transporte refrigerado.

La demanda del transporte de alimentos frescos a través de los océanos es el doble que la de otros productos, de acuerdo con el analista naviero Drewry.

El motivo es doble: los contenedores refrigerados conocidos como “reefers” (refris) que pueden mantener los alimentos frescos durante más de un mes, lo que permite a los distribuidores enviar de todo y de manera segura, desde jugo de naranja hasta langostas a todas partes del mundo. En el pasado, esos viajes se reservaban principalmente para los plátanos porque solo los principales distribuidores como Chiquita Brands International podían permitirse contratar buques de carga con grandes espacios refrigerados.

Mientras tanto, el creciente poder de compra de la población mundial, especialmente en Asia, ha impulsado la demanda de alimentos más costosos.

“Para la clase media en crecimiento, los alimentos básicos como el arroz ya no son suficientes”, dijo Eric Legros, jefe de operaciones refrigeradas de la gigante naviera francesa CMA CGM. “Quieren frutas, vegetales y carnes frescas, y eso está obligando a la industria a transportar cada vez más productos refrigerados”.

Los contenedores refrigerados representan 7% del volumen total de contenedores, pero la demanda aumentó de 5 a 6% anual en los últimos cinco años, en comparación con 2 a 3% de los contenedores regulares que mueven casi todos los productos manufacturados del mundo, según Drewry .

Los contenedores que incluyen refris mueven alrededor de cuatro mil millones de dólares de carga cada año.

Stijn Rubens, consultor de cadena de suministro de Drewry, dijo que los embarques de productos frescos están mostrando un crecimiento constante, pero el mercado también está apoyado por productos relativamente nuevos como el jugo de naranja, productos farmacéuticos, suministros de vaporizadores y dulces.

El principal comercio refrigerado va del hemisferio sur al norte. Exportadores en lugares como Sudamérica, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda mueven productos frescos para complementar la demanda del norte durante los meses de invierno. Estados Unidos y Canadá también son exportadores de verduras, cítricos y otras frutas, aunados a la carne y mariscos que provienen principalmente de Asia.

“Hace diez años, se podían encontrar fresas en Dinamarca solo durante tres meses al año, ahora, todo el año, gracias a los refrigeradores, y todos, desde las pequeños a las mayores navieras, pueden unirse a la cadena de suministro”, dijo Anne-Sophie Zerlang Karlsen, jefa de gestión de contenedores frigoríficos en el operador danés Maersk Line, la compañía naviera más grande del mundo.

Uno de los clientes más pequeños, la peruana Sun Fruits Packs, el año pasado envió 700 contenedores refrigerados de uvas a Philadelphia y 220 contenedores de aguacates a España y Países Bajos.

“Los refris son absolutamente vitales en nuestro negocio”, dijo Walter Muñoz, un ejecutivo de Sun Fruits. “Ahora podemos enviar incluso un solo contenedor de frutas a Europa y Estados Unidos a precios hasta 50% más altos que si los vendiésemos a mercados locales de Sudamérica”.

Se requieren hasta 18 días para enviar uvas desde Perú a Philadelphia. La fruta “se pone a dormir” en una atmósfera controlada con etileno que retrasa el proceso de maduración antes de que se distribuya en los supermercados de toda la costa este.

Hasta finales de la década de los noventa, los productos frescos se enviaban en barcos de gran capacidad --buques de carga en general con grandes espacios refrigerados-- desde el lugar de producción hasta un sólo destino.

Las cargas generalmente se limitaban a los plátanos, y los buques eran operados por grandes distribuidores como Chiquita. Los productores más pequeños que no podían permitirse contratar esos buques se limitaban a los mercados locales.

Chiquita está reduciendo gradualmente su “Gran Flota Blanca” (barcos pintados de blanco para evitar el sobrecalentamiento de los bananos-- y cambiando a los refris. A principios de este año, fletó buques portacontenedores y ordenó dos mil 500 contenedores frigoríficos de Maersk que monitorean la atmósfera dentro del contenedor y que controlan la cantidad de dióxido de carbono, oxígeno y nitrógeno para prevenir la maduración prematura. Las navieras tienen visibilidad en vivo de la carga mediante el seguimiento vía satélite.

“Los refris nos ayudaron a tener constancia, con embarques programados regularmente durante todo el año, en comparación con el despliegue de tres embarcaciones fletadas con manzanas que salieran del estado de Washington en diciembre y enero”, dijo Tim Clarke, vicepresidente de ventas globales de Vanguard International Group con sede en Issaquah, Washington.

Vanguard envía a los mercados asiáticos alrededor de nueve mil contenedores de frutas, tales que manzanas, peras, cerezas y cítricos de granjas en Estados Unidos, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Chile.

Además de poder enviar productos a países de todo el mundo, las navieras también se benefician de las bajas tasas de fletado de contenedores debido al exceso de barcos que ahora hay en altamar.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo

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Fecha de publicación: 21/05/2018

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