14 de jun. (Sentido Común) -- JP Morgan Chase Bank, el banco más grande de Estados Unidos, sufrió una demanda por parte del empresario mexicano Elías Sacal y su compañía inmobiliaria Bay View Grand World (BVG World), como parte de la disputa legal que sostienen las partes en México.

Así, el empresario decidió llevar también a Estados Unidos su reclamo legal por el presunto fraude que cometió en su contra la filial mexicana dle banco neoyorkino, JP Morgan de México.

“Esta acción se lleva a cabo para buscar reparación de JP Morgan ante sus atrevidas y maliciosas acciones fraudulentas”, dijo Sacal y su empresa, en la demanda presentada en las cortes estadounidenses y de la cual Sentido Común obtuvo una copia.

En el centro del caso que presentó el empresario contra el banco estadounidense, está el acuerdo de septiembre de 2012 bajo el cual él acordó transferir el control de diversos activos inmobiliarios, valuados en cerca de 327 millones de dólares, a un fideicomiso para que JP Morgan pasara a vender esas propiedades.

La idea detrás de este esquema es que con los recursos que obtuviera el banco estadounidense por esas enajenaciones, podría cubrir el préstamo por cerca de 100 millones de dólares que le brindó a BVG World en mayo de 2007 y que la empresa no pudo cubrir por la crisis financiera y económica que desató los incumplimientos en miles de millones de dólares en bonos respaldados por hipotecas estadounidenses de baja calidad.

Para persuadir a Sacal y a su compañía de transferir las propiedades, algunas de tipo residencial, como la conocida como Península, ubicada en el puerto turístico de Acapulco, o de tipo mixto, como la llamada Bajamar, en la ciudad de Ensenada en el estado de Baja California, JP Morgan contrató los servicios de valuación y enajenación de bienes raíces de la empresas inmobiliaria internacional Cushman & Wakefield.

Esa compañía hizo la valuación de la propiedades y sería la encargada de ponerlas a la venta cuando lo ordenase el banco estadounidense.

El problema es que, de acuerdo a la demanda, de entonces a la fecha JP Morgan, no ha hecho nada para vender esos bienes a fin de seguir cobrando intereses sobre el préstamo otorgado en 2007.

De acuerdo a los términos de creación del fideicomiso, el banco estadounidense no cobraría intereses en los dos primeros años en los que se dedicaría a vender las propiedades depositadas en el fideicomiso, una cláusula que de acuerdo con los demandantes del banco, generó incentivos perversos para que JP Morgan no buscará vender las propiedades como había prometido que haría.

La tasa de interés que cobra el banco estadounidense sobre el préstamo a BVG es de 2.5 puntos porcentuales por arriba de London Interbank Offered Rate, o Libor, de acuerdo con el documento de la demanda de Sacal y su empresa contra el banco estadounidense.

Con la demanda en Nueva York, el empresario mexicano y su compañía pretenden recuperar, cuando menos, lo que hubieran obtenido si JP Morgan de México hubiese vendido las propiedades.

“En lugar de actuar como un buen manejador y promotor para la venta de las propiedades, como se había comprometido, JP Morgan ha fallado en cumplir con sus obligaciones a lo largo de los últimos cinco años”, dijo Sacal y su empresa en su demanda.

La acusación de Sacal sobre la falta de interés del banco estadounidense de realizar la venta de sus bienes está sustentada en que bajo lo acordado, JP Morgan ganaría total control para la venta de las propiedades luego de cinco años de supuestos esfuerzos de ventas.

Los demandantes incluso dijeron que la falta de interés del banco estadounidense por vender las propiedades en al menos los primeros cinco años de creación del fideicomiso las revelaron ejecutivos, o asociados del banco estadounidense, en conversaciones con Sacal.

No es claro porque el empresario no demandó antes a la institución bancaria y porque estableció términos que al parecer eran muy favorables a JP Morgan.

Las personas que el empresario dice que le expresaron que no había interés por vender los bienes fueron el abogado externo de JP Morgan en México, Francisco Xavier Cortina Cortina, y los directivos bancarios, Jorge Sosa y Melanie Foster.

Además, de acuerdo a Sacal y BVG, el banco no ha instruido a Cushman & Wakefield para que inicie el proceso de venta.

“JP Morgan está ganando intereses que no merece en el préstamo, así como comisiones administrativas que aplican sólo por su renuencia e incapacidad para vender las propiedades en los dos primeros años” de existencia del fideicomiso, dijeron Sacal y BVG en su demanda.

Claro que JP Morgan niega las acusaciones y desacredita los argumentos de Sacal y BVG en su demanda.

“Las acusaciones no tienen fundamento”, dijo el banco estadounidense en respuestas a un correo electrónico enviado por Sentido Común. “Todo esto es parte de un proceso iniciado por el señor Sacal dirigido a evitar el cumplimiento de obligaciones financieras”.

El empresario incluso acusa al banco estadounidense y su filial mexicana de haber orquestado, a través del fiduciario del fideicomiso, The Bank of New York Mellon, demandas en su contra en 2012 por supuestas conductas indebidas al haber rentado espacios en una de las propiedades, llamada Insurgentes, depositada en el fideicomiso.

De acuerdo a Sacal, esa demanda fue rechazada en tribunales mexicanos en mayo de 2015 y reafirmada en septiembre de ese año y julio de 2016.

El empresario incluso acusó a JP Morgan de que no ha cumplido con su obligación de pagar los prediales de las propiedades que depositó en el fideicomiso, así como las cuotas de mantenimiento.

De acuerdo a la demanda, las cortes en México ya fallaron en contra del banco estadounidense en cuanto a su obligación de cubrir esos impuestos, algo que se ha negado a realizar JP Morgan.

A su vez, Sacal dijo que el banco estadounidense lo demandó por 10 millones de dólares por el supuesto incumplimiento de un contrato, algo que dijo que no procedió en tribunales mexicanos.

La disputa entre las partes ha ocasionado, de acuerdo a Sacal, otros daños financieros a él, en lo personal, y a su empresa, por la supuesta difamación a la que han sido objetos por parte del presidente de JP Morgan en México, Eduardo Cepeda.

De acuerdo a Sacal, el banquero ha hablado mal de él y mentido sobre sus supuestos incumplimientos financieros, algo que ha provocado que otras instituciones financieras opten por frenar o negarle préstamos, dañando su reputación y sus negocios.

Por todas estas razones, Sacal y BVG exigen la reparación de daños por un monto total de dos mil 800 millones de dólares, o una cantidad superior si el juzgado en Nueva York lo considera necesario.

El proceso en Estados Unidos, donde el empresario es representado por la firma Meister Seelig & Fein, comenzó este mes, por lo que es difícil pronosticar un resultado.

En México, en cambio, el proceso ha arrojado algunas victorias para ambas partes.

Por ejemplo, esta semana un juez en Guerrero giró órdenes de aprehensión contra Cepeda, y Miguel Ángel Barbosa Machado, ex managing director de JP Morgan de México.

Sin embargo, las órdenes de arresto ya quedaron canceladas, dijo JP Morgan a Sentido Común, sin ofrecer mayores detalles. La cancelación de las órdenes fue reportada primero por la agencia de noticias Reuters.

En México, JP Morgan contrató a los abogados Alonso Aguilar Zinser, Javier Cortina y Javier Quijano, para representarlo en su disputa con Sacal y BVG.

 

* Michelle del Campo colaboró con esta historia

 


Fecha de publicación: 14/06/2018

Etiquetas: JP Morgan banca México EUA demanda Sacal BVG