9 de jul. (Dow Jones) -- ¿Quiénes perderán más cuando Estados Unidos imponga aranceles a sus importaciones? Respuesta sorpresa: los exportadores.

Aunque esto vaya totalmente contra la intuición, la teoría y la evidencia muestran que los impuestos a las importaciones actúan exactamente como un impuesto a las exportaciones.

Aunque aún es prematuro, la reciente ronda de aranceles de la administración Trump ya está afectando a los exportadores estadounidenses: los productores de soya enfrentan precios decrecientes a medida que China eleva sus aranceles, Harley-Davidson trasladará su producción de motocicletas destinadas a la Unión Europea fuera de Estados Unidos, ya que las represalias pueden afectar las exportaciones de su planta de Carolina del Sur.

Los economistas le dan el crédito a Abba Lerner, entonces estudiante de posgrado en London School of Economics, por probar teóricamente en 1936 que un arancel de importación era equivalente a un impuesto a las exportaciones. El Teorema de la Simetría de Lerner se considera como un principio clave de la economía comercial, al igual que la teoría de la ventaja comparativa del economista del siglo XVIII, David Ricardo.

El vínculo práctico fue obvio para los proteccionistas y los partidarios del libre comercio por igual desde los años de 1600, dijo Douglas A. Irwin, economista e historiador del comercio en Dartmouth College. Entendieron que un país que reprime las importaciones priva a sus socios comerciales de dinero para adquirir exportaciones.

Esto, señaló Irwin en su libro “Clashing Over Commerce: A History of U.S. Trade Policy,” (Peleando por el comercio: una historia de la política comercial de Estados Unidos), es la razón por la cual los estadounidenses estuvieron tan divididos por la política arancelaria en los años de 1800. Cuando los estados del norte lograron elevar los aranceles para proteger a sus fabricantes, estos enfurecieron a los estados del sur que pagaban más por los productos manufacturados y sufrieron la caída de los precios de sus exportaciones, como el algodón y el tabaco. Los datos de Irwin muestran que, si bien las exportaciones e importaciones han variado entre 3 y 25% del producto interno bruto desde 1790, ambas tienden a variar al unísono.

El vínculo fue especialmente evidente bajo el patrón oro porque los desequilibrios comerciales se financiaban con flujos de oro. Si Estados Unidos registraba un superávit comercial, el oro ingresaba al país, privando a los extranjeros de los medios para comprar bienes estadounidenses. Ahora que los tipos de cambio flotan, el efecto es menos directo, y un país puede pagar las importaciones endeudándose en los mercados de capitales, como lo ha hecho Estados Unidos desde finales de los años setenta.

Sin embargo, incluso ahora, las exportaciones e importaciones tienden a subir y bajar juntas, una prueba de que aún se mantiene tal relación subyacente. Si Estados Unidos, por algún motivo, reduce sus importaciones de un socio comercial, la economía y la moneda de ese país se debilitan, por lo que compra menos a las empresas estadounidenses.

Si un arancel le generara una demanda significativa al sector estadounidense protegido, el aumento resultante de los precios y el empleo presionarían al alza la inflación, las tasas de interés y el dólar, perjudicando aún más a las exportaciones.

En un estudio reciente de National Bureau of Economic Research, Alessandro Barattieri, Matteo Cacciatore y Fabio Ghironi examinaron el efecto de los cambios en los aranceles en 21 países (aunque no en Estados Unidos) y descubrieron que estos tendían a reducir tanto las importaciones como las exportaciones. En términos netos, las importaciones cayeron más, por lo que la balanza comercial mejoró, pero el crecimiento general sufrió porque los precios más altos redujeron el poder adquisitivo de los consumidores, y el mayor costo de los bienes de capital importados socavó la inversión.

Con el tiempo, los aranceles también cambian la economía. Las industrias recientemente protegidas quitan trabajadores e inversiones a las industrias exportadoras, cuyos insumos entonces son más caros. Ese efecto se agrava cuando las exportaciones también son objeto de aranceles de la represalia extranjera.

Las industrias fuertemente protegidas, como los productores de azúcar de Estados Unidos, no exportan mucho porque los precios del edulcorante en el extranjero son mucho más bajos que en el país. Los países proteccionistas como India y Brasil tienen menores importaciones y menores exportaciones con respecto al PIB que las economías abiertas como Corea del Sur y Chile, señaló Irwin.

Debido a que Estados Unidos comenzó a aumentar los aranceles hace solo unos meses, aún es demasiado prematuro evaluar el impacto. Las exportaciones crecieron relativamente fuertes en abril y mayo, principalmente debido a las aeronaves y la soya, de acuerdo con Ian Shepherdson de Pantheon Macroeconomics. El aumento en las exportaciones de soya puede haber sido temporal, ya que los compradores extranjeros se apresuraron a vencer la imposición de aranceles chinos.

Hay otros signos de problemas para los exportadores. El dólar ha subido fuertemente este año, principalmente debido a las crecientes tasas de interés en Estados Unidos, pero también porque los aranceles estadounidenses han pesado en las monedas de Canadá, México y China. Eso tenderá a amortiguar sus compras de productos estadounidenses, incluso aquellos artículos que no se ven afectados por los aranceles. Alliance of Energy Producers de Texas dijo que los mayores costos y la escasez de acero tubular debido a los aranceles afectarán la perforación y la producción de petróleo, la mayor historia de éxito de exportación de Estados Unidos en los últimos años.

Al igual que Harley-Davidson, es posible que muchos fabricantes que exportan desde Estados Unidos tengan que mudar esa actividad al extranjero. “Exportamos a más de 100 países”, dijo un fabricante de alimentos, bebidas y tabaco al Institute for Supply Management en su última encuesta mensual. “Nos estamos preparando para cambiar algunas responsabilidades con nuestros clientes entre las plantas de fabricación y las unidades comerciales debido a problemas comerciales (por ejemplo, cambiaremos la producción para el mercado chino de Estados Unidos a nuestra planta canadiense para evitar los aranceles más altos)”.

El resultado final de los esfuerzos de Trump para hacer que los estadounidenses gasten más en productos hechos en Estados Unidos es que los extranjeros gastarán menos en los mismos.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 09/07/2018

Etiquetas: Economía Aranceles Perdedores Exportaciones Importaciones Productores EUA China Teoría Económica