16 de jul. (Sentido Común) -- La imagen es perturbadora, pero efectiva. Una tortuga marina, encontrada en las costas de Costa Rica, es asistida por varios ambientalistas que extraen de una de sus fosas nasales un objeto extraño: un popote de plástico.

     Gracias a las redes sociales, el video del procedimiento dio la vuelta al mundo, despertando una ola de rechazo en contra del uso de este aditamento comúnmente utilizado por restaurantes, bares y productores de bebidas empacadas.

     Ante la presión, gobiernos y empresas que utilizan los popotes en su operación han puesto en marcha campañas que van desde la reducción a la extinción de su uso, contraponiéndose de paso, en algunos casos, con los intereses del sector productor de plástico.

     Más allá de la discusión sobre este utensilio, se encuentra un debate aún mayor sobre la fabricación, uso y procesamiento de residuos de plástico desechable y el impacto que este tipo de productos genera para el medio ambiente en general.

     “El tema de los popotes ha tomado relevancia debido a lo cotidiano que es este artículo en nuestra vida y lo fácil que es deshacernos de él”, dijo Pedro Zapata, vicepresidente para México de Oceana, una organización internacional enfocada a proteger y restaurar los océanos, vía telefónica.

     “Ilustra muy bien el problema del plástico. . . pero éste es mucho más amplio, si solucionamos a 100% el tema de los popotes, sólo salimos en cerca de 2% del problema del plástico en el que estamos inundados, esto va mucho más lejos”, agregó.

     Los popotes, que como la mayoría de los plásticos tardan años en descomponerse, representan 0.05% de los residuos sólidos urbanos totales, de acuerdo con la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (Anipac), un organismo que agrupa los intereses de más de 250 empresas del sector.

     En México el gobierno a nivel federal, ha tomado una posición tendiente hacia la reducción del uso de los popotes, dejando la responsabilidad de su control a los consumidores.

     En este sentido, hace unos meses la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) lanzó una campaña para desincentivar su uso.

     “Se les invita a dejar de utilizar este producto que ha ocasionado la muerte de un millón de aves y cerca de 100 mil mamíferos marinos de 600 especies, además de tortugas marinas en todo el mundo”, dijo Semarnat en un comunicado lanzado en el marco de su campaña, en el mes de mayo.

     A nivel legislativo, la Cámara de Diputados aprobó en abril una reforma a la ley para que los establecimientos de alimentos y bebidas no promuevan el uso de popotes, salvo que el usuario así lo disponga, misma que turnó a la Cámara de Senadores para su votación.

     El Senado no ha aprobado hasta el momento la medida, pero sí ha solicitado a la Semarnat, al menos en un par de ocasiones, promover la campaña contra el uso del popote, así como su reciclaje, en coordinación con los gobiernos de los estados, algunos de los cuales ya promueven medidas más duras contra este producto.

     El gobierno del estado de mayor vocación turística, Quintana Roo, incluso ya impulsa modificar la ley para prohibir los popotes en general y establecer zonas especiales libres de otro tipo de plásticos como el unicel y las bolsas de plástico, de acuerdo con declaraciones de funcionarios estatales a medios locales.

     La propuesta está aún en sus primeras etapas y será sometida a consulta ciudadana, antes de iniciar el proceso legislativo.

     Proyectos similares se han buscado en otros estados como Querétaro, pero tampoco se ha concretado alguna reforma en la materia.

     Lo logrado hasta el momento a nivel gubernamental coincide con la posición de los productores de plásticos, que abogan por una regulación y disminución del uso por los consumidores, señalando que la prohibición de este producto no solucionaría el problema.

     “Si no lo necesitas, no lo utilices y no lo pidas”, dijo Raúl Mendoza, director de Anipac, en un comunicado. “Prohibirlo o rechazarlo no es la solución al reto que se enfrenta en este rubro”.

     Los productores mexicanos de plástico apelaron a la capacidad de reciclaje de estos productos debido a las resinas utilizadas para su fabricación, una opción que no es del todo apoyada por organizaciones ambientalistas.

     “El enfoque excesivo en el tema del reciclado. . . libera a las compañías que hacen plástico de su responsabilidad. . . nuestra preocupación es que pareciera que pone la responsabilidad de resolver el problema del plástico en el consumidor. . . y es un problema que crearon las empresas y la industria del plástico, la solución debe de venir también y mayoritariamente de ellos”, agregó Zapata de Oceana.

     Algunas empresas en México sí han asumido una posición más tajante al respecto al uso del popote.

     La cadena de cafeterías Starbucks, que en México es operada por Alsea, anunció la desaparición gradual de este utensilio en sus operaciones, algo que podría suceder en nuestro país en 2020.

     Pascual Boing, una cooperativa que produce agua embotellada y bebidas azucaradas, está en conversaciones con Tetra Pack, la empresa que le provee los empaques Tetra Brik, para desarrollar proyectos que permitan disminuir el uso de popotes en algunas presentaciones.

     Mientras que la cadena de restaurantes, La Casa de Toño, con operaciones principalmente en la Ciudad de México y su zona conurbada, informó la semana pasada que ya no ofrecería a sus clientes bebidas con popotes.


 


Fecha de publicación: 16/07/2018

Etiquetas: Plásticos desechables popotes México debate regulación prohibición