18 de jul. (Dow Jones) -- El mercado petrolero mundial es notoriamente diligente para reaccionar a los encabezados informativos, pero uno aparentemente significativo que fue publicado recientemente del propietario de las reservas más grandes del mundo no causó gran revuelo.

De acuerdo con informes, todos emitidos por autoridades venezolanas, el Banco de Desarrollo de China a principios de este mes prometió ya sea 250 millones o cinco mil millones de dólares “a favor del crecimiento y el fortalecimiento de la producción petrolera del país”.

El que la principal industria de Venezuela necesite “crecer y fortalecerse” está fuera de toda duda. La producción de petróleo cayó por debajo de un mínimo de tres décadas a 1.34 millones de barriles diarios el mes pasado. Eso es un millón menos que hace apenas tres años y dos millones menos que la producción del país cuando Hugo Chávez tomó el poder en 1999.

El chavismo claramente ha sido muy malo para la producción de petróleo de Venezuela.

Hasta hace poco, era muy bueno para China y sus objetivos gemelos de expandir su influencia y satisfacer su necesidad de petróleo. Un informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés) afirmó a principios de este año que “la influencia de China en Latinoamérica no es transparente ni está orientada al mercado”.

    Pero China claramente hizo un mal cálculo en Venezuela, donde ahora está echando dinero bueno al malo. El CSIS calcula que le ha extendido un total de 55 mil millones de dólares en préstamos relacionados con la energía. Al ser incapaz de generar divisas extranjeras para darle servicio a su deuda, Venezuela ha pagado en barriles de petróleo con un descuento, pero incluso tuvo dificultades para hacerlo luego de que los precios colapsaron en 2014. China le ofreció al país un “período de gracia” en algunos préstamos.

En un momento cuando los precios eran más altos y su industria petrolera estaba menos decrépita, Venezuela enviaba a China 600 mil barriles diarios, dijo Russ Dallen, el director ejecutivo de Caracas Capital Markets, quien ha realizado un extenso trabajo para aclarar las opacas finanzas venezolanas. Él estimó que ha reducido el saldo a unos 20 a 23 mil millones de dólares, más otros tres a cuatro mil millones que le adeuda a la petrolera rusa Rosneft.

El dinero drenado por estas enormes deudas puede haber exacerbado la caída en su producción, y hay escasas posibilidades de que la última inyección de recursos de China haga mucho por detener la caída. De ahí el encogimiento de hombros del mercado ante estas noticias. Pero, ¿por qué el efectivo sigue fluyendo?

Parte de esto es el potencial valor del capital de esa deuda incobrable. Las empresas chinas y rusas han recibido valiosas concesiones de hidrocarburos --en algunos casos incluso propiedades expropiadas a firmas occidentales como Exxon Mobil. Si bien los préstamos anteriores son un desastre, China y Rusia ahora tienen inversiones que proteger. Por lo que tiene sentido desembolsar sumas más modestas y en objetivos específicos.

Venezuela necesita ese efectivo. En este momento solo puede vender alrededor de 500 mil barriles diarios para obtener divisas fuertes.

    Para aquellos interesados en el impacto de esto a corto plazo en el mercado petrolero, los nuevos préstamos deben ser considerados como una forma de proteger la situación actual. Estos hacen menos probable un colapso rotundo de la producción debido a los disturbios internos, pero probablemente tampoco detengan el declive

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 18/07/2018

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