9 de ago. (Dow Jones) -- Kai McCorvey se estaba bajando de un taxi en Chicago cuando sintió que el conductor la tomó por el talón. Su primer pensamiento: “¿Qué está pasando?” Su segundo pensamiento: “No pagué el viaje”.

La analista de ventas de 24 años de edad está tan acostumbrada a las aplicaciones de transporte privado como Uber, la cual hace el cargo a su tarjeta de crédito automáticamente cuando termina su viaje, que casi accidentalmente había logrado hacer la famosa “comida-corrida, pero en un taxi".

“No me quedó otra opción que decir, ‘Lo siento’ y nada más”, dijo McCorvey. Mientras esperó a que se procesara su pago, “se hizo un silencio realmente incómodo. El conductor no estaba haciendo contacto visual conmigo y no estaba haciendo contacto visual con él”.

Las aplicaciones de viaje compartido privado se han vuelto tan populares en los últimos años --Uber tiene más de 75 millones de pasajeros activos mensuales-- que cuando los pasajeros frecuentes recurren a otros modos de transporte (incluso sus propios vehículos) a veces olvidan cómo hacerlo.

Las aplicaciones tienen su propia rutina: se solicita un viaje y teclea un destino. Un carro se detiene; usted verifica el nombre del conductor y se sube a él. El pago es automático, y luego puede calificar y darle una propina al conductor.

El resultado es lo que se podría llamar Uber-piloto automático. Cuando los clientes habituales de Uber toman los taxis tradicionales, intercambian miradas incómodas con los taxistas, preguntándose por qué el automóvil no se está moviendo aunque no hayan dicho a dónde desean ir. O beben sorbos de botellas de agua solo para darse cuenta que los taxis comunes, a diferencia de muchas atracciones de Uber, no ofrecen agua como una cortesía. Unos pocos desafortunados han tenido que explicárselo a la policía.

Emily Finn, una estilista de cabello de 24 años, casi siempre toma un Uber o Lyft, pero su teléfono murió una noche cuando estaba recorriendo los bares de Tempe, Arizona, así que en lugar de eso tomó un taxi normal. Ella culpó a Uber, no al alcohol, por lo que sucedió después.

“Ya estaba caminando por la calle cuando, de repente, un policía a caballo me detuvo”, dijo Finn. “Ella me dijo, ‘Señorita, disculpe, pero no pagó su taxi’”.

La oficial de policía le entregó una multa de más de 100 dólares, pero le redujo la multa después de escuchar el argumento de Finn acerca de estar tan acostumbrada a Uber. La oficial también la acompañó a un cajero automático y luego a la esquina donde el conductor estaba esperando.

“Le dije, ‘Lo siento mucho. No soy el tipo de persona que no pagaría el taxi. Fue un malentendido totalmente’”, dijo Finn. “No creo que me haya creído. Él estaba gritandome: ‘¡No me pagó! ¡No me pagó!’”.

Sin inmutarse por estas confusiones, una portavoz de Uber dijo que la compañía está “emocionada de ver cómo los comportamientos relacionados con Uber se han vuelto tan familiares para nuestros clientes, ya sea que estén o no usando un Uber”.

Los taxistas están menos entusiasmados. Nuru Tahire, de 58 años, conduce para Flywheel Taxi en San Francisco. La compañía tiene su aplicación que los clientes pueden usar para ordenar y pagar los viajes. Pero cuando los clientes hacen un viaje a la antigua usanza, Tahire a menudo les recuerda al comienzo del viaje que están en un taxi normal. Si se bajan sin pagar, él debe determinar si vale la pena ir tras ellos para cobrarles.

Hace un par de meses, detuvo el taxi y persiguió a una mujer que creía era una enfermera al hospital donde trabaja. La encontró junto a los ascensores sin bolsa ni dinero. Ella se quedó confundida cuando se le acercó.

“Había personas a su alrededor y estaba muy avergonzada”, dijo Tahire. Condujo para encontrarse con ella más tarde para cobrar el dinero que pidió prestado a un amigo. Ella le dio una propina generosa: pagó 20 dólares por una dejada de 12 dólares.

La primavera pasada, casi se salvó de pagar una multa después de estacionarse en una zona prohibida para perseguir a un hombre que no había pagado la dejada.

“Cuando lo alcancé, él se sorprendió. Y me dijo: ‘¡No, no, ya pagué con la aplicación Uber!’”, dijo Tahire. “Algunos de ellos se disculpan. Otros se avergüenzan, sin embargo esto es algo que sucede muy a menudo”.

Traducido por  Luis Felipe Cedillo

Editado por Michelle del Campo           

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Fecha de publicación: 09/08/2018

Etiquetas: Transporte Privado Compartido Uber Taxis Pagos Aplicaciones Cabify