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13 de ago. (Sentido Común) -- Desde que el gobierno mexicano decidió implementar el mecanismo de coberturas cambiarias para controlar la volatilidad del peso mexicano --en marzo de 2017-- y hasta junio el balance, en términos financieros, es negativo pues las autoridades mexicanas han tenido que desembolsar 668.1 millones de pesos (34.9 millones de dólares).
“En los primeros meses del 2018 se tuvo una apreciación significativa de la moneda mexicana, Banco de México mantuvo un saldo a favor frente a las instituciones financieras en la mayoría de los vencimientos. Sin embargo, desde finales de abril que comenzó la depreciación del peso, las ganancias de la coberturas comenzaron a reducirse hasta que el saldo paso a ser negativo”, escribieron en un reporte estrategas del grupo financiero Monex.
La caída del peso que provocó que las coberturas resultaran favorables para sus compradores y negativas para el gobierno de México se debió al hecho de que desde abril la moneda nacional comenzó a resentir, por un lado, el nerviosismo de las elecciones presidenciales del pasado 1 de julio y, por otro, a la incertidumbre que ha rodeado las negociaciones entre los gobiernos canadiense, estadounidense y mexicano para renovar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
El impacto de las elecciones fue tal que a a dos semas de que tuvieran lugar los comicios presidenciales, el peso llegó a operar por encima de los 20 por dólar, nivel no visto desde finales de enero de 2017.
Las presiones sobre el peso mexicano, que hicieron favorables el mecanismo de coberturas cambiarias para sus compradores, como habían de hecho previsto las autoridades financieras mexicanas para restar incertidumbre a quienes requieren adquirir la divisa estadounidense para realizar sus labores empresariales, tuvieron que ver con las preocupaciones de los participantes del mercado que generaba en ese entonces el ahora presidente electo y líder de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador.
Esto por la preocupación de que llegara a revertir algunas de las reformas estructurales que se implementaron en 2012, y que muchos creen que rendirán frutos en el futuro como la apertura a los capitales privados del sector energética nacional, hasta hace cuatro años bajo el controlo monopólico del Estado.
Además en mayo los participantes del mercado también sufrieron cierta desilusión ya que no hubo un acuerdo preliminar en las negociaciones del TLCAN, en especial, no hubo un progreso en los temas más controversiales como las reglas de origen del sector automotriz, por el contrario los inversionistas tuvieron que asimilar la idea de que la renovación del acuerdo firmado en 1993 tomaría más tiempo al previsto.
De hecho en mayo y junio de los 33 contratos vencidos en esos meses, el 96%, o 32 títulos, resultaron en contra del gobierno mexicano y a favor de los adquirientes de esos mecanismos de protección cambiaria.
Claro que las presiones sobre el tipo de cambio y por consecuencia sobre el mecanismo de coberturas cambiarias pudieran prevalecer en los siguientes meses, pues aún no hay avances en los temas clave del acuerdo comercial que tiene México con Canadá y Estados Unidos, al tiempo que los inversionistas calibran la forma en que el siguiente gobierno, encabezado por López Obrador, llevará las negociaciones del acuerdo creado hace casi 25 años.
De hecho, los analistas no descartan que en adelante las coberturas sigan sufriendo dado que el tipo de cambio aún puede enfrentar episodios de debilidad, por lo que podríamos ver al organismo encargado de la política cambiaria del país, la Comisión de Cambios, que conforman funcionarios de la Secretaría de Hacienda y de Banco de México, ampliar el monto a ofrecer en las coberturas cambiarias a fin de ofrecer un instrumento que de garantía a ciertos agentes económicos sobre el nivel futuro del tipo de cambio.
La Comisión está integrada por el secretario y el subsecretario de Hacienda y Crédito Público, otro subsecretario de esa dependencia, el gobernador del Banco de México y dos miembros de la junta de gobierno del órgano central.
“De acentuarse la depreciación del tipo de cambio, no descartamos la posibilidad de que se continué ampliando el monto subastado, ya que aún el Banco de México cuenta con 14 mil 500 millones de dólares que puede utilizar en dicho programa”, escribió la subdirectora de análisis económico de Monex, Janneth Quiroz y su colega y estratega económico, Alessandra Ortiz, en un reporte.
Además, el peso mexicano podría seguir sufriendo las tensiones comerciales que prevalecen a nivel internacional, pues las principales economías del mundo continúan implementando impuestos que a su vez pudieran terminar dañando el crecimiento global.
“La reciente apreciación del peso podría verse limitada en particular al considerar que las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China probablemente continúen presentes por algún tiempo”, de acuerdo con estrategas del grupo financiero Banorte Ixe.
A éstas tensiones se suman ahora las que enfrenta el gobierno de Turquía con el estadounidense y que ya ha provocado la caída no sólo del lira turco, sino de un sinnúmero de monedas en mercados emergentes por la aversión al riesgo que este nuevo conflicto internacional está generando en los inversionistas.
Si la previsión de mayor debilidad del peso se materializa, entonces, para el día en que venzan los contratos ofrecidos hasta ahora, el Banco de México estará registrando un precio de la moneda nacional mayor al que establecieron los participantes el día en que adquirieron el contrato de cobertura, por lo que la autoridad monetaria estaría obligada a pagar a las instituciones el diferencial entre el precio pactado y aquel que fija el ente financiero para que pueda adquirir la divisa estadounidense en el mercado estadounidense sin costo para sí.
Fecha de publicación: 13/08/2018
Etiquetas: peso mexicano EUA dólar elecciones TLCAN