12 de oct. (Dow Jones) -- Las automotrices extranjeras están considerando mudar más manufacturas a Norteamérica de sus plantas ubicadas en otros puntos del planeta, a raíz del reciente acuerdo comercial de Estados Unidos con Canadá y México.

A pocos días de que Estados Unidos y Canadá llegaron a un acuerdo para reemplazar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), con aproximadamente 25 años de antigüedad, los ejecutivos de varias automotrices extranjeras dijeron estar considerando hacer cambios en sus cadenas de suministro que trasladarían más trabajo de fabricación de autopartes a Estados Unidos, Canadá y México.

“Le asignaremos más producción a Estados Unidos para el mercado estadounidense”, dijo Harald Krüger, director ejecutivo de BMW, a periodistas en el Salón del Automóvil de París a principios de mes. Quien añadió que la automotriz alemana ya subcontrata muchas partes en la región, pero el nuevo pacto comercial acelerará el cambio en el destino de las inversiones.

Dieter Zetsche, director ejecutivo de Daimler, dijo en el mismo evento que el nuevo acuerdo podría obligarlo a mudar más fabricación de motores a Estados Unidos, donde produce automóviles y vehículos deportivos-utilitarios en una fábrica de Tuscaloosa, Alabama.

El impacto en las operaciones norteamericanas de las automotrices extranjeras en virtud del nuevo acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), que aún debe ser aprobado por sus congresos respectivos, aún no está del todo claro. Pero muchos en la industria automotriz ven el pacto como evidencia de la severa táctica comercial del presidente Trump en un momento en que amenaza con imponer nuevos aranceles a las importaciones de automóviles de Europa y Japón.

Consultores de la industria dijeron que las automotrices están cada vez más preocupadas de que surjan más restricciones a medida que Trump entable conversaciones comerciales con Japón y la Unión Europea.

“Estas compañías ahora están viendo que hay un elemento de riesgo político para operar en Estados Unidos”, dijo Johan Gott, director de la consultora global, A.T. Kearney.

Desde que se estableció TLCAN en 1994, tanto los fabricantes de automóviles estadounidenses, como los extranjeros han desarrollado cadenas de suministro basadas en la expectativa de enfrentar aranceles bajos o nulos en América del Norte.

Durante su campaña, Trump prometió reformar el TLCAN, argumentando que el antiguo pacto erosionó la base manufacturera de Estados Unidos e hizo que se trasladaran empleos fabriles que localmente son bien pagados a México, país donde la mano de obra es más barata.

El acuerdo tentativo, que reemplaza al TLCAN, requiere que las automotrices construyan al menos 75% del valor de un automóvil en Norteamérica para que estén libres de impuestos, frente a 62.5% actualmente. Las automotrices también tienen que asegurarse de que de 40 a 45% del vehículo sea fabricado por trabajadores que ganan por lo menos 16 dólares por hora, una disposición destinada a trasladar más trabajo a Estados Unidos para generar empleos manufactureros.

El pacto limita las importaciones anuales de automóviles de Canadá y México a un total de 5.2 millones, muy por arriba de los 4.1 millones de vehículos que se enviaron a Estados Unidos el año pasado desde ambos países. Los autos que no cumplan con las nuevas reglas estarán sujetos a un arancel de 2.5%. El acuerdo exime de estos límites a los vehículos ligeros como las camionetas de carga.

Las marcas de automóviles con sede en el extranjero representaron 56% de las ventas de vehículos livianos en Estados Unidos el año pasado, de acuerdo con Autodata. Las automotrices que subcontratan la producción de una cantidad significativa de autopartes en el extranjero, incluidos motores y transmisiones de alto valor, probablemente correrán el riesgo de incumplimiento debido a las nuevas reglas para ciertos vehículos que venden en Estados Unidos, dijeron analistas de la industria.

Las nuevas reglas entrarán en vigor gradualmente en los próximos dos a cinco años, aproximadamente el tiempo que lleva desarrollar un modelo parcial o modificarlo totalmente. Las automotrices probablemente consideren mudar la producción de motores y transmisiones primero, porque esas piezas representan aproximadamente 30% del valor de un automóvil y podrían ayudarles a alcanzar los umbrales de contenido más estrictos, dijeron consultores de la manufactura.

Eso es lo más importante para los vehículos fabricados en México que tienen una gran cantidad de piezas extranjeras y que luego son enviados a Estados Unidos, como el sedán compacto Sentra de Nissan Motor, el compacto Golf de Volkswagen y el subcompacto Fit de Honda Motor.

Traducido por Michelle del Campo  

Editado por Luis Felipe Cedillo

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Fecha de publicación: 12/10/2018

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