15 de oct. (Sentido Común) -- Para muchos, los mercados financieros anticipan los ciclos económicos. En esta ocasión, el mercado que está dejando entrever lo que va a pasar es el de los bonos soberanos de largo plazo de Estados Unidos, mejor conocidos como treasuries.

     Muchos creen que el comportamiento de esos activos está indicando que una recesión de la economía más grande del mundo no está lejos.

     La clave, dicen los que así están interpretando la evolución de esos bonos, está en el diferencial, o spread, entre el rendimiento del título con vencimiento a dos años y el que vence en una década.

     Ese diferencial se ha reducido a menos de 0.3 puntos porcentuales en los últimos meses, o el menor spread desde 2007, año en el que se comenzaron a gestar los problemas que detonarían meses después la peor recesión económica mundial desde la Gran Depresión de los años treinta.

     Por lo general, cuando la curva de los bonos del Tesoro, que la conforman las tasas de interés que pagan esos instrumentos en sus distintos plazos y que en épocas normales tiene un forma convexa, se aplana, es una señal inequívoca para algunos especialistas que los inversionistas anticipan un entorno económico débil.

     Esto es así porque ante tales temores los inversionistas demandan una mayor recompensa para depositar sus fondos en instrumentos de corta duración, lo que reduce el diferencial con los de largo plazo, que por lo general pagan mucho más que los de corto a fin de compensar por los riesgos desconocidos que podrían suscitarse en el futuro.

     Actualmente, el treasury con vencimiento a 10 años paga una tasa de cerca de 3.2%, mientras que el que vence en dos años paga 2.9%, o un diferencial de cerca de 0.3 puntos porcentuales.

     “El diferencial entre el rendimiento de los bonos [de dos y 10 años] ya está en un punto en el que la posibilidad de una recesión en 2020 se ha elevado por encima de 33%”, dijo recientemente Bludeford Plutman, economista en jefe de Chicago Mercantile Exchange Group (CME), o un mercado estadounidense especializado en futuros, opciones y derivados financieros, con sede en Chicago, en un video publicado en la página de la institución. 

     Los analistas de Wells Fargo, el tercer mayor banco de Estados Unidos por capitalización bursátil, escribieron recientemente en un reporte que antes de cada una de las últimas siete recesiones la curva de los bonos se invirtió, lo que la hace un buen barómetro de hacia dónde se podría dirigir la economía estadounidense.

     El tiempo que, por lo general, transcurre desde que la curva de bonos se invierte hasta que se registra la recesión es de entre ocho a 23 meses, por lo que una recesión de la economía estadounidense no está cerca, sino que podría verse hasta finales del próximo año o en 2020.

     Una encuesta del diario estadounidense The Wall Street Journal realizada en septiembre, reportó que 26.4% de 60 economistas ve muy probable una recesión si la curva de bonos del Tesoro se invierte, mientras que 47.2% lo ve como algo probable.

     Aunque algunos otros expertos consideran que el cambio en la curva de los bonos estadounidenses no es una señal suficientemente fuerte como para predecir una recesión, dado que en algunas ocasiones en que eso ocurrió --como en agosto de 1957 y en abril de 1960-- no se dio la contracción económica.

     Además, para algunos la reducción actual de los diferenciales de tasas está más que nada vinculada a las políticas restrictivas que ha decidido adoptar la Reserva Federal estadounidense para asegurar que los aumentos de precios no superen la meta de 2%, pero esto no necesariamente desembocará en una recesión económica.

     “La expectativa de que la Reserva Federal siga elevando la tasa de referencia es lo que ha impactado en el rendimiento de los bonos de corto plazo, razón por la cual se ha reducido el diferencial entre los treasuries”, dijo James Salazar, subdirector de análisis de CI Banco, en entrevista telefónica.

     Otros especialistas consideran que la tendencia al alza en la tasa de los treasuries se debe a la decisión del banco central estadounidense de comenzar el proceso de normalización de su política monetaria, un proceso que comenzó hace tres años, en diciembre de 2015, lo que tampoco necesariamente debería interpretarse como un vaticinio de una probable recesión en el futuro cercano.

     “Recordemos que ese ciclo alcista tiene por objetivo recolectar parte de la liquidez que la Fed inyectó en la economía durante varios años” con el fin de estimular la economía, dijo Guillermo Barba, director de análisis de Top Money Report en entrevista telefónica.

     En aquel entonces, la tasa del treasury con vencimiento a dos años era de cerca de 1.1% y la de 10 años de 2.3%, lo que daba un diferencial de tasas de 1.2 puntos porcentuales.

     Finalmente y a pesar de la reducción en el diferencial de tasas entre los bonos de corto y largo plazo, Salazar de CI Banco descartó la aparición de una recesión ya que las condiciones económicas en Estados Unidos son sólidas y prevalecerán al menos hasta finales de 2019.

 


Fecha de publicación: 15/10/2018

Etiquetas: Economía EUA gobierno treasuries bonos tasas recesión