31 de oct. (Sentido Común) -- La reputación de México volvió a caer bajo la lupa de las agencias calificadoras, que siguen advirtiendo de los efectos negativos que traerá para el país la cancelación del proyecto para construir un Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en el municipio de Texcoco, en el Estado de México.

     En esencia, para diversas calificadoras esa decisión afectará la confianza de los empresarios del país y de los inversionistas internacionales, lo que amagará con frenar posibles inversiones y, en consecuencia, el crecimiento económico futuro del país.

     México así sufrió hoy una degradación en su perspectiva crediticia de ‘estable’ a ’negativa’ por parte de la agencia Fitch Ratings, el segundo recorte para el país en menos de un día luego que la agencia calificadora mexicana HR Ratings hizo lo mismo el martes por la noche tras el anuncio de la cancelación de las obras en Texcoco por parte de Andrés Manuel López Obrador, el futuro presidente de México.

     Para los especialistas de Fitch, cuya sede está en la ciudad de Nueva York, dar marcha atrás al proyecto de NAIM crea una nube de incertidumbre sobre la credibilidad del próximo gobierno y su capacidad de cumplir los compromisos que implica desarrollar proyectos de largo plazo.

     “La decisión de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto. . . envía una señal negativa a los inversionistas”, dijo Fitch, en el comunicado en que recortó la perspectiva del país.

     Tanto Fitch, como ayer HR Ratings, una calificadora mexicana, decidieron, sin embargo, mantener sin cambio la calificación soberana que otorgan al país de ‘A- ’ y ‘BBB+’, respectivamente, o el séptimo y octavo escaño dentro de la categoría de grado de inversión de cada una. Claro que el recorte de la perspectiva a 'negativa' indica que a menos que algo cambie, el país se encamina a sufrir un recorte en esas calificaciones crediticias.

     Las dos degradaciones se dan a raíz del anuncio de López Obrador de que, cuando asuma el poder en un mes, cancelará las obras del NAIM luego que una controversial consulta ciudadana, en donde una mayoría de participantes votaron por frenar ese proyecto, a cambio de mantener las operaciones del aeropuerto actual pero complementándolas con un sistema aeroportuario metropolitano, que incluirá la construcción de una nueva terminal aérea comercial en la base militar de Santa Lucía, en las afueras de la capital del país.

     Desde que el futuro mandatario confirmó que cancelará el NAIM, el tipo de cambio ha registrado una acelerada depreciación, lo que ha levantado alarmas entre algunos especialistas, quienes consideran que ese deterioro terminará por afectar la deuda de México emitida en dólares al cierre de este año.

     Tras conocerse el cambio en la perspectiva de Fitch, el tipo de cambio aceleró incluso las pérdidas que ya venía registrando en la jornada y finalizó la sesión en 20.3 unidades por dólar, una caída de 1.3% frente a la sesión previa.

     Los cambios en la perspectiva del país abren la puerta para una eventual degradación en su calificación soberana, aunque ese recorte podría tomar un tiempo ya que algunos esperarán los próximos meses para observar la implementación de las políticas de la próxima administración.

     La agencia calificadora Moody’s Investors Service, por ejemplo, dijo que esperaría por lo menos seis meses antes de tomar una decisión sobre la perspectiva y calificación crediticia actual de México, que se ubica en en ‘A3’, o el ante-penúltimo escaño en su categoría de grado de inversión.

Para Moody’s la cancelación del proyecto para construir una nueva terminal aérea en Texcoco que anunció el lunes el presidente electo, no tiene aún un impacto directo en la calificación soberana de grado de inversión que da la agencia a México.

“Desde el punto de vista de la calificación soberana esto no ha tenido un impacto directo sobre la calificación ni la perspectiva del soberano”, dijo Jaime Reusche, analista senior para América Latina de esa agencia, en una reunión con periodistas.

     Claro que la agencia no dejó de indicar que veía como negativa la señal que envía la cancelación de ese proyecto de infraestructura, principalmente en cuanto a que reduce la confianza de los inversionistas en el futuro gobierno y en la economía mexicana.

     Con el aeropuerto en Texcoco, muchos esperaban que la obra se convirtiera en un detonante de actividad económica y turística ya que permitiría que un mucho mayor número de turistas visitaran el país y que mucha más carga llegara o saliera de México.

     “Pero sin duda estamos viendo esto como una señal negativa para inversiones de largo plazo, hacia el futuro, que en el mediano plazo puede desincentivar inversiones en la economía y frenar un poco la marcha de la actividad económica que hasta el momento ha venido relativamente favorable”, dijo Reusche. “No sólo eso, pero también vemos que pueden haber contingencias indirectas que puedan golpear las cuentas fiscales”.

     El analista de Moody’s agregó que la decisión en sí genera muchas dudas sobre la forma cómo tomará sus decisiones el nuevo gobierno para determinar sus acciones de gobierno.

     “La señal es más que nada una que nos deja bastante incertidumbre en cuanto a la dirección de las políticas públicas”, agregó el experto de Moody’s. “Eso sin duda nos deja con algunas interrogantes para los próximo meses”.

     Además, muchos también prestarán atención adicional al presupuesto económico que prepare el equipo del presidente electo para 2019, así como sus objetivos para el desempeño de las finanzas públicas de México y el desarrollo de su deuda.

     “Las políticas económicas en la nueva administración también tendrían un peso importante para un posible downgrade de la nota” de México, escribió Jonathan Zuloaga, analista de Columbus Asesores Patrimoniales, en un reporte.

     Tras la reacción negativa que enfrentaron algunos activos financieros del país, como el tipo de cambio y los bonos del gobierno, López Obrador ordenó la creación de un grupo que sirva como interlocutor con los empresarios para garantizarles el pago de los contratos y calmar un poco el nerviosismo observado en días recientes.

     Ese comité estará conformado por Carlos Urzúa, el futuro secretario de Hacienda y Crédito Público; Javier Jiménez Espriú, el próximo titular de Comunicaciones y Transporte; y Alfonso Romo, quien a partir del 1 de diciembre será el jefe de la oficina de la Presidencia.

     La propuesta de formar ese grupo de interlocutores no sirvió de mucho hasta ahora, además de la depreciación del tipo de cambio, las tasas de los bonos en pesos del gobierno han subido en promedio 30 puntos base en los últimos dos días y alcanzaron niveles que no se habían visto en casi una década.

     “La posibilidad de que la nueva administración ejecute las promesas de campaña sin considerar el frágil balance fiscal del país constituye un riesgo que debe ser seriamente considerado por cualquier inversionista”, escribió Santiago Fernández, analista de Intercam Casa de Bolsa, en un reporte. “En consecuencia, los mercados descuentan un mayor riesgo con caídas”.

 



Fecha de publicación: 31/10/2018

Etiquetas: México perspectiva calificación crediticia Fitch Moody´s HR Ratings